Narra Andrea🎹
No sé que le pasa a Kurt, desde que le leyeron las cartas está muy serio.
He dicho varias cosas para romper ese silencio incómodo pero parece no escuchar.
Lo tomó de la mano y me dentego, me volteó a ver...
-Hey Kurt, tranquilo. No le creas a esa señora, ella dice que a veces se equivoca.
El solo asintió.
Saqué de la mochila unos dulces que no recordaba que estuvieran ahí. Eran dos caramelos de fresa. Le di uno, no sabía que hacer para animarlo.
Le propuse que tomáramos un autobús de regreso.
Nos sentamos hasta atrás...
-Oye Kurt...- quería decirle que lo quería pero no sabía como.
-¿Qué pasa?.- dijo algo triste.
Dejé que las palabras salieran solas...
-Te quiero.- dije rápido y me volteé. Demonios, que estúpida soy...
Nos quedamos en silencio un rato y cada vez me arrepentía más de haber dicho eso. Es decir, casi no lo conozco.
Tomó mi mano, lo miré y estaba llorando. Me partía el corazón verlo así. Lo abracé con mucha fuerza.
-Te quiero...- dijo en voz muy baja.
El autobús se detuvo y bajamos.