¿Qué es el pecado?

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CONSIDERACIONES SOBRE EL PECADO:

Este análisis bíblico se llama: la masturbación no es pecado, y para ello antes de ahondar en el término masturbación es procedente verificar el tema del pecado como corolario de la investigación.

Al igual que la masturbación el término “pecado” ha sido muy debatido histórico, filosófica y religiosamente pero para nuestro estudio revisaremos términos objetivos que nos permitan englobar el alcance y contenido de tal concepto.

Hemos escuchado que el origen del pecado está en la desobediencia de Adán y Eva en el Edén, cuando comen del fruto de un árbol que Dios les había prohibido tocar y que la astuta serpiente los indujera hacerlo.

Una vez que Dios evidencia la trasgresión maldice la tierra a causa de la desobediencia de Adán, pero aún no se hablaba de pecado en esta parte de las escrituras. Sin embargo en Génesis (4: 6-7) Dios hace mención del pecado de la siguiente forma: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?” Recordemos que Caín sentía celos hacia su hermano Abel porque Jehová veía con más agrado la ofrenda de este, al percatarse Dios de los sentimientos de Caín le aconseja lo siguiente: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo (el pecado deseará a Caín) y tú te enseñorearas de él (a ti será sujeto o serás su Señor)”

Fijémonos que la frase “te enseñorearas de él” en las biblias modernas colocan como explicación “a ti será sujeto” sin embargo creemos que más que ser sujeto al hombre, este puede ser su Señor, es decir puede mandarle o imponerse sobre él.

Cuando la persona no hace el bien o lo que Dios estima como bueno, entonces se encuentra en un estado de latencia hacia el pecado, siendo atraído y deseado por el pecado, el hombre puede evitar practicarlo, pero esto es una hazaña que requiere fuerza de voluntad perenne, lo que se traduce en una agonía constante. Es por ello que Dios le asoma a Caín que debe hacer el bien ¿para qué? Para que el pecado se aleje de él y así estará seguro y sin angustia, pues de lo contrario el pecado siempre estará a la puerta, deseándole, llamándole y la persona deberá resistirlo constantemente, dominar su influencia.

La anterior consideración puede concretarse en el libro de Juan (8: 34), cuando Jesucristo explica el por qué el hombre no es libre si practica pecado; “…que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado” Con esta aseveración de Jesús podemos observar el drástico cambio de señorío. Es decir; tu eres Señor del pecado, puedes dominarlo, puedes vencerlo si y solo si aún no sucumbes a su llamado, mientras estés en estado de latencia puedes dominar sobre él, pero si sucumbes a su deseo pues entonces te harás su esclavo y él se enseñoreará de ti, pues te haces su servidor y pierdes tu libertad.

Es por ello que es tan importante para el hombre comprender y saber qué acciones son pecado y que otras no, ya que no basta con escuchar que algo es bueno porque lo relevante es que sea bueno a los ojos de Dios. Te das cuenta lo necesario que es el estar claro sobre la acciones pecaminosas, de si algo es pecado o no pues nada más que nuestra libertad y nuestra vida está en riesgo.

Analicemos un poco la visión de Dios sobre lo que el estipula como “bueno”, “bien” o “pecado”. En el tiempo de Caín la valoración de los actos la realizaba Dios, quien había realizado algunas advertencias a Adán con antelación a su trasgresión. Dios dijo Adán que podía comer de todo árbol menos del que prohibió y Adán al subyacer cometió pecado o delito delante de Dios, entonces Dios lo castigó por ello. Sin embargo observamos que cuando habla con Caín nada le dijo de no matar, simplemente le dijo “si no haces lo bueno” pero ¿cómo sabia Caín qué era lo bueno? A diferencia de Adán no tenía una regla o norma anterior que prohibiera su actuación. Es en esta etapa donde lo bueno y lo malo depende de la valoración posterior de Dios, el hombre se encontraba en un estado de indefensión o de falta de claridad en las cosas pues la ley de Dios aun no existía como tal. Suponemos que como eran pocos vivientes, Dios se les acercaba y les explicaba tal como hizo con Caín pero dejando al discernimiento de este lo que era bueno o malo.

Pero este vacío legal llega a su fin una vez que la ley de Dios aparece en las tablas de Moisés. Dios con su dedo escribe la ley, estableciendo lo bueno y lo malo de una forma más objetiva y practica para el hombre, pues ya sabe el hombre lo que está prohibido a los ojos de Dios y nace un pacto de justicia entre Dios y el hombre. Aquí se verifica lo que considera Dios que es pecado y el hombre debe abstenerse de realizar tales prohibiciones si no quiere sufrir la grave sentencia de su trasgresión.

MASTURBARSE NO ES PECADO Un enfoque cristiano filosóficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora