Capitulo 9

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Hemos rescatado a casi todos, Angie, Absa y Andy siguen desaparecidos, no hay rastro de ellos y lo peor de todo es que los Kralicos han desaparecido por completo, no han habido ataques, no hemos visto a ninguno, todos los escondites de los que estábamos enterados están abandonados, es como si literalmente la tierra se los hubiese tragado, es desconcertante. Estoy preocupada por lo que pueda pasar, pero más me preocupa André, sigue siendo el único humano del grupo y sin guardián, sigue teniendo un corazón roto, por tanto Summer aún puede matarlo fácilmente. Se que si algo así pasa, no lo resistiría, ni tampoco León.

– ¿Estás bien? – me acerco hacia la terraza dónde está.

– Estoy bien, solo estoy preocupado por mi hermano, sigue siendo mi hermanito al que tengo que proteger y no lo he hecho, si le pasa algo – guarda silencio y niega con la cabeza – papá no lo resistiría.

– Esto no es tu culpa amor, lo vamos a encontrar y lo traeremos a casa, lo prometo. – me envuelve en sus brazos.

– Tenemos que irnos de aquí – lo miro atónita.

– ¿Huir? ¿Estás loco?

– Huir no, pero si nos quedamos en La Crossa, todo el mundo corre peligro, más aún con los Kralicos desaparecidos.

– ¿Planeas sacarnos a todos de aquí?

– No, yo no, pero tu hermana si.

– ¿Sarah?

– Tenemos que irnos a Robe, según ella el hotel no es solo eso.

Hablé con Sarah y Charlie mientras viajábamos a Robe, mamá y papá pensaron en el futuro, sabían que intentarían sabotear el refugio de los guardianes, por tanto, crearon otro bajo el hotel con capacidad suficiente para todos. Sin levantar muchas sospechas, todos comenzaron a viajar al hotel, a nuestra nueva casa.

– Es increíblemente grande aquí – dice León mirando el refugio.

– No puedo creer que viví toda mi vida aquí y nunca supe que existía.

– Tengo una idea – rodea mi cintura con sus brazos.

– Cuéntame.

– Vamos a casa – tardo unos segundos en entender, se refería a su casa al final de la playa.

– ¿Estás de mente?, nuestra ahijada, su novio y tu hermano están desaparecidos.

– Lo sé – pasa las manos por su cabello. – solo quería ir a casa y fingir que éramos normales. – lo miro con dulzura.

– Una hora. – sonríe, me toma de la mano y me guía a la playa.

Mientras salíamos vi llegar a Sarah y Charlie, se veían bien, algo intranquilos, algo bastante normal si pensamos en que su hija fue secuestrada. Más impresionante fue ver quién venía con ellos, al unir nuestras miradas, corrió hasta mi con todas sus fuerzas.

– Aún me recuerdas – digo abrazándolo con todas mis fuerzas. – Gus.

– No eres fácil de olvidar Ani, si yo no pude, menos lo iba a hacer tu perro – dice acercándose a Gus. – Hola amigo, ha pasado tiempo.

– Debería tener al menos 16 años, se ve igual que siempre.

– Tal vez no envejece, igual que nosotros. – mi mira fijamente. – ¿No fue Alex la que estuvo dentro de Gus todo el tiempo? – si eso es cierto, sería la persona más feliz de este mundo, mi adorado Gus, mi compañero de travesía por años, seguiría conmigo para siempre.

Antes de si quiera poder comentar lo increíble que sería, Gus comenzó a correr en dirección a la casa de León, sin pensarlo lo seguimos a toda velocidad. Poco antes de llegar se detuvo. Me miraba fijamente.

Mi TravesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora