Amarillo. Su hermana detestaba el amarillo, pero a ella no le importaba mucho. Fue lo primero que vio cuando abrió los ojos. Un rayo de sol entraba desde una de las orillas de la carpa, cayendo en su cara.
—¿Alice?— una voz la llamó. Una muchacha pelirroja se inclinaba encima de ella, dejando caer su cabello como una cortina.
Alice parpadeó por unos segundos, acomodándose con la luz dentro de la tienda.
—Mi...hermana. Quiero...a mi her-ma-na.— se aclaró la garganta, e intentó sentarse, pero el dolor prominente en su espalda la hizo echarse para atrás de nuevo.
—Woah, tranquila, vaquera. Tu hermana está afuera, esperando.— respondió la pelirroja, acomodando el cojín detrás de la cabeza de la rubia.
—¿Q-Quién eres tú?— murmuró, respirando profundamente.
—Me llamo Maureen.— respondió, mirándola. —Soy--Iba a ser enfermera. Soy lo más cercano a lo que tienen a un doctor.—
Alice intentó asentir.
—¿Qué me pasó?— preguntó.
—Insolación y deshidratación, seguramente. Te caíste de una forma impresionante, y tu cabeza chocó contra el piso. Tendrás un chichón por bastante tiempo.—
Alice solo asintió, moviendo su cuello.
—Tu hermana me dijo que tuviste una cirugía en la espalda y que al caerte te golpeaste ahí también, te pondré una compresa helada cuando esté lista.— Alice volvió a asentir.
La otra chica sonrió y salió de la tienda, momentos después entró Meghan. Resistió el impulso de lanzarse a sus brazos, y optó por sentarse a los pies de la cama.
—Es simpática, ¿cierto?— Alice volvió a asentir. Meg acarició sus piernas con cuidado. —Es la novia de Elliot, el primo de Colin.— los ojos de la rubia se abrieron de par en par.
—Oh.— tragó. —Fantástico.— sonrió forzadamente.
Su hermana rió.
—Ow, no te deprimas, Allie. Hay varios chicos solteros a los cuales puedes echarle el ojo.— guiñó.
Alice estaba callada, con la boca semi abierta; Meghan tenía los labios presionados en una línea recta. Colin miraba hacia un costado, mientras que su primo observaba el piso, mordiéndose la punta del pulgar. La rubia sentía una sustancia subir por su garganta, pero no era vómito, era como algo que la estaba ahogando. Maureen era una buena chica, nunca hizo algo que perjudicara al campamento, y siempre estuvo cuando la necesitaban. Sintió culpabilidad, por haber causado problemas entre ella y Elliot, pero por sobre todo, por haberle robado momentos con él.
Elliot se levantó de la mesa, musitando un "con permiso" y moviéndose hacia su habitación. Cuando cerró la puerta, los tres ocupantes restantes se miraron.
—Lamento...lamento haberlo mencionado.— se disculpó Alice. Meghan le agarró la mano por debajo de la mesa.
—No te preocupes. No había forma de que ustedes supieran y...y sacarían el tema en otro momento, de todas maneras.— Colin respondió, dándoles una media sonrisa.
Meghan exhaló el aire que estaba conteniendo, apretó la mano de su hermana.
—Deberías ir a hablar con él, Al.— incitó, sacudiendo su brazo. —Eras una de las personas más cercanas a él en el campamento, tal vez...puedes hacerlo sentir mejor.— no, pensó la rubia. No lo haré sentir mejor porque cada vez que me mire va a pensar en ella y en lo idiota que fue al haberse metido conmigo. Miró a Colin, esperando que este dijera algo parecido a lo que ella pensaba, pero el bastardo solamente le guiñó un ojo e indicó el pasillo con un gesto de la cabeza. Maldito.
Alice se paró reluctante, con las manos temblorosas y el sudor acumulándose en su espalda. Por favor, que entre una horda de zombies por la puerta y tengamos que salir corriendo porque no estoy nada preparada para quedarme sola con él en una habitación. Por favor, Dios, si existes, cúmpleme el deseo de que la tierra se abra y me trague. Por favor. El problema es que, a pesar de todas las divagaciones de sus pensamientos, el mundo no terminó en ese momento, y había llegado a la puerta del final del pasillo. Golpeó la madera con suavidad, rogando porque no hubiera una respuesta.
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Marcas
Science Fiction"Había escuchado de ello, todos sabían sobre lo que pasaba, pero cuando el mundo se había ido a la mierda y la gente había comenzado a dejar de ser gente, para transformarse en criaturas que solamente se enfocaban en comerte y sacarte las entrañas...