CAPITULO 01

4.2K 176 38
                                    

Ongjin era un condado, de la Cuidad Metropolitana de Incheon, fantástico, tranquilo, la mayoría de los habitantes se conocían, ese era el lugar donde nací... Todo en él era perfecto, un sitio donde todos nos ayudábamos, sonreíamos... Mi vida era maravillosa a mis cortos 8 años.

Y yo era el niño mejor portado de mi barrio, siempre impecable, que trataba a todos con amabilidad y que nunca me alteraba ni alzaba la voz. Mis hermanos decían que era un nerd; mi omma, decía que era simplemente perfecto.

Quizás fue porque todos siempre decían que era único y estupendo, que fue por lo que me decidí a confeccionar mi lista. En ella pondría todo que quería que fuera la persona perfecta para que esté a mi lado, cómo debería ser mi esposo ideal, dados todas mis virtudes, yo merecía lo mejor.

Empezaría mi lista para hallar a la persona ideal para mí, y la comencé el primer día de las vacaciones de verano. Mi omma se sentó en el columpio en el jardín de nuestra casa mientras bebía una limonada y observaba como los salvajes de mis hermanos jugaban a los superhéroes.

Yo salí con mi impecable y nuevo overol blanco, y una linda camisa azul, regalos de mi queridísima abuela, y lleve conmigo mi inseparable libreta de dibujo. Pero esta vez, en lugar de dibujar, me decidí a escribir la lista.

Después de mucho pensar la titule "Mi perfecta persona ideal", un encabezamiento adecuado para mis fines, pero, claro, ¿qué diablos podía saber un niño de 8 años acerca de cómo debería ser su persona ideal? Así que con paso decidido me acerque a mi omma, que en esos momentos empezaba a gritar a pleno pulmón a mis hermanos, y esperé el instante adecuado para pedir su ayuda.

• Omma – dije dulcemente a la vez que tiraba de su vestido para llamar su atención.

• ¡Hyungjoong, como no bajes del árbol te juro que mañana mismo lo talo! ¡Jonghyun, deja ahora mismo de perseguir al gato de la señora Choi! – grito omma sulfurada al mismo tiempo que se levantaba amenazadoramente del columpio.

Finalmente mis hermanos se dieron cuenta de la furiosa mirada de omma y dejaron de hacer estupideces. Fue entonces cuando ella volvió a sentarse y me presto toda su atención.

• ¿Qué quieres, mi amor? – dijo suavemente.

• Omma, ¿cómo debe ser el esposo perfecto? – pregunte mostrándole mi lista vacía.

• Cariño, aún eres muy pequeño para pensar en chicos.

• Lo sé, omma, pero la lista no es para ahora, sino para cuando sea más grande.

• Menos mal – suspiro ella aliviada – Entonces deberías crearla cuando seas más grande, ¿no te parece?

• Pero omma – insistí – tengo que hacerla ahora porque cuando crezca estaré muy atareado con mis estudios y mi futuro que no tendré tiempo para los chicos.

• Eso te lo ha dicho tu appa, ¿cierto?

• Sí, appa dice que lo primero son los estudios, luego el trabajo y, por último, los chicos. Me ha dicho que no debo salir con niños hasta que tenga 30 años.

• Tu appa está loco y no debes hacerle ningún caso en lo que respecta a salir con chicos; si por él fuera, te encerraría en tu habitación hasta que fueras un viejito.

• ¿Por qué? ¿Es que papá no me quiere? – pregunte preocupado.

• No, cariño- replico mi omma mientras me subía a su regazo – Verás, appa te quiere demasiado, eres su pequeño y por eso, en su opinión, ningún chico será suficientemente bueno para ti.

• ¡Ah, entonces tengo que confeccionar la lista para que appa vea que sé escoger al mejor de todos! – le dije contento a la vez que cogía mi libreta y mi lápiz sentándome a los pies de mi omma dispuesto a tomar notas.

Rana Azul... Adaptación al MINKEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora