once

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Julissa

caminamos hacia la habitación de mis padres con nuestras manos entrelazadas, el dulce gesto ganándome una mirada fría de mi padre y una incómoda de mi madre. traté de ignorarlo y sentarme en el mismo lugar donde estaba hace unos minutos, niall sentado a mi lado. el siguió sosteniendo mi mano y acariciando la palma de mi mano con su pulgar me provoco una sensación de conforte. todo estábamos en silencio durante un rato hasta que mi padre se aclaro la garganta, hablando.

"han pasado casi dos horas. ellos probablemente están alrededor a-" comenzó, la voz que yo había estado temiendo oír lo interrumpió poco después.

"bueno señor y señora Marano, siento decir esto, pero han pasado casi dos horas, casi el doble de tiempo que se les habia dado, y que todavía no nos han devuelto al muchacho." dijo el chico, con un tono excesivamente feliz que me asusto. "y debido a que aun no hemos conseguido lo que declaramos, no nos dejan otra opción mas que entrar a su maravillosa cara y purgar en todos ustedes."

"¡no!" chille, solo para que niall envuelva sus brazos alrededor de mi cintura y me tire sobre su regazo, murmurando cosas en mi odio tratando de calmarme. pero no iba a ser capaz de lograrlo. ¿como iba a ser capaz de calmarme cuando al menos una docena de personas estaban a punto de entrar y matarnos en cualquier momento?"

"lamento mucho que esto tenga que terminar de esta manera, pero no nos han dejado otra opción. nos vemos en un par de minutos."

negué entre los brazos de niall ya que la habitación se quedó en silencio, el único sonido que se escuchaba era nuestra respiración entrecortada y los ligeros ronquidos de maddie. cada uno de nosotros todavía estaban tratando de adivinar lo que podría suceder en los próximos sesenta minutos, el miedo rodaba en todos nuestros estómagos.

"¿vamos a sentarnos aquí y dejar que ellos nos encuentren?" mi madre pregunto a mi padre con su voz temblorosa, dirigiendo su mirada al rostro tranquilo de maddie y mirando hacia el con los ojos llorosos. "¿que vamos a hacer, jim?"

mi padre se paso las manos por la cara con cansancio antes de llegar a su bolsillo trasero, sacando la única cosa que podría salvarnos de nuestro lecho de muerte. "solo hay una cosa que podemos hacer; vamos a luchar."

"pero, ¿que pasa con maddie? ella no puede defenderse a si misma, y desde luego no puede disparar un arma de fuego." dijo, mirando hacia al cuerpo de mi hermana pequeña sobre su regazo, cepillando un mechón de cabello sobre su frente sudorosa.

"puedo ver por ella y mantenerla a salvo, junto con julissa." ofreció niall. "prometo que no voy a dejar que nada le suceda a cualquiera de las dos."

mi madre abrió la boca para responder, pero no puedo si quiera decir una palabra antes de que mi padre responda en su lugar.

"no, eso no va a pasar. puede que haya accedido a salvarte de ser asesinado esta noche, pero eso no quiere decir que te confié la vida de mis hijas." afirmó, moviendo la cabeza con desaprobación.

"lo se, señor, pero solo estoy diciendo que seria lo mejor que puede hacer en este momento. explico niall. "jullisa, maddie y yo podemos ir hacia el sótano y escondernos allí mientras usted y la señora Marano cuidan arriba. entonces, si alguno de ellos piensan en bajar, solo les disparo. es la mejor opción."

"es mas fácil decirlo que hacerlo."

"jim, odio decirlo, pero tiene razón. es una gran idea mantenerlas a maddie y jullisa allí mientras ellos tratan de encontrarnos. y puedo decirte lo mucho que se preocupa por jules; el no va a dejar que salga herida." mi mamá dijo, poniéndose de pie con maddie aun dormida en sus brazos y caminando hacia donde estábamos niall y yo. yo sabia lo que quería hacer y me puse de pie, lo que hizo a niall hacer lo mismo. una vez que el estaba de pie mi madre puso cuidadosamente a maddie en sus brazos, formando un ceño fruncido en sus labios como maddie estaba fuera de su agarre. "es mejor que cuides a mis dos hijas, jovencito. ¿entiendes?"

niall bajó la mirada hacia el cuerpo de mi hermana pequeña en sus brazos y dirigiendo su mirada hacia mi madre, asintiendo. "si, señora Marano. lo entiendo."


*


"¿crees que lograron entrar?" susurré, apoyando mi cabeza en el hombro de niall mientras mis ojos recorrían la oscuridad que nos rodeaba. los tres estábamos escondidos dentro del pequeño armario donde habia encontrado a niall escondido hace una hora o dos, mi cuerpo aplastado contra niall (no me estoy quejado) y maddie en mi regazo. no era la posición mas cómoda en la que he estado, pero es mucho mejor que estar muerta por puñaladas arriba. dios, solo espero que mis padres estén bien...

"si, probablemente si lo hicieron, dudo que les tome tanto tiempo entrar con todo el equipo que ellos tienen." respondió el, apoyando su cabeza hacia atrás en la pared de cemento.

lloriqueé en silencio contra él, los pensamientos acerca de mi padre muriendo tratando de protegernos llenaban mi mente. ¿y si habia mucha mas gente de lo que se esperaba? ¿que pasa si algo va mal, y los matan? ¿que nos va a pasar entonces?

el me debe de haber escuchado porque envolvió su brazo libre a mi alrededor, como si estuviera tratando de convencerme de que todo iba a salir bien, pero no dijo nada. el no necesitaba. fue reconfortante tenerlo sosteniéndome.

debimos haber estado sentados allí por casi una hora cuando un sonido nos despertó y nos puso alerta.

inmediatamente me senté en mi lugar en el pecho de niall, mi corazón se paro por una fracción de segundo cuando mis odios captaron el sonido que yo rezaba no escucharlo en toda la noche mientras estábamos aquí abajo: la puerta que conducía al sótano y pesados pasos que bajaban por los ruidosos escalones.


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uhm voten y comenten  si es que alguien aun lee esto jdjfjf lmao

the purge :: njhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora