Desnúdate, deja que mi alma se alimente de la tuya.
No dejes que mis manos toquen tu piel, hasta conocer lo peor de ti.
Muéstrame cada una de tus virtudes, que yo te enamoraré con las mías.
No te asustes cuando mis sombras se revelen, conóceme, acéptame.
No te quites la ropa, hasta que sepa que prefieres, si el helado sabor a fresa o de chocolate.
No me entregues tu cuerpo, hasta que sepa como te gusta el café por la mañana.
Desnúdate, mientras yo me desnudo contigo, tocando cada punto, cada experiencia, cada sentimiento del que tu alma está compuesto.
Me desnudo, compartiendo contigo mis miedos, mi miedo a ver morir a mis seres querido, el temor a morir ahogado, la angustia de no aceptarme tal y como soy.
Quédate con tus virtudes y defectos, no los cambies por mí, porque en un principio así te conocí y fue eso lo que me motivo a descocer cada uno de tus enredos, para ver lo que había dentro de ti.
¡Vamos! ¡Desnúdate! No me tengas miedo, confía en mí, que antes de ser tu amante, me volveré tu mejor amigo. Atrévete, que yo estoy aun más asustado de enamorarme.
Desnúdate, la única manera es confiando, dejando a un lado tu aversión por las palabras.
Quiero conocerte, quiero quererte, quiero ser tu amigo, quiero enamorarte, quiero estemos plenamente en desnudez ante el otro.
ESTÁS LEYENDO
Pensamientos de escaparate.
RandomEste es un espacio donde subiré aquellos pensamientos que escriba en mis momentos de felicidad, enojo, tristeza o temor. No sé cada cuanto subiré algo, pero de vez en cuando lo haré.