Este es otro argumento muy utilizado por los contrarios a las prácticas de masturbación. De hecho para dar cierta base teológica cristiana citan a: 2 Timoteo 1 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
Alegando con esto, que el pecado ya no es masturbarse, sino el no tener dominio propio sobre el cuerpo. Aprovechemos esta acotación para aclarar algo, el dominio propio es muy general y no debe acicalarse solamente al deseo sexual como se ha tratado desde siempre. Por lo que un diabético debe tener dominio propio para no comer azúcar, aunque muera por comerse un chocolate, verdaderamente morirá si lo come. Igualmente el enfermo del corazón que no debe comer grasas, pero que su madre lo acostumbró a que si no hay cochino no hay comida y debe luchar contra sus ganas, contra su formación, contra sus principios, etc. El dominio propio es lo que tiene que verificar aquél gago temeroso, que le toca defender la tesis, o el policía pacífico que tiene que desenfundar un arma porque si no lo matan.
El dominio propio es en sí aquietar nuestros miedos y tener confianza en nuestra habilidad. Tener fe en nosotros mismos, siendo lo contrario sinónimo de cobardía.
¿QUÉ DEBEMOS ENTENDER POR COBARDÍA?
Imaginemos un chico que ha tenido que salir a robar para poder dar de comer a sus hermanos ya que no puede descubrir un medio menos cuestionado que ese. Nunca ha delinquido ni hecho nada de que deba sentirse culpable. Fue criado con buenos principios pero quedó huérfano y con 2 hermanos pequeños. Un amigo actual le consigue una manera de obtener un poco de dinero rápidamente y sin hacerle daño a nadie. Lo hace, pero llega un policía y le da voz de alto. Entonces él piensa en las palabras que siempre ha escuchado. “Dios no nos dio espíritu de cobardía”
El policía le dice, no huyas cobarde, el amigo ladrón le dice: -huye y dale duro no seas ¡cobarde!-, una señora que estaba al lado le dice: -Niño estúpido cobarde porque no me lo pidió a mí-. Ciertamente no sabía cuál de ellos era DIOS.
Es cuestión de percepción. Entonces fue a mi entender muy inteligente, pues decidió obrar en la forma que menos le generara culpa, así que se entregó al policía, le comentó al oficial, que tenía hambre, el policía vio que era un buen muchacho y comprendió, lo dejó y le consigue de comer a él y a sus hermanos e incluso le dio una referencia para que trabajara en el supermercado como almacenista.
El amigo ladrón lo criticó pero comió con él y reían mientras estaba consternado por la suerte del joven. La moraleja es que Dios siempre va a estar contigo, va a confiar en tu decisión, pero necesita que te alejes lo más posible del sentimiento de culpa, que es el que mata. Este sentimiento de culpa es tan antiguo como la desobediencia del génesis.
El Diablo sabía que si cedíamos a la desobediencia, la culpa nos mataría y eso fue lo que hizo. Claro que no tenemos espíritu de cobardía, por ello debemos reprender toda culpa y sentirnos felices con nosotros mismos. Dios es feliz si tú eres feliz, entonces ¿Qué esperas para hacer feliz a Dios?
El hombre durante años ha utilizado este sentimiento de culpa para dominar al hombre, y enfocando la culpa en los instintos naturales, es seguro que no errara en sus intenciones, porque el comer, dormir, la sexualidad, la sed, etc. son deseos naturales del hombre, constantes. Imaginen un tirano religioso que diga que el hombre que respira muy rápido es culpable de dejar sin oxígeno a los demás y que por ende debe dominar su respiración o Dios le castigará, pero la única manera de que lo perdone aunque respire egoístamente, es orando todas las noches y dando diezmo por pacto de obediencia, lo más seguro es que tengamos que apartar entradas a la iglesia con un año de anticipación.
La meditación y el dominio sobre los sentidos y los instintos es una excelente herramienta para controlar nuestras bajas emociones, aquellas capaces de destruir nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás, y si estamos bien en esto, Dios estará bien.
Amigo, lo que tienes que dominar y desechar es el sentimiento de culpa. Cristo te hizo libre, entonces sé libre y no permitas que nadie, ni siquiera la persona que más amas y respetas, te encierre entre las rejas de la culpa.
Ahora bien; si el problema es el deseo, es aún más culposo, porque un ser que no desea no aspira, ni sueña, ni anhela, simplemente está muerto. Una cosa es desear el sexo y otra cosa es tener deseo sexual, pues este se refiere al instinto hormonal de tener ganas del coito o de ser acariciado y de desplegar todo un orgasmo de pasiones, lo natural a desear el sexo, es decir, independientemente de la vida que lleves, tengas pareja o esposa, siempre estas deseando sexo, y no es que pueda considerarse esto pecado, pero si este deseo continuo en sexo, llega a perjudicar otras facetas de tu vida generando cierto desequilibrio espiritual, entonces debes buscar el centro, para que no llegues a ser dominado por un solo sentido.
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MASTURBARSE NO ES PECADO Un enfoque cristiano filosófico
EspiritualEstudio exegético de la ley. Sin interpretaciones. El pecado es el supuesto de hecho y la muerte la consecuencia jurídica. Por lo tanto la interpretación de la ley de Dios debe ser literal. Si va leer este estudio debe ser inteligente y cuerdo, pero...