Creciendo

Parte 13

"..."

Continuaré esta otra historia cuando tenga más tiempo. 

-----
Pueden escuchar la canción en multimedia mientras leen lo que he escrito. Es solo una sugerencia. 😊😊
----

  — Alessa, ¿estás bien?. Nuevamente es como si no estuvieras aquí.

— ¿Ah?. Sí. Estoy bien. — Alessa desvió la mirada hacia el lado derecho y vio una pequeña caja con un lazo. Ella se quedó mirando la caja.  

— ¡Ah! Casi lo olvido. Traje un pastel. ¿Te gusta el pastel? — Alessa asintió como respuesta, con un rosto que denotaba alegría.

Unos minutos después ambos comían un trozo de pastel cada uno.

— Alessa.

— ¿Mmm?

— ¿Te pudo decir Ali?, ¿o tal vez Al?

— Aaaa... Supongo que... puedes decirme Ali o Al, como quieras.

— Mmmm... Ali. — Alessa asintió, ella se sentía nerviosa.

"¿Qué es esto?" pensó ella "Esta sensación, debo estar volviéndome loca".

Era una sensación parecida a la que sentía cuando se paraba frente a la pizarra, excepto por las ganas de reír.

"Ha de ser porque es Marco, un chico".

— Marco

— ¿Mmm?

— Eres lindo. — Dijo Ali, riendo al instante de haberlo dicho, sonrojándose al mismo tiempo.

— ¿Cómo un peluche un lindo?

— Algo así. — Respondió ella. — Lindo como... Winnie Pooh.

— ¿Winnie Pooh? — Marco rió.

(Bueno a mí también me pareció graciosos haberlo dicho.)

— Claro. ¿No crees tu también que Winnie Pooh es lindo?

— Supongo que debe ser lindo. Aunque soy un chico ¿sabes?, es extraño para mí decir que Winnie Pooh es lindo.

(Marco es un chico grande  jaja)

— Marco, tenemos que hablar. (Wow! Qué repentino! jaja)

— ¿Deee qué?

— Uhmm... Bueno, ahora que vives conmigo ¿no crees que deberíamos dividir los deberes? ¿qué me dices?

— Supongo que tienes razón, ¿qué quieres hacer?.

— Yo... puedo limpiar la casa, aunque creo que cada uno debería limpiar su habitación y ropa.

— Yo puedo cocinar, si quieres. — Alessa asintió.

— Creo que eso es todo ¿no? Limpiar, lavar, cocinar...

— Hmmm...

— ¡Las compras! ¡Alguien debe hacer las compras!

— ¿Quieres hacerlas tú?

— Pues...

— Yo puedo acompañarte, si quieres. — Alessa asintió como respuesta nuevamente.

— ¿Podemos ir? Mañana. — preguntó Alessa.

— ¿De compras?

— Sí — Respondió Alessa al mismo tiempo que asentía.

— Claro. ¿A qué hora?