CAPITULO 07

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  Nunca pensé que me sentaría en la entrada de la casa de mi abuela junto a Kibum y que hablaríamos tranquilamente como dos amigos mientras bebíamos una cerveza.

Cuando éramos niños siempre nos hacíamos rabiar, y en la adolescencia seguíamos igual. Tal vez dentro de unos años maduraríamos y todo cambiaria.

Por mi parte había comenzado a ver a Kibum desde otra perspectiva después de ese maldito baile: aquel beso me había mantenido en vela más de una noche. Siempre soñaba con que llegábamos a más allá de unos simples besos, pero, cuando estaba a punto de acostarme con Sr. Perfecto, me despertaba acalorado y sudoroso, deseando tenerlo al lado para poner en práctica todo lo que había hecho en mis sueños.

Nunca me había molestado en pensar en más de dos veces en alguien, siempre iba de una conquista a otra sin importarme nada, pero él... él era diferente. ¿Qué tendría que hacer para conquistarlo? Conociéndolo como lo conozco, lo principal era tener paciencia y esperar a que se olvidara de esa maldita lista.

• ¿Sabes? He pensado acerca de cómo podemos deshacernos de tu padre para que no te moleste nunca más – dijo Kibum interrumpiendo mis meditaciones mientras señalaba con la botella de cerveza a mi padre, quien permanecía inconsciente y atado con un gran lazo rosa en la entrada de la casa.

• Ya lo hemos hablado, Kibum, y no puedes matarlo – repuse harto de escuchar historias de películas malas de terror en las que los tontos universitarios de deshacían de un cuerpo que luego volvía para atormentarlos.

• No, creo que podemos quitárnoslo de encima sin matarlo – afirmó pensativo mientras deba vueltas alrededor de mi padre con ese brillo malévolo en sus hermosos rasgados que solamente yo conocía.

• Lo dudo, mi padre es como una sanguijuela cuando huele el dinero y hasta que no exprima hasta el último won de mi beca universitaria no se despegará de mí – comenté dándole un nuevo trago a mi cerveza – Por cierto, ¿qué es lo que querías hacer conmigo? – pregunte divertido señalando el gran lazo rosa que envolvía a mi padre.

• Nada demasiado terrible: sólo dejarte inconsciente, atarte y obligarte a ver todos y cada uno de los capítulos de "SEX AND THE CITY"

• ¡Diablos! ¡Eso sí que es una tortura, Kibum! – exclame aterrorizado ante la perspectiva de ver una serie donde solamente hay mujeres hablando de zapatos y hombres.

• Lo sé – contesto con una sonrisa llena de satisfacción en los acorazonados labios.

• Con respecto a tu padre... – dijo Kibum volviendo al ataque – ¿Y si le hacemos creer que tu omma está saliendo con alguien al que él pueda llegar a temer?

• Mi padre siempre escapa de la ley y no la respeta en absoluto.

• Yo no pensaba en la policía. ¿Y si le hacemos creer que tu omma sale con alguien peligroso?

• Kibum, en este aburrido condado no hay nadie que se pueda tildar de peligroso.

• Pero si hay muy buenos actores, ¿o es que acaso no recuerda la obra de Navidad que yo dirigí en el acto de encendido del árbol?

• Sí – contesté sonriendo al imaginar lo que el Sr. Perfecto se tría entre manos – Nunca vi una representación mejor de El Padrino que la que tú hiciste.

• ¡Pues entonces vamos! – me dijo tendiéndome la mano – Aún hay mucho que hacer antes de actuar.

• ¡Que empiece la función! – solté antes de coger la mano de Kibum y unirme a su locura.

εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз ~ εїз

En cuanto Kim Kibum cogió el teléfono y comenzó a llamar a los vecinos del barrio que habían participado en la obra de navidad, todos acudieron intrigados. Pero cuando se corrió la voz de que Choi Minho también estaba implicado en la fechoría que planeaba Kibum, el pueblo entero se confabuló, pues ni uno solo de los vecinos del barrio quería perderse lo que esa noche estaba ocurriendo en el gran taller del viejo Jung.

Todos recibieron un papel por parte del perfecto director de escena, ya fuera hacer de mafioso, de víctima o de cadáver.

Y así fue como Soo Man se encontró colgado de una viga del techo del taller, mientras era zarandeado por un hombre con medio rostro quemado y mirada amenazante que le gritaba.

• ¡Eh tú! ¡Sabandija! ¡Despierta! El jefe quiere hablar contigo, no le ha gustado nada que maltrates a uno de sus chicos.

Cuando Soo Man se despertó, miró confuso lo que le rodeaba. Se hallaba en un taller, posiblemente abandonado. No muy lejos de él un hombre robusto vestido con un elegante traje de Armani permanecía sentado en un sillón mirándolo fijamente. A su lado había dos jóvenes que vestían demasiado bien para ser simples muchachos de barrio. El viejo con la cara quemado le hizo dar vueltas para que observara todo lo demás que le rodeaba.

Soo Man se mareó, pero pudo ver como una fila de hombres bien armados custodiaba la única vía de escape.

Se dispuso a preguntar bruscamente qué diablos hacía él allí si minutos antes estaba hablando con su hijo. En ese momento Minho entró por la puerta con un joven de su edad, más o menos amordazado y atado, con lágrimas en los ojos.

Por lo visto el moreno se había cambiado de ropa después de la pelea y ahora lucía una cara y elegante chaqueta de cuero de color negro, sobre pantalones y camisa de marca y unos lentes de solo que lo hacían parecer mayor y más peligroso. Después de todo, su hijo su tenía dinero.

• ¡Mira que bastardo eres! ¡Yo quedándome con tus migajas y tú despilfarrando del dinero! – le grito Soo Man a su hijo. Minho lo miro despectivamente, como si fuera basura, e ignorándolo hablo con el parecía ser el jefe.

• Ryuichi, ¿cuándo nos desharemos de él? Ya sabes que tiene que ser antes de que regreso mi omma.

• ¿Cómo que deshacerse de mí? – pregunto Soo Man confuso sin que su mente registrara aún donde se había metido.

• No te preocupes hijo, todo a su debido tiempo, resolvamos primero otros asuntos de mayor importancia – contesto el hombre con un leve tono japonés.

Soo Man, tras escuchar al hombre, comenzó a pensar que su hijo no se traía nada bueno entre manos. Pero aún no suplicó, él no era de los que imploraban y su vástago era de los buenos, seguro que todo era un malentendido, pensó mientras miraba cómo el angelical rubio de ojos felinos lloraba con desesperación y gritaba histérico tras su mordaza.

De repente, para su consternación, otros hombres entraron cargando a un hombre de mediana edad que había sido terriblemente golpeado. Lo pusieron de rodillas delante de Ryuichi y lo hicieron besarle los pies. Cuando alzo el rostro, suplico al mafioso mientras miraba al rubio que cada vez gritaba más histérico.

• ¡Por favor, le pagare, Señor Asami! ¡Le pagare! No era mi intención retrasarme en el pago, pero, por lo que más quiera, ¡suelte a mi hijo!

• Me he quedado con tu casa, ahora me quedare con tu hijo hasta que saldes tu deuda – concluyo el mafioso sin inmutarse ante la desesperación del hombre – Llévenlo afuera, y si intenta volver a entrar, mátenlo – sentencio el señor Asami Ryuichi mientras sus hombre se llevaban al otro a rastras.

Poco después de que la puerta se cerrase nuevamente, se oyeron gritos y forcejeos y finalmente unos fuertes disparos.

• Vayan a ayudarlos – ordenó Ryuichi a los jóvenes que estaban junto a él.

• Pero, padre ¿y el rubio? – protesto uno de ellos mirando con ojos lascivos al pobre muchacho.

• El muchacho no es para ti, es para mí nuevo hijo – contesto alegremente señalando a Minho – Chico, disfruta de tu regalo por tan magnifico partido.

Soo Man observó asombrado como su buen hijo, que siempre parecía asustado cuando él venía a verlo, se convertía en un bastardo despiadado delante de sus ojos.

Minho cargó al rubio al hombro hacia un lugar oscuro donde se escucharon gritos espantosos, insultos, forcejeos y desgarros de ropas.

Él era el único horrorizado en aquel lugar, todos los demás permanecían inmutables; entonces fue cuando comenzó a temer por su vida y a temblar como un animal asustado.

• ¿Qué quieres de mí? – pregunto al mafioso un asustado Soo Man.

• ¿Yo? – pregunto Ryuichi con inocencia – Poca cosa, tan sólo que firmes los papeles del divorcio y dejes en paz a mi nueva esposa. Mi nuevo hijo, por el contrario, quiere tu sangre y a mí siempre me gusta tener contentos a mis chicos.

• ¿Tú te vas a casar con Ji Woo? – pregunto Soo Man confuso y asustado.

• Sí, ella me proporciona una buena posición en el barrio, es muy dulce y nunca se entera de nada. Así que, ¿por qué no?

• ¡Eres un mafioso! – aclaro aterrado Soo Man.

• ¿Tú crees? – contesto el hombre del rostro quemado entre carcajadas.

• ¡Haré lo que tú quieras, pero, por favor, déjame ir! – empezó a suplicar Soo Man.

• Me das pena... así que firma los papeles y lárgate – concedió Ryuichi – pero, como te vuelva a ver por este condado, mis hombres se encargaran de ti.

Los hombres del mafioso soltaron a Soo Man, que tembloroso firmó los documentos. Cuando ya se dirigía a la salida vio cómo el rubio que había sido secuestrado, y seguramente violado, corría hacia la puerta con la ropa rasgada, pero no llego a obtener su libertad, por su hijo sacó una pistola y delante de él lo mato a sangre fría, luego lo apuntó con el arma, y mientras Soo Man temblaba de miedo ante la perspectiva de una muerte segura, el mafioso cumplió su palabra ante sus asombrados ojos.

• Déjalo chico, no volverá a molestarte – ordenó firmemente Ryuichi. Los ojos fríos y furiosos de Minho miraron a su padre desde detrás de un arma, pero al final la bajo no sin antes advertirle.

• No vuelvas por aquí. ¡Jamás!

Soo Man salió corriendo del lugar sin volver la vista atrás, y cuando lo perdieron de vista por todos, el joven rubio cadáver se levantó y felicito a todo el mundo por una gran actuación.

Horas más tarde los vecinos de Ongjin_gun montaron una fiesta en el taller del viejo Jung, con cerveza y música, y por supuesto, apuestas. Seungki aposto a que la tregua entre esos dos no duraría mucho; ninguno estuvo de acuerdo con él hasta oyeron al Sr. Perfecto gritaba furioso.

• ¡Me tocaste el culo!

• Te juro que fue sin querer – dijo Minho levantando sus manos en señal de rendición – Además, gatito, yo no sabía que tuvieras, pareces una tabla.

• ¡Idiota! – grito Sr. Perfecto antes de tirarle una zapatilla a Minho y salir cojeando de la fiesta.

El pozo, finalmente, fue para Seungki

Continuara...   

Rana Azul... Adaptación al MINKEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora