Martes, 12 de Marzo

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"Quedan 26 días"

La música, sobre todo la música clásica, y sobre todo el Réquiem en re menor, de Mozart, tiene energía cinética. Si se escucha con la suficiente atención, puede oírse el arco del violín vibrando sobre las cuerdas, a punto de dar vida a las notas. De ponerlas en movimiento. Y, en cuanto las notas están en el aire, chocan unas contra otras. Brillan. Estallan.
Paso mucho tiempo pensando en qué se sentirá al morir. A que suena la muerte. Si estallaré como esas notas, emitiré mis últimos gritos de dolor y luego me quedaré callada para siempre. O a lo mejor me convierto en una energía estatica apenas perceptible, que solo se detecta si se escucha con mucha atención.
Y si no estuviera fantaseando ya sobre la muerte, me conformaría con trabajar en la centralita de Tucker's Marketing Concepts. Por suerte para ellos, se libraran de cualquier responsabilidad porque ya estaba mal antes de formar parte de la platilla.
Tucker's Marketing Concepts es una empresa de telemarketing situada en el sótano de un pequeño centro comercial cochambroso, y yo soy la única empleada que no habia nacido cuando se produjo la caída del Imperio Romano. Hay varias hileras de mesas grises de plastico, que seguramente compraron de saldo en el Costco, y todo el mundo tiene un teléfono y un ordenador. El lugar apesta a una mezcla de moho y café quemado.
Estos días estamos realizando una encuesta para Paradise Vacations. Quieren saber qué valora más la gente cuando está de vacaciones: la calidad de la comida y la bebida o la calidad de las habitaciones de hotel. Marco el siguiente número de mi lista: la señora Elena George, residente en Mulberry Street.
-¿Diga?-me contesta alguien con voz ronca.
-Buenos días, señora George. Mi nombre es Aysel y la llamo de Tucker's Marketing Consepts en representación de Paradise Vacations. ¿Tiene unos minutos para responder un par de preguntas?-Carezco del tono cantarín que tienen la mayoría de mis compañeras. No soy precisamente la trabajadora estrella de TMC.
-Ya les he dicho que no llamen más a este número-me suelta la señora George y me cuelga el teléfono.
«Puede correr, pero no esconderse, señora George». Es lo que anoto en mi agenda de llamadas. Por lo visto no está interesada en unas vacaciones pagadas de dos semanas a Hawái y disfrutar de una multipropiedad. Lo siento, Paradise Vacations.
Hacer más de una llamada sin un descanso entre ellas es demasiado para mí, así que me concentro en la pantalla del ordenador. El único aliciente de mi trabajo es el acceso gratuito y sin restricciones a internet. Hago doble clic sobre el icono del navegador y vuelvo a Camino hacia la paz, hoy por hoy, mi página web favorita.

Mi Corazon En Los Días Grises - Luke Hemmings- ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora