Parte 5

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"Ambos se detuvieron al llegar al pueblo
— Tú no eres de aquí ¿o sí? — preguntó él al verla mirando hacia los alrededores, parecía estar perdida.
— Este lugar tiene una plaza ¿verdad?
— Sí.
— ¿Puede llevarme allí por favor?
— Claro, pero antes dime cómo lograste entrar a ese bosque.
— Yo en serio no lo sé. Simplemente estaba corriendo y cuando me di cuenta ya estaba allí.
Aquel hombre estaba un poco preocupado. Cómo ella había logrado ingresar ahí era la causa.
Ya que no era fácil ingresar a ese bosque"

Ahmm... no sé qué decirles. Creo que mejor lo hago al final.

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[ ... ]

*Marco*

Unas horas después viene una enfermera trayendo una orden para el alta de Alessa junto con sus medicinas, además de eso le quitó a Alessa la via intravenosa que tenía en la mano.

Después de que la enfermera se retiró Alessa alistó todas sus cosas y tomó una foto con su celular a la mano que tenía el esparadrapo pegado.

Ya saliendo del hospital Alessa se estaba yendo por su cuenta

— Espera — dije deteniéndola — ¿A dónde vas?

— Ya me voy a mi casa

— ¿Vas a ir caminando?

— Sí

— Espera un momento — dije deteneniendo a un taxi que se acercaba — Yo te voy a llevar. Además no puedes ir caminando, recuerda que debes descansar.

— Está bien, pero ¿antes podemos ir al mercado? Tengo que comprar algunas cosas.

— ¿Para cocinar? — dije después de que ingresamos al taxi y ella asintió — pero ¿no crees que ya es muy tarde? me refiero a que hasta que tu almuerzo esté listo ya...

— Lo sé, pero...

— Ya sé, primero vamos a un restaurant para que almuerces y después de eso vamos al mercado ¿te parece?

— ¿Me vas a acompañar a todos esos lados?

— Te voy a acompañar hasta que llegues a tu casa

— Está bien. Gracias — dijo casi murmurando la última palabra

[ ... ] 

*Alessa*

— Alessa, espera. Necesito tu número de celular. — dijo antes de que yo me fuera hacia mi casa

— No creo que sea buena idea darle mi número a un extraño.

— Es solo para cerciorame de que estés comiendo bien, además tú conoces mi casa ¿verdad?

— No es necesario que hagas eso.

— Si no lo hago no podré estar en paz.

— No creo que responda a tus llamadas.

— Si no lo haces tendré que venir.

— Está bien, ten — dije entregándole un papelito con mi número anotado — Entonces adiós.

— Adiós — dijo él antes de irse

— Marco — dije y él volteó a verme — Gracias. Por haberme ayudado y por todo. Gracias.

— No hay de que. Fue genial haberte encontrado — dijo él sonriendo.

— Bueno, adiós — dije despidiéndome con la mano

— Nos vemos — dijo y volteó para irse. Yo ingresé a mi casa.

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