Capítulo 5

6.4K 42 0
                                    

Una madrugada de un día de mediados de Enero

No se qué sentir, si sorpresa, confusión o alegría. Me ha venido a buscar al aeropuerto. Mathias, me ha venido a buscar al aeropuerto. ¿Por qué?¿No estaba perdiendo el interés en mi? Sinceramente, no lo entiendo... Un día está que no me habla casi y al día siguiente aparece plantado en el aeropuerto a las 6 en punto de la madrugada viniendome a buscar, ¿quién lo entiende? Antes de darme cuenta ya he dejado todo con mi familia y estoy corriendo a abrazarlo, llego a sus brazos y me dejo tomar y estrujar por ellos, estoy tan feliz de que haya venido... No puedo dejar de sonreir y tampoco puedo apartarme de él.

Cuando nos separamos nos miramos a los ojos y sonreímos.
-Mathias, de verdad gracias, es lo más bonito que han echo por mí nunca, de verdad gracias.-Lo abrazo y le susurro al oido.-Te amo mi niño.
Al principio él me abraza más fuerte por las caderas y seguido me susurra.-Yo también te amo y siempre te amaré.-Siento cómo el corazón se me acelera y mis nervios brotan con una fuerza impresionante.
-Idem mi amor, idem.-Le respondo con la típica palabra del latín de la película "The Ghost" mientras lo abrazo cada vez más y más fuerte. Cuando nos separamos otra vez, me dirijo a mi padre y a mi perrito, abrazo a mi padre y cojo a Zelda en brazos, él me intenta lamer la cara y yo riendome no lo dejo, lo abrazo y le doy un beso en su diminuta cabecita. Cojo la correa y lo dejo en el suelo mientras nos dirigimos al coche, yo con Mathias y Zelda, mi padre y mi madre cada uno con un carro de maletas y mi hermana con su telefono jugando Candy Crush Jelly. Sigo sumida en mis pensamientos hasta que Mathias acerca su mano a la mía y la entrelaza con la suya, en el preciso instante en el que su mano hizo contacto con la mía sentía cómo una leve corriente eléctrica bastante agadable impactaba en mi mano y cómo mi corazón se aceleraba hasta llegar a pregunarme a mi misma si Mathias lo estaría escuchando.

Una mañana de finales de enero

Él: <<Buenos dias mi amor>>
Yo:<<Buenos dias mi cielo>>
Él:<<¿Cómo ha dormido la mujer más preciosa que existe?>>
Yo:<<Pensando en el hombre de su vida, ¿y su príncipe azul?>>
Él:<<Pensando en ella>>
Yo:<<Oye mi amor, ¿te apetece venir a mi casa el sábado?>>
Él:<<Sí, claro, el sábado tengo libre en el trabajo, ¿a qué hora?>>
Yo:<<¿Sobre las 3 de la tarde te va bien?>>
Él:<<Sí, perfecto :)>>

Un día de finales de enero

Hoy Mathias vendrá a conocer a mis abuelos, estoy super nerviosa, la verdad es que no sé qué pasará, me gustaría tener algo con él, aunque no haya sido el primero pero si será el primero que recordaré toda mi vida, el primero que realmente me importa. Quiero por primera vez en mi vida, entregarle mi alma, quiero que él sea mi primero y mi único con amor.
Mi teléfono suena, un WhatsApp, de Mathias.

Él:<<Mi niña ya estoy camino a tu casa. Me muero de ganas de verte...>>
Yo:<<Yay!! Yo también me muero de ganas de verte amor...>>

Guardo el teléfono y aviso a mi familia de que voy a salir al parque que hay delante de mi casa. Salgo y me dirijo al banco de siempre, me siento y saco un cigarro, lo enciendo y aspiro una gran calada, me trago el humo y siento cómo me purifica por dentro, sé que tengo que dejarlo porque para empezar Mathias lo odia, pero no lo sé, necesito esta purificación, este alivio, esta paz conmigo misma que solo consigo o fumando o con mi princeso, Mathias, mi ángel Mathias. Antes de haberme dado cuenta ya me he acabado el cigarro y ya estoy muchisimo menos nerviosa que antes aunque sigo con los pelos de punta por los nervios de ver a Mathias y de que él conozca a mis abuelos. De golpe me giro mientras que cojo un chicle para quitarme el olor y veo a mi abuela salir de mi casa.
-¡¡Monika!!¡¡Vamos ya a buscar a Mathias a la parada de autobús!!-Dice mi abuela medio afirmando medio preguntando.
-Venga, vamos.-Le respondo segura de mí misma mientras me levanto.
Me dirijo a mi casa y cojo las llaves de repuesto ya que a mi no me quieren dar llaves y aviso a mi madre de que vamos a ir a buscar a Mathias. Salgo y veo a mi abuela esperándome delante de mi casa. Le digo que ya he cogido las llaves y que ya podemos ir. Mientras que vamos a la parada de autobús caminando los nervios me matan por dentro y no sé qué hacer para apaciguarlos. No dejo de repetirle a mi abuela lo nerviosa que estoy. Llegamos a la parada de autobús y me siento en los asientos de la marquesina. Estaba mirando todos los autobuses que pasaban por delante con la intención de que Mathias fuese en uno de ellos cuando recibo un mensaje de WhatsApp.

Erotismo Prohibido (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora