Capítulo 6. Recuerdos que atormentan.

13 6 0
                                    

Me encontraba en mi instituto, andando por los largos pasillos de este y mirando a mi alrededor, pero de repente bajé la cabeza y miré al suelo mientras seguía andando, no quería hacer contacto visual con nadie y por mi bien era mejor así.
Y como siempre llegó el pasillo más temido, el típico pasillo que siempre está lleno de gente que cuchichea y susurra, pero lo peor de todo no era eso, para mi lo peor de todo es que cuando yo pasaba todo el mundo dejaba de susurrar y empezaban los insultos y las risas en voz alta, yo hacía caso omiso, o al menos lo intentaba, y seguí andando, pero por más que me alejara se seguían escuchando.
Empecé a correr sin mirar atrás y sin prestar atención al camino por el que iba, solo quería que aquello parara y en un momento me di cuenta de que lo hizo, los insultos pararon, no se escuchaba absolutamente nada, había un completo silencio así que deje de correr y levanté la cabeza para ver donde me encontraba, pero había un problema, era que no se veía nada, todo estaba negro, pero tenía la sensación de que estaba en una habitación, una habitación vacía y completamente oscura, había un fuerte olor que se parecía al olor del hierro oxidado. Empecé a andar con los brazos extendidos para intentar encontrar una pared, entonces toqué algo y si era una pared, pero...estaba húmeda, estaba empapada de algo que no sabía lo que era, entonces seguí andando con la mano en la pared, y al final averigüé que la habitación estaba formada por cuatro paredes, era pequeña y las cuatro paredes estaban mojadas, entonces caí en algo, aquel extraño olor...las paredes mojadas.
Lo que había estado tocando no podía ser otra cosa que ¡sangre!. Las paredes estaban llenas de sangre, tenía que salir de ahí inmediatamente, busqué desesperadamente una puerta, pero no había ninguna, no podía ser que estuviera encerrada en aquel lugar, cerré los ojos con fuerza y me llevé las manos a la cabeza y grité. Entonces desperté.
Me desperté con un grito, me lleve las manos a la cara y me di cuenta de que había estado llorando, rápidamente miré a mi alrededor para asegurarme que estaba en mi habitación y no había sangre en las paredes.
Esa pesadilla había sido una de las peores que había tenido.
Salí de la cama, me di una ducha y me cambié de ropa. Lo peor de todo era que una parte de ella estaba formada por mis recuerdos, hubo un tiempo que pensé que se habían ido, que habían dejado de atormentarme, pero en ese momento me di cuenta de que no era así, quizás habían esperado a un momento de debilidad para atacar, y ahí estaba, un momento de confusión y depresión, el momento perfecto.
En ese momento necesitaba cualquier cosa para olvidar por un momento aquel dolor, cualquier cosa.
Decidí que prefería el dolor físico y no el dolor de mi pasado, así que saqué el trozo de cristal de su escondite y encerrandome en el baño me levante las mangas de la sudadera y me hice unos cortes. Puede que todo eso fuera una locura, pero era una locura que me hacía sentir mejor, al menos por un instante.
Al salir miré por la ventana y me di cuenta de que estaba amaneciendo, y decidí que estaría bien tener una buena vista de aquel momento así que salí fuera, hacía un poco de frío, pero no era desagradable.

Las vistas eran maravillosas, y en ese momento recordé algo, una parte del sueño, entre todas las voces y todas las caras había una persona que me hacía más daño que todas las demás. Aún recordaba como hice algún amigo y después, de un día para otro, me dejó tirada y pasó de reírse conmigo, a reírse de mí, al igual que todos los demás. Desde ese momento no volví a confiar en la gente tan fácilmente, porque es verdad que hasta aquellas personas que pensabas que eran tus amigas, llega un día y te apuñalan por la espalda, sin que puedas hacer nada.

Salí rápidamente de aquellos pensamientos, eran demasiado dolorosos y no pude evitar que se me escapara una lágrima. Me dolía la forma en como fui perdiendo a mis amigos, uno a uno por alguna estúpida pelea, que otra gente los vuelva en tu contra, o la peor forma de todas y la más estúpida, por culpa de una pregunta que no se responde por miedo a lo que pueda pasar, sea una pequeña tontería, en ese momento entendí que hasta la cosa más estúpida y a lo más mínimo, una amistad puede quedarse en nada, desaparecer en cuestión de minutos.
Quizás si hubiera respondido aún tendría a alguien, solo quizás, pero también puede ser que la respuesta lo arruinara todo, así que creo que después de todo es mejor así.
Entonces me di cuenta de que estaba llorando, así que me fui a una pared que había allí y me senté en el suelo abrazando mis rodillas mientras seguía llorando

-Todo es mi culpa...todo esto es mi culpa, solo mía...-susurré.

En ese momento escuché una voz que parecía venir de alguién situado de pie delante mia, así que levante la cabeza para ver de quien se trataba aún con los ojos llorosos, y la verdas es que por una parte me sorprendió ver a aquella persona, pero por otra parte no...

//¿Quién será la persona que está ahí? ¿Qué le dirá?. Por favor comentad, dadme vuestra opinión y votad. Muchas gracias por leer. :)//

Don't let me fall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora