Capitulo 1: Nada de distracciones

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Pov's Jeonghan

La clase de historia es tan aburrida; hasta para mí, que soy el que obtiene las mejores notas en éste curso. Realmente el problema no es el curso, ni el tema de hoy; sino el profesor que, sin exagerar, parece un fósil andante y no solo hablo del aspecto físico, el modo en que habla y camina también lo delatan...lo bueno es que es un profesor momentáneo.

Bueno aprovecharé éste momento, ya que ya tomé los apuntes necesarios, para presentarme...

Mi nombre es Yoon Jeong Han, tengo 17 años y vivo en Seoul; curso 2do de colegio. Sobre mi familia no tengo mucho que decir, vivo con mi abuela en una casa demasiado grande como para que solo dos personas la habiten; mi padre murió cuando apenas tenía un año y de mi madre no sé más de lo que me ha contado mi abuela sobre ella; que era una horrible mujer que llevó a mi padre, su hijo, a la perdición y una madre desnaturalizada que abandonó a su bebé sin importarle cuanta falta podría hacerle en el futuro ¿Triste? Sí, bueno, crecer sin tus padres es difícil y como resultado me costaba mucho socializar; cuando cumplí 13 y entré a la primaria, por primera vez tuve un "mejor amigo", Seung Cheol; jugaba, platicaba y hasta hacía travesuras junto a él. Fueron 3 años realmente maravillosos, hasta que pasé a secundaria; planeaba seguir estudiando junto a él pero mi abuela decidió cambiarme de colegio, a uno de los mejores de Seoul.

Desde ése día mi abuela puso como prioridad en mi vida al estudio, nada de amigos, nada de celulares (por que podrían distraerme) y sobre todo nada de "noviecitas" ¿Qué hice yo? No, no escape, ni me puse rebelde; simplemente obedecí...

Recuerdo que los primeros días de colegios algunos compañeros me hablaban, de hecho algunas chicas me coqueteaban, pero las ideas de tener amigos y tal vez, que me guste alguien; se iban de mi cabeza tras ver a mi abuela a la hora de salida, dentro de un lujoso auto negro, esperándome. Y repitiendo, durante todo el camino a casa, siempre la misma frase: "Nada de distracciones"

Así, terminé evitando tener amigos, y con ello "evitando las distracciones"

¿Por qué mi abuela hizo todo eso? Simple, porque tras la muerte de mi padre no hay quien se encargue de la empresa de mi familia; por el momento lo está haciendo ella, pero como ella misma dijo, su cuerpo pronto no tolerará el estrés de manejar una empresa. Por ende yo tengo que esforzarme mucho en el estudio e ingresar a la mejor universidad para ser un profesional lo suficientemente apto como para manejar la empresa. Puede que la idea no me agradé, pero no es como si pudiera negarme...

Uf~ por fin terminó la clase de historia, ahora a conseguir comida; ser de contextura delgada y aspecto inocente tiene muchas desventajas a la hora de conseguir las mejores comidas en el cafetín.

-Oye, Cerebrito ¿Tomaste apuntes? Me quedé dormido- Se acercó a mí, el rudo del salón, Wonwoo

-Depende ¿Sabes lo rápido que se acaban las cosas deliciosas en el cafetín?-

-Valla, nunca me la pones fácil ¿eh?-

-Ya te lo dije muchas veces, si quieres puedes golpearme como al resto de los "nerds", pero luego no me pidas que te ayude a salvar el año-

-Por eso me caes tan bien, Cerebrito. No eres como el resto de cobardes... - sonrió- Es más, si no fueras tan manipulador, hasta serías mi amigo-

-No necesito amigos- Me le acerqué, tener una cara ligeramente femenina a veces tiene ventajas, como hacer sentir nerviosos a algunos chicos "distraídos", como Wonwoo- Necesito Co-mi-da-

El grandote retrocedió- E-está bien, pero no olvides los apuntes ¿sí?-

-¿Olvidar? Mi cerebro nunca olvida, chico rudo-

Y sin más, Wonwoo se fue, tiene que correr y conseguir lo que deseo si en verdad quiere los apuntes.

Al llegar al cafetín, noté que Wonwoo se había esforzado y mi chantaje había valido la pena. Junto a otros platillos deliciosos estaban sobre mi bandeja, aquellos macarrones franceses que tanto amaba; pocas veces podía comerlos, pues en casa mi abuela no me deja comer cosas dulces, ya saben... "Dieta balanceada" y en el cafetín, para conseguirlos tienes que pasar atreves de toda esa fortaleza de estudiantes, realmente toda una salvajada en un colegio de riquillos.

Le di los apuntes a Wonwoo al regresar a clases, y así ambos obtuvimos lo que queríamos.

En medio de la clase de biología tocaron a la puerta, la tutora salió (tratando de hacer el menor ruido para no desconcentrar a la clase, sin conseguirlo, pues todos la siguieron con la mirada) y tras unos segundos de estar afuera, volvió a entrar y le pidió unos minutos al profesor de biología.

-Jóvenes, hoy ha llegado un nuevo alumno al salón, espero que lo traten con mucho cariño y lo hagan sentir como uno más de nosotros- A veces me da ternura la ingenuidad de la señorita Lee, cree que por que diga eso, el resto lo tratarán bien; aquí las cosas son simples, si es adinerado y con carisma lo tratarán bien, si no pues no- Pasa- Le hizo señas al nuevo y éste entró

Era delgado, cabello castaño y, había que admitirlo, era muy guapo, no tendrá ningún problema en hacer amigos o en ser "popular".

-Hola, mi nombre es Joshua Hong, espero que podamos llevarnos bien- Sonrió haciendo que se remarquen sus ojeras, que de algún modo lo hacían lucir mejor.

Tras ésa sonrisa, sentí como las hormonas de las chicas se alborotaban.

Bah, un alumno más...

Volví a fijar la mirada sobre mi libro, de hecho, no sé ni por qué la desprendí de ahí.

La profesora decía cosas como que Joshua venía de otro país y que lo ayudemos a descubrir nuestra hermosa cultura coreana... ¡Rayos! ¿Podrían callarse de una vez y dejarme estudiar? Traté de no prestarle atención hasta que escuché mi nombre ¿Y ahora yo qué? Volví mi vista hacia la profesora, con cara de fastidiado, porque sí, lo estaba.

-¿Tienes algún problemas con eso, Jeonghan?-

-¿Disculpe?-

-Con que Joshua se siente detrás de ti- Vi alrededor mío, no había otros sitios, el único vacío era detrás de mí ¿Y eso por qué? Pues claro, porque nadie quiere sentarse junto al aburrido cerebrito. Luego observé a las chicas payaso, payaso por el exceso de maquillaje que usan(es aterrador para mi), sentía cómo me perforaban con la mirada.

-No me importa- Dije y seguí leyendo. Mi tutora no se enojaba por mis respuestas frías, ya me conocía.

El chico nuevo se sentó, y acomodó su mochila, ocasionando un molesto ruido. El cual intenté ignorar hasta que lo escuché susurrar cerca de mi oído un suave "Gracias"

-No es como si la carpeta fuera mía- Le respondí y con eso corté la conversación

¿Qué esperaban? ¿Que inicie una entretenida conversación y con ella una linda amistad? Pues no

¿Acaso lo olvidaron?

 "Nada de distracciones"

Enséñame a Amar HiatusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora