Capítulo 1: El encuentro.

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21 años y ahí se encuentra Carla saliendo con sus compañeras de la prueba de acceso a un FP, con su carpeta de apuntes amarilla, su diadema en el pelo, un pelo largo y sedoso con flequillo y un vestido de flores que encajaba a la perfección con su blanca piel, y de repente, el tiempo se detuvo, al salir por la puerta tanto como ella como sus nuevas compañeras se pararon en seco, al cruzar la calle se encontraba estacionado un precioso mercedes color plata, si, de esos que parecen lujo extremo y caro, se abrió la puerta y salió un chico, se veía maduro, tal vez en sus 28-29, alto, guaperas, vestido con un traje de camisa blanca impoluta, una chaqueta y unos pantalones negros y una corbata celeste muy bien planchada...¿Quién sería este sujeto? Desde luego de la clase media no podía ser, eso se deducía solo de ver el coche...entonces... ¿Quién era?

Inmediatamente una de las chicas, la hija del alcalde del pueblo soltó por lo bajo –Oh my god! Es el chico de la reunión de mi padre, pero ¿Qué hace aquí? Pensaba que se habría marchado...- las otras chicas por su parte no sabía de qué trataba el tema, así que se aferraron a la hija del alcalde y le dijeron que hablase a la de ya. Resulto ser el arquitecto a cargo del nuevo edificio para el hotel de 5 estrellas que querían construir en el pueblo para darle salida al turismo, pero eso aun dejaba la duda en el aire de que hacia semejante individuo delante de una escuela de preparación para exámenes de acceso.

El individuo empezó a caminar y se paró frente a Carla, la miro de arriba abajo y cogiéndola por la muñeca tiro de ella y empezó llevándosela consigo casi a rastras y únicamente diciendo –Eres tú- entre tanto Carla, terca y quejica trataba de resistirse, acabando pues con la paciencia del joven, el cual en un acto de rebeldía, poco propia de una persona la cual llevaba semejantes ropas, la cargo a un hombro, cayendo su carpeta al suelo, la cual cogió con una mano y se la llevo introduciéndola con algo de brusquedad al coche, entrando el con rapidez y cerrando el coche con seguros, para poder arrancar sin peligro alguno....

Carla quería morirse, porque ella, tenía miedo, se sentía que iba a ser violada, que algo malo pasaría con ella o por el estilo... ¿por qué ella?

El coche iba rápido, no hacia ruido, muy silencioso...Carla entre nervios y miedo cayo dormida en el asiento trasero, había estado estudiando mucho estos días para poder entrar con seguridad a los exámenes y aquel cuero...eran tan cómodo, que cumplía las delicias de los más exigentes cuerpos...

Tras un buen rato, el cual Carla no sabía cuánto había pasado exactamente, el chico estaba abriendo la pierda del coche e iba con intenciones de cargarla cual princesa de cuentos hasta sea donde fuere que la llevaba...pero nada más sentir el tacto de una mano despertó de golpe y dando el bote de su vida. El chico sin mediar palabra opto por intentar dejarla caminar por su propio pie y únicamente se decidió a extenderle la mano, no aun sin saber que Carla solo fingiría cogerla para nada mas estar fuera poder salir corriendo, sin embargo una vez fuera, se percató de que era imposible escapar, se encontraba en un garaje, por lo tanto era imposible huida alguna....No le quedó más remedio que seguirlo...-quizás al llegar a la escalera pueda huir- pensó, al entrar al ascensor cada vez notaba más la imposibilidad de escapatoria, aquel ascensor era muy raro...No tenía números, tenía un teclado el cual permitía la conexión directamente la planta...un bloque de lujo, en serio jamás pensó que ella pisaría aquella clase de lujos, nunca lo pensó, ella simplemente era una chica criada en un pueblo contra su voluntad. Sin darse cuenta el ascensor había ascendido y se había parado en un noveno, espera – ¿¡NOVENO?!- eso era imposible aquello era muy alto, esos edificios no los había en el pueblo...espera... ¿Cuánto tiempo durmió? ¿Dónde estaba? Mientras la puerta del ascensor se abría dando espacio a una entrada bastante sencilla el chico dijo -Has dormido cerca de dos horas, desde luego andabas agotada- cogiéndola de nuevo por la muñeca y pasando con suavidad a cogerla por la mano con suavidad. Carla se acababa de dar cuenta de algo más sobre el sujeto, no solo era alto, sino que estaba bien formado, al ir tras de él podía observar su espalda, era ancha, básicamente podía esconderse tras él y no darse nadie cuenta de su presencia, además sus manos eran bastante grandes en comparación con las suyas y sus dedos eran finos y largos...pero no solo se veían robustas, sino...también delicadas.

La desventura de Carla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora