Apuesta 12 "¿Dónde está él?"

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Narra Donghae.

Después de aquella situación, Eunhyuk salió corriendo del colegio.

Traté de seguirlo, pero algo me lo impedía.

No sólo el mar de gente que había en ese momento por esa escena; también unos insectos que se hacían llamar mis amigos y una zorra vestida de mujer que se llama Cristal.

-No vayas por él Hae, mi amor, quédate conmigo- decía esa perra con forma de humana tomando mi brazo para que no me fuera.

-¡Cállate perra escandalosa!- grité lleno de ira.

No podía irme porque aquellos insectos me sujetaban y la zorra era la que les daba órdenes.

Yo... Aún seguía llorando, porque no puedo creer que por una estúpida apuesta haya perdido al amor de mi vida.

Por un momento, dejé de forcejear.

Ya no tenía sentido.

Las personas se fueron a sus clases, excepto un par bastante particular...

-Eres un estúpido!- éste sujeto trataba de encimarse en mí y quería golperme; pero no sé porqué si no sé quién diablos es.

El tipo quería matarme, lo habría logrado de no ser por otro chico que estaba sujetándolo de la espalda.

-¡¿Quien eres tu?!- le dije bastante molesto.

-¡¿De verdad no me conoces?! ¡Eres un maldito!- el chico rubio seguía pataleando.

-Sungmin, cálmate- le decía el otro chico de cabellos castaños.

-¡No puedo hacerlo Kyuhyun, lo odio por lo que le ha hecho a Hyuk!- le decía con la mirada llena de odio y desesperación.

Espera... ¿Dijo Hyuk?

-Espera... ¿conoces a Eunhyuk?- pregunté tomándolo por los hombros.

-Si... Él es mi mejor amigo, mi amigo del alma y tú... Le has hecho mucho daño y por eso te odio- decía entre llanto.

El tal Kyuhyun, ya no tenía que hacer tanta fuerza para sostenerlo, porque Sungmin estaba llorando en el piso.

Parece que estos dos son novios y se preocupan mucho por... Él.

-¿Me podrían decir dónde está?- pregunté de nuevo con desesperación.

-No, no lo haremos- dijo el castaño Kyuhyun, levantando a su novio rubio del piso.

-¿Porque?- comenzaba a entrar en pánico.

Cada vez estaba comenzando a estresarme más, me sentía impotente al no poder hacer nada para encontrarlo.

Quería abrazarlo, besarlo, sentir que era mío... Solo mio.

De verdad lo amo y lo necesito mucho.

-Por favor, se los suplico... Necesito saber dónde esta- rogué con las lágrimas a punto de salir de nuevo.

-No te diré dónde esta- dijo el rubio- porque si lo hago, lo más probable es que le hagas más daño del que ya le has hecho-

-Está bien... Si no me dirán dónde está... No me dejarán otra alternativa más que buscarlo-

En ese instante, salí de la escuela y estaba decidido en ir a buscarlo, primero, en su casa.

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