CAPÍTULO 4

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Ya habíamos cenado y le dije a April que subieramos a mi habitación. Me senté en mi cama y ella en la silla de escritorio que tenía, hablamos de muchas cosas, me puse el pijama y le dije a April que se quedase, llamó a su madre y le deje uno de mis pijamas.
El mio era rojo y negro (me encanta el rojo) de pantalón corto y camiseta de tirantes, el de mi amiga era igual pero rosa y blanco con un conejo en la camiseta. Las dos nos hicimos un moño para que el fresco de mi ventana nos diera en la nuca, tenemos las dos el pelo largo y da calor.

Después de mucho tiempo charlando, nos quedamos dormidas.

Abrí los ojos porque el sol me molestaba en la cara, me levanté y vi que mi mejor amiga no estaba a mi lado, en mi habitación había una puerta que llevaba a un baño que compartía con mi hermano, ya que su habitación estaba conjunta a la mía, y desde la suya también había una puerta, me levanté para ver si April estaba ahí, y me la encontre vomitando en el váter.

-¡April!, ¿qué te pasa? ¿estas bien? -Le dije mientras me acerqué para sujetarle la cabeza poniendo mi mano en su frente.

-Si Danielle, no te preocupes, sólo me he levantado con náuseas -Se levantó y se lavó la cara, seguidamente los dientes (En mi casa había un cepillo de dientes suyo, en la suya, un cepillo de dientes mio)

-¿Te apetece desayunar? -Le pregunté mientras volvía a colocarse su moño

-Si, me he quedado con el estómago vacío, ¿croissant con mantequilla? -Dijo mientras se chupaba el labio superior haciendo el tonto, amaba a esta idiota.

-Como me conoces, espera que me lavo la cara y bajamos.-en ese momento entró Adam en el baño con los ojos casi cerrados todavía y con ese flequillo despeinado.

-¡Uy! Lo siento chicas, pense que estaba solo. -Se colocó el flequillo rápidamente.

-Te doy dos minutos, en el momento que salgas por la puerta carrera, el último en llegar prepara el desayuno. -Le dije a mi hermano.

-Vale, estaros preparadas, pero esta claro que voy a ganar. -cerró la puerta y empecé a contar

-Tres, dos, uno... cero! -Adam salió del baño corriendo, April y yo empezamos a correr como nunca.

-Os lo dije, iba a ganar.- se sentó en la barra de la cocina esperando su desayuno.

-¡Mierda! No vale, se repite! -dije cruzandome de brazos, odiaba perder, tengo que admitirlo.

-Dejadlo ya vagos! Lo haré yo, ¿leche fría?.- Dijo April abriendo la nevera, mientras los tres nos reíamos a carcajadas.

-Anda yo te ayudo, soy todo un caballero. -Adam se levantó y ayudó a mi mejor amiga, ella era como mi hermana, por lo que Adam la conocía como una hermana también.

-Vaya el señorito como viene de Cadiz le dejaré que me ayude buen hombre.-Dijo April con voz refinada, empezamos a reírnos como nunca.

April y yo decidimos ir al centro comercial para comprar un bikini para esta tarde-noche.

Después de hacer las compras nos sentamos en una cafetería para tomar un batido fresco. Yo me compré un trikini "Rosa bebé" y un vestido de tirantes negro con un poco de transparencias para que se viese debajo el trikini, me quedaba por la mitad del muslo, April en cambio, se compró un bikini verde agua y un vestido de media manga blanco, también con transparencias y que le llegaba por la rodilla. A April y a mi nos gustaba ir casi iguales pero de diferentes colores, siempre nos preguntaban que si éramos hermanas, pero decían que ella era la mayor, en cambio yo era mayor que ella 2 meses, mi mejor amiga es alta, bastante alta, tiene el pelo negro, liso y le llega hasta la cintura, sus piernas eran finas y preciosas y tenía unas caderas bastante pronunciadas, ella odiaba sus caderas, pero más quisiera yo tenerlas, tenía los ojos un poco rasgados, de forma de tigre, y sus ojos color miel eran de lo más bonito.

April me dejo en casa para comer, a las 6 habíamos quedado para ir a la fiesta de Daniel, tenía muchas ganas. Andy, el novio de mi mejor amiga creo que no vendría a la fiesta, así que estaremos ella y yo, viendo a viejos compañeros de colegio y pasándolo genial.
Adam también estaba invitado, no creo que tuviese muchas ganas de ir, pero creo que papá le obligó un poco, así que mi hermano se encargó de convencer a sus amigos.

Hagamos Lo Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora