Epílogo

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Lo sé, lo sé. He tardado mucho :') Lo siento mucho >-< He estado muy liada con los exámenes, pero el esfuerzo valió la pena ya que he aprobado todas. *hace el pino de la felicidad* Y lo escribo, porque precisamente físicamente no sé como hacerlo JAJAJAJAJAJA Vale, ya :')

En fin, ahora sí que puedo decir: ¡SE ACABÓ! Voy a llorar T-T Mi primer fanfic larguito acabado :'( Me emociono ;///; Tengo que agradecer a todos los que habéis estado ahí leyendolo , votando comentando y todo. Sois un amor <3  

Espero seguir en contacto con vosotros ya sea por mi fic Amazonas como por vuestros fics, que por cierto, las personas que sigo tienen unos fics muy recomendables si sois tan fangirls como yo ewe ajajjajajajaja

Por  última vez, en este fic: Ni Fairy Tail ni sus personajes me pertenecen.

Dicho esto, os dejo con el Epílogo que es cortito.

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Epílogo

-¿Estás nerviosa?- le había preguntado Lucy Ashley minutos antes de desaparecer por la puerta.

-No.- le había contestado con voz serena, sin separar la vista de su reflejo.

Se sentía en cierto modo vacía. Todas las preocupaciones que por tantos años la habían atormentado, se habían desvanecido. ¿Era eso lo que todos llamaban calma? ¿Era esa la vida que esperaba?

De niña, había luchado por sobrevivir del hambre. Adolescente, había luchado por convertirse en alguien importante para Edolas. Más adelante, lucho por conseguir de Edolas una ciudad deslumbrante, llena de magia. A su vez, cuando Jellal sucedió el trono, luchó por reconstruir la ciudad que se hallaba derruida. Y justo cuando todo se había asentado, el Imperio Dreyar se había convertido en una amenaza inminente.

Sin embargo, ahora no había nada. Ninguna amenaza. Ahora un tratado de paz que todo país cumpliría a no ser que quisiese ser enemigo del poderoso Reino de Edolas, asentaba las bases de una era de paz. Y aunque existiese la amenaza de que cualquier Reino trabajase a escondidas para enriquecerse e imponerse con el poder sobre los demás Reinos, Erza Knightwalker no viviría para luchar en aquella guerra.

Ahora el ejército, había perdido mucha importancia en el país. Y pudo observar durante aquel mes, como los entrenamientos se vieron suavizados y sustituidos en muchas ocasiones por las múltiples celebraciones que sucedieron la guerra.

Pero, ella no podía culparlos. El pueblo había sufrido mucho en aquellos años, y se merecía disfrutar de aquel momento dulce.

Se asomó por la ventana para ver como una multitud se congregaba en la plaza que presentaba el gigante castillo de Edolas. Desde aquella elevada torre podía escuchar las risas y los cánticos de múltiples trovadores que habían acudido al Reino en repercusión de la boda.

Dos golpes sobresaltaron a la futura Reina que se volvió hacia la puerta.

-Adelante.

-Dos minutos.- dijo Coco tras dar una pequeña reverencia.

Asintió, y vio como la muchacha desaparecía. Se volvió a mirar al espejo y suspiró.

Su vida no había sido fácil desde el principio, ¿se acostumbraría a una vida donde sus únicos problemas serían los de la Corte? Es cierto que ella mantendría su puesto de Capitana y aún tendría una tropa que entrenar. Pero bien era cierto que sacrificaría mucho tiempo del que ella solía invertir en entrenamiento.

LealtadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora