Aome regresaba al pueblo tras un largo día de trabajo. Había ayudado a una anciana con sus medicinas, una de las tareas que realizaba regularmente. Aunque para muchos en el pueblo resultaba sorprendente que viviera en una mansión, no era una mansión cualquiera, sino la más fría y poco acogedora debido a su propietario, un hombre de increíble belleza pero de ojos gélidos. Muchos sabían que Aome pertenecía a ese hombre, aunque solo unos pocos conocían la verdadera naturaleza de su relación.
Al llegar a casa, Aome fue recibida por los sirvientes. Se despojó de su capa y canasta y se dirigió a una de las salas, sabiendo que encontraría allí a su compañero, el único que la había ayudado cuando vagaba sola y desamparada en las montañas, a punto de perder la vida. Esa parte de la casa era elegante, con un jardín que Aome adoraba y donde su gatita de tres colas también encontraba su espacio, ya fuera en su forma tranquila o en su versión más grande, cuando necesitaba descansar. Era un lugar donde Aome podía disfrutar del sol, comer y, a veces, incluso dormir si las pesadillas asaltaban su mente.
En el silencio de la sala, mientras saboreaba té y galletas, apareció Naraku con su impecable atuendo y papeles en la mano. A pesar de ser un antiguo general, ahora se ganaba la vida como vendedor de armas demoníacas, pero solo las vendía a los mejores y más adinerados, aquellos dispuestos a alcanzar sus objetivos. La fragancia de Aome llegó hasta sus fosas nasales, dejándole un sabor agradable en los labios. Aquel día se veía más hermosa con su kimono azul adornado con flores amarillas, un acierto haberle regalado esa prenda. Pero pronto le obsequiaría uno rojo para la noche. Estaba a punto de interrumpirla cuando escuchó ciertas palabras que lo molestaron.
Aome: ¿Por qué no puedo volver con ellos? -dijo con tristeza, consciente de que su compañero ya estaba en casa y no tardaría en prestarle atención a lo que ella quisiera.
Naraku: Él te cambió por otra, recuerda. Yo no quise que murieras, te di un nuevo comienzo y ahora puedes ir y venir a tu época como desees. No tienes por qué seguir pensando en ellos cuando ya han tomado tu vida con un hermoso adiós. Has presenciado la conmovedora ceremonia de tu propia muerte en esta época. No tienes por qué pensar en volver a ellos, ya que siempre te recordarán y te amarán en sus corazones. No tienes que hacerles saber que estás aquí si eres feliz. Al menos, eso es lo que me das a entender. -Le acarició el rostro y el cabello, ajustó un poco su tocador y se sentó frente a ella para observar a la mujer más hermosa que había conocido. Por fin la tenía, pero no podía evitar que ella pensara en su antigua vida.
Aome: Eso lo sé, pero ¿por qué tomaste...? Tú lo sabes. -La vergüenza de mencionar el hecho de que él le había quitado su virginidad se apoderó de ella. Hacía tiempo que había preguntado por qué, pero siempre él le ponía alguna tarea y no le daba una respuesta clara. Esperaba que esta vez fuera diferente y que finalmente le revelara sus motivos. Lo miró a los ojos y se percató de que sus labios estaban húmedos por el té.
Naraku: Te ves hermosa cuando te pones así de roja. Pero si quieres saber por qué, te lo diré si me besas. -Sus mejillas se tornaron aún más rojas y frunció el ceño. Estaba listo para escucharla discutir sobre por qué siempre usaba trucos para obtener lo que quería. Pero en lugar de eso, ella se puso de pie, visiblemente molesta, se acercó a él y le ofreció un trozo del bocadillo que tenía en sus manos, sacándole la lengua. -Me iré a bañar. Vete al infierno. Siempre usas el mismo truco. No caeré en él solo para saber por qué un pervertido como tú me quitó mi primera vez. Tengo derecho a reclamar por tu osadía. -Aome, cuando te bañes, por favor usa el kimono que está en tu cama. Tendremos una cena con unos invitados y espero contar con tu presencia. -Dijo todo eso mientras se comía el postre y lo miraba con deseos. No entendía qué significaba esa petición, pero ya que él le daba todo lo que necesitaba, prefería ayudar en lo que pudiera. -Está bien, me lo pondré. Me retiro.
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Naraku To Love (Original)
FantastikEn el mundo de Inuyasha, todos conocemos al temible villano Naraku. Sin embargo, esta historia va más allá de lo que hemos visto en el anime. Nos adentramos en la mente y el corazón de Naraku, explorando sus pensamientos y emociones más íntimas. Cua...