Si les soy sincera, no sé muy bien cómo fue que nuestra encantadora Levy acabo enamorándose de alguien tan indeseable, aunque, ya saben, el amor es así, pero, si estoy aquí es para hacerles saber la manera en que estos dos terminaron siendo lo más importante el uno para el otro, o, más bien, como se dieron cuenta, pues sé que queda muy lindo y romántico decir eso de "amor a primera vista", pero, es que en este caso, no fue una impresión del todo ideal por así decirlo. En fin no adelanto más nada, comencemos esta breve historia con la pequeña maga...Desde que el dragonslayer se unió al gremio, a ella, aunque aún le daba un poco de miedo, le pareció algo adorable, y si, ya sé que es una locura, pero es su punto de vista. El chico se sentaba siempre solo y apartado de todos antes de que llegara Natsu, pues solo entonces se dedicaba a intercambiar golpes con el mago de cabello rosa. A Levy le daba cierta curiosidad la forma de ser, de vivir, de actuar, de reaccionar, la soledad evidente, del cazador de dragones, y, a su vez, se sentía tentada a ir con él, hablarle, y preguntarle muchas cosas que sabía que jamás respondería.
El tiempo paso, y ella seguía sin siquiera acercarse al mayor, todo continuaba siendo como antes, como si no hubiera pasado nada, pero ella no podía dejar de pensar en él, cuando la salvo, cuando entro al gremio, y muy rara vez, cuando la ataco. Para ser sincera, nunca pensaba en eso último, después de todo eso era el pasado, y ella no era rencorosa.
Una mañana, en la cual se despertó mucho más temprano de lo normal, decidió salir a dar un paseo, correr un poco, desahogarse, cansarse lo suficiente como para no tener que pensar en nada más que no fuera una cama. Se puso un short algo corto, una camiseta ajustada, aunque también un poco escasa de tela, y salió. La verdad, no estaba del todo segura de que este plan, pues tenía una resistencia bastante fuerte, pero bueno, en algún momento se cansaría, así que continuó corriendo hasta que sin darse cuenta terminó dirigiéndose al parque, ese donde estaba el árbol en el que ella y su equipo...ya saben. Se detuvo frente a él, lo observó, recordó, y dejó escapar una sonrisa algo triste, luego, siguió con su tarea. No debía seguir pensando en él, si lo hacía, acabaría cayendo en la cuenta de algo que realmente no quería admitir.Unos días después de eso entró al gremio una maga celestial, una rubia llamada Lucy, con la cual nuestra linda Levy entablo una amistad en cuestión de segundos, ventajas de compartir gustos y aficiones, supongo, pero en fin. Ahora, haciendo uso de la justicia pasamos a ver las cosas desde la posición de nuestro aterrador, pero querido, Gajille.
Oye!, Gajille, me estas escuchando?-preguntó Lily a su lado, él se volteó y parpadeo, pues realmente no le estaba haciendo ni puto caso.
Lo siento, estoy algo distraído-dijo para justificarse, el gato se limitó a resoplar, pero ya no hizo más intento de atraer la atención del asesino de dragones, pues sabía que era algo completamente inútil, ese interés ya estaba dirigido a otra persona desde hace un tiempo. En la cabezota metálica del mago solo rondaba un pensamiento, Levy.
Probablemente estuviese allí hace mucho, pero ellos se habían percatado unos días atrás cuando la chica estaba corriendo por el parque algo ligera de ropa, y se paró frente al árbol. La sonrisa que salió de sus labios, aunque era obvio que no era una del todo feliz, fue suficiente para remover algo en el interior del chico, algo que había estado durmiendo en él desde que la conoció, bueno, tal vez un poco más tarde, pero el punto es que la pequeña maga lo hacía sentir diferente, cada vez que la veía reír, hablar, incluso respirar, él sentía un deseo incontrolable de estar a su lado, la chica tenía un aspecto tan frágil, tan adorable, tan infantil, con su escasa altura, sus gestos inmaduros, su imagen con lentes cuando estaba leyendo o escribiendo algo, todas esas cosas lo hacían querer protegerla, cuidarla, después de lo que le había hecho él, no quería que sufriera más, ella merecía ser feliz, y ahí es justamente donde estaba el problema, él podía defenderla, escudarla de todo lo malo, incluso, velar por su felicidad, pero no podía hacerla feliz. Él ya no era digno de eso desde que la había hecho pasarlo tan mal, e, incluso si ella lo perdonaba, él nunca lo haría, tendría que vivir con ese peso sobre su conciencia el resto de su vida, tenía que olvidar los sentimientos que la maga estaba provocando en él, no le quedaba otra opción, esa era probablemente la única manera que había de aportar algo al futuro alegre que él quería para ella. Eso sí, en ninguna cláusula de este contrato se hablaba de no querer asesinar a cada ser humano del género masculino que se acercara a ella, e incluso cumplir ese deseo...o si...si lo decía, tenía que olvidarse completamente de ella en ese sentido, incluso si ella no se lo ponía fácil cada vez que se ponis su ropa de deporte.
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Fairy Conflict
FanfictionEsta vez son tres historias, aun no se si acabaré escribiendo una cuarta. Pero en fin, los personajes son de Fairy Tail...¡no son mios!