Erotismo Prohibido (+18)

Capítulo 10

Una tarde de principios de abril

Hoy es la junta de despedida, no sé porque voy después de todo lo que ha pasado pero bueno, supongo que si todos han hecho ese esfuerzo por mí a pesar de lo que ha pasado pues tengo que ir, aunque no tenga ni una gana de nada...

Una noche de un día de finales de marzo

Hace 2 días que intento quitar de mi mente a Rubén y no entiendo por qué pero no logro sacarlo de mi cabeza, y a la vez no entiendo por qué cada vez que intento poner alguna excusa para romper con Mathias o para no verlo él insiste, la verdad es que lo entiendo, yo tampoco quiero dejarlo ir pero joder, ya sé que duele pero prefiero que le duela ahora a que le duela más después... La verdad es que ya lo he intentado casi todo y nada funciona... Sólo me queda una cosa más que hacer, pero no quiero hacerla, sólo nos haría daño a los dos y acabaríamos mal uno con el otro, pero es lo único que puedo hacer para que ninguno sufra por la distancia, es la única opción que queda...

Ese mismo día por la noche

Rubén me manda un mensaje diciéndome que si hablamos por skype hoy y yo le respondo que sí, que hoy si que puedo, a los pocos minutos me llega una videollamada suya, la contesto y empezamos a hablar.
-Oye, ¿qué te parece si hacemos locuras?-Le pregunto en plento ataque de risa.
-Claro, ¿jugamos verdad o reto?-Me pregunta él.
-Bueno, ¿quién empieza?-Le pregunto sonriendo.
-Yo, elijo... Hmmm... Verdad.-Me dice él.
-Hmmmm... ¿Qué es lo más fuerte que has sentido por alguien?-Le pregunto con mi usual sonrisa de (͡° ͜ʖ ͡°).
-La verdad es que hace unos cuatro meses terminé mi relación con una chica con la cual llevaba muchísimo tiempo, casi dos años... Lo que sentí por ella fue infinito pero parece que a ella no le bastó, así que terminamos, pero yo ahora estoy bien, conocí a una hermosa chica y siento algo por ella aunque ella ni se lo plantee.-Dice y yo me quedo muy impactada por lo que acaba de decir. Una chica, terminaron, y ahora otra, al parecer si es que me está contando esto es porque para él no soy nada más que una amiga, debería de dejar de hacer el ridícilo con esto e intentar seguir con Mathias, que él si me ama. ¿Y yo a él? ¿Lo amo?-¿Moni? ¿Estás ahí?-Me pregunta Rubén antes de que me de cuenta de que me he quedado sumida en mis pensamientos durante demasiado tiempo.
-Sí, perdona, estaba en mi mundo...-Digo cabizbaja forzando una sonrisa.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien preciosa?-Pregunta con preocupación en la voz.
-Sí, estoy bien.-Digo mirando la pantalla y sonriendo aunque parece que no se va a tragar ese cuento.
-¿De verdad?-Me pregunta con preocupación.
-Sí, en serio, estoy bien. Es sólo que estaba pensando en algo que es algo difícil.-Le digo mientras vuelvo a forzar una sonrisa.
-¿Cuál es esa situación si se puede saber?-Me pregunta aparentemente interesado.
-Pues... Tú sabes que estoy saliendo con Mathias, ¿verdad?-Le pregunto introduciendo la explicación que no sé por qué le estoy contando.
-Sí, lo sé. ¿Tienen problemas?-Me pregunta.
-No exactamente, lo nuestro está bien, sólo que, no lo sé, ya nada es lo mismo, y siento que si seguimos, ambos sufriremos cuando vuelva a Barcelona... A parte... Mira, da igual, eso es todo...-Le digo mientras miro sus preciosos ojos claros y al instante agacho la cabeza.
-¿Qué más?-Me pregunta alargando la a.
-Na... Nada...-Tartamudeo cabizbaja.
-Dime.-Me dice él con un tono autoritario pero dulce y suplicante en la voz.
-Eh... Es que me atrae otra persona, otro chico.-Confieso mirando hacia el suelo.
-¿Quién? Si se puede saber...-Me pregunta él con un tono un poco celoso en la voz.
-Ehm... Pre-Preferiría que no lo supieras.-Digo mirando al suelo y haciendo una mueca parecida al emoji de WhatsApp que cierra los ojos y aprieta los dientes.
-¿Por qué? ¿No confias en mí?-Me dice decepcionado y triste.
-¡No! No es eso. Es... -Le digo y suspiro.-Es que eres tú.-Digo y agacho la cabeza mirando al suelo.
-¿Y-Yo?-Pregunta él tartamudeando.
-Sí, tú.-Respondo aún con la cabeza gacha.
-Mírame Moni.-Me dice dulcemente.-Mírame, por favor preciosa, mírame a los ojos.-Dice mirándome suplicante. Lo miro a sus preciosos e hipnotizantes ojos.-Sé que te costó decirme esto pero, no manches.
-Es que yo... Yo pensé que cuando me habías dicho eso era para pedirme consejo cómo amiga...-Le digo volviendo a mirar al suelo.
-Moni, mírame por favor.-Me pide y lo hago.- ¿En serio pensaste que sólo eres una amiga para mí?-Me pregunta.
-Sí.-Digo mirando al suelo y corrigiendome a mi misma al darme cuenta, vuelvo a mirarlo a los ojos.
-Moni, si sólo fueras una amiga para mi no te hubiese confesado que te amo cuando estabas completamente pedo.-Me dice y ese recuerdo acude a mi mente.-Y sé que por mucho que digas que no recuerdas nada, lo recuerdas todo.
-Vale, lo recuerdo pero es que no lo sé, no sabía si es que lo decías de verdad o solo en coña.-Le digo poniéndome como un tomate.
-¿Qué es coña? ¿Es el coño de los hombres?-Me pregunta y por el tono en el que lo hace me doy cuenta de que realmente no sabe el significado de la palabra coña.
-No, no, no, no.-Digo a toda prisa.-Coña es broma.-Le explico intentando que no me salga la risa tonta.
-Ahhh... Dale.-Me dice él haciéndome ver que lo ha entendido.
-Pues eso.-Digo y bajo la cabeza mientras siento que me pongo como un completo tomate.
-¿En serio pensaste que era broma?-Me pregunta él cuando miro sus preciosos ojos, al parecer un poco ofendidos.
-Sí, lo siento, iba muy borracha como has dicho y no lo sé, no lo he sabido interpretar de otra manera...-Le explico avergonzada y un poco triste debido a sus ojos ofendidos que se clavaban en los míos.
-Pues no wey, no era broma.-Me dice con un tono frío, distante y aparentemente ofendido.
-Lo siento de verdad...-Le digo avergonzada mirando al suelo.
-No te preocupes.-Me dice sonriendo.
-¿De verdad?-Le pregunto con ilusión y esperanza en la voz.
-Sí, en serio, no me enojaré por una idiotez como esta.-Me dice sonriéndome y yo siento como me pongo roja al instante.
-Gra-Gracias, de verdad.-Le agradezco completamente roja como un tomate mientras miro al suelo.
-¿Quieres ver lo que provocas en mí?-Me dice con cara pervertida.
-¿Có-Cómo lo que te provoco?-Tartamudeo poniéndome aún más roja.
-Sí, lo que me provocas princesa.-Me dice con un tono dulce y persuasivo a la vez.
-¿A qué te refieres con eso?-Le prrgunto haciéndome la tonta para ver su reacción ante mi supuesta "inociencia", a pesar de que no tenga ni un poco de ella.
-No lo sé, dime tú a qué crees que me refiero...-Me dice él con la misma csra de antes.
-Pues la verdad es que no tengo ni idea de a qué te refieres...-Le respondo con mi carita de "soy un angelito".
-Pues esto preciosa.-Me dice y apunta a su polla aparentemente dura con la cámara.
-Etto... No-no se qué decir...-Digo poniéndome como un tomate.
-No digas nada, sólo haz lo mismo...-Me dice él con una voz coqueta y persuasiva.
-Etto... No-no lo sé...-Le digo insegura.
-Vamos preciosa...-Me dice intentando persuadirme mientras yo apago la cámara y lo hago, cometo uno de los mayores errores de mi vida...

Al día siguiente

Me despierto sintiéndome la peor persona del universo entero. Ayer después de que él me enseñara su cosa yo me dejé llevar por la lujuría y por mis pensamientos y lo hice, le enseñé todo, acabamos tocándonos ambos frente a la cámara, pero después de hacerlo me sentí la peor persona que pudiese llegar a existir jamás... Le he puesto los cuernos a Mathias... Dios, soy una completa zorra...

Al día siguiente

Ayer volvió a pasar lo mismo, intenté evitarlo pero a pesar de que discutiesemos Rubén y yo, eso no significó que no pasara nada... Me siento un completo asco y Rubén lo sabe, me intenta ayudar pero no puede, la he cagado y lo sé, sé que lo que he hecho está mal, realmente mal, extremadamente mal, y no quiero herir más a Mathias a pesar de que lo hiciese para que él no sufriera con mi partida, pero reflexionando me he dado cuenta de que no es la solución, de que sólo le estoy haciendo más daño, mucho más daño. Recuerdo cuando me engañaron a mí, todo lo que sufrí, y eso que ni siquiera estaba la mitad de enamorada de él de lo que Mathias está de mí... No sé qué hacer, qué decir, no sé nada, sólo sé que me gustaría volver atrás y rectificar esta gran cagada... Pero eso ya es imposible, así que ahora mismo lo único que queda es decirselo y esperar que sea bondadoso conmigo y me perdone... Miro el reloj, las 4 de la madrugada aproximadamente... Le mando un mensaje a Mathias dándole los buenos días y él me responde al instante.
Yo:<<Buenos días.>>
Mathias:<<Buenos días princesa.>>
Yo:<<¿Puedes hablar por llamada?>>
Mathias:<<Claro, yo te llamo, esperáme un segundo mi amor.>>
Mientras espero a que me llame debato conmigo misma si es que debo contarle la verdad o no... Al final decido que aunque le haga daño y le duela, que lo hará, merece saberlo, y que sino después, cuando se entere al cabo de un tiempo, le dolerá más, mucho más... En aquel instante suena mi teléfono y yo contesto la llamada en cuanto empieza a sonar el móvil.
-¡Arrooooz!-Me saluda Mathias con su característico optimismo.
-Hola...-Respondo intentando que no se me note el bajón que tengo debido a la cagada que he cometido varias veces.
-¿Qué pasa? ¿Está todo bien?-Me pregunta al instante de oir mi decaida voz.
-En realidad no, lo siento.-Le digo muy deprimida y arrepentida.
-¿Qué pasó?-Me pregunta aparentemente preocupado.
-Yo... Yo... Lo siento...-Digo con la voz rota y mientras siento que las lagrimas se filtran por mis ojos y salen a traves de ellos.
-Pero... Pero, ¿qué pasó? Dime por favor.-Dice con su voz de preocupación mientras yo siento que la culpa me desgarra por dentro.
-Yo... La he cagado... Mucho...-Le digo.
-¿Qué hiciste?-Me pregunta.
-Yo... Te he...-Digo y a media confesión la voz se me corta y no puedo decirlo y siento que me falta el aire entre sollozo y sollozo.
-Me engañaste, ¿verdad?-Me pregunta con dolor y desconfianza en la voz. No respondo, en respuesta sollozo aún más fuerte y me ahogo, siento que me muero y tengo serias ganas de hacerlo.