Capítulo 2: ¿Quién es él?

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-Mejor te llevo mañana a tu casa- cortando el tema rápidamente Josué recuperó la compostura y cogió por los hombros a Clara llevándola al interior del piso y guiándola a la habitación de la cual había salido con anterioridad. –Tranquila, yo dormiré en el sofá, no tienes que preocuparte por nada- cerrando la puerta tras de sí y dejando a Carla en la habitación, Josué se fue al sofá, en el cual se observaba que no terminaba de entrar, aquel sofá era muy pequeño para su tamaño, y parte de las piernas se le salían, pero no iba a permitir que Carla durmiera en aquel sitio.

Había pasado un rato, Carla no sabía cuánto, pero realmente el rato había sido largo y ella no lograba conciliar el sueño, se puso una manta a la cabeza y se acercó con sigilo al salón encontrándose una estampa digna de ser retratada. Allí estaba Josué tirado en el sofá con las piernas colgando por el reposabrazos, realmente Carla se sentía un poco mal, aunque si ella se fijaba bien, ahora entendía porque el tamaño de la cama fuese el que era, se acercó al sofá y quitándose la manta la puso sobre él y se alejó con cuidado regresando a la habitación.

A la mañana siguiente la luz entraba con fuerza por las ventanas de la habitación, se sentía en el ambiente que hacía muy buen día, saliendo con curiosidad al olor que la llamaba encontró a Josué haciendo tostadas en la barra de la cocina, esta vez estaba vestido más informal, por lo menos se lo veía mucho más cómodo con la ropa que la vez anterior, esta vez llevaba una camiseta blanca y unos pantalones vaqueros negros, y si, seguía yendo descalzo, alzando la cabeza de la tostadora miro sonriente a Carla, indicándole con una mano donde podía sentarse a desayunar. Tras un rato de desayuno, Josué se puso los zapatos y cogió de la mano a Carla llevándola consigo al garaje. –No podré hacer esto más tarde, así que lo haré ahora- Tras estas confusas palabras ante el asombro de Carla, esta fue abrazada y más tarde besada con ternura, un beso que solo rozaba los labios, pero que parecía decirlo todo, y con esto Josué abrió la puerta del coche del acompañante y dejo entrar a la chica para después cerrar e ir a la puerta del conductor y así salir camino a casa.

Ese fue el primer momento en el cual Carla pudo observar realmente donde había estado, y realmente, era increíble, aquel barrio ni siquiera parecía español, era fascinante era como ver el barrio de negocios, un barrio tan moderno que realmente nadie pensaría que estaba en España, resulto ser que era la zona este de la ciudad de al lado al pueblo de Carla.

Carla observaba como el paisaje cambio de forma drástica al salir de aquel lugar y fue tomando la forma de un paisaje de montañas. Prados y hierbas rodeaban la carretera a un lado mientras al otro se veían montañas, al cabo de unas dos horas se podía ver la entrada al pueblo de ésta.

La chica se sentía nerviosa y con miedo, era la primera vez que se iba sin avisar y que encima no advertía de su posición y estado y conocía como era su padre, por lo que realmente deseaba que no estuviese en casa...pero...obviamente y seguramente ese no iba a ser el caso. Al llevar a la puerta de casa y llamar el padre salió hecho una furia, pero en vez de abalanzarse sobre Carla, intento atacar a Josué, sin siquiera medir que la diferencia de estatura era de una cabeza y esto le daba desventaja, el simplemente arremetió contra el joven, el cual únicamente iba en son de paz y quería disculparse por sus actos prometiendo que no había hecho nada a la chica.

Sin embargo el padre no hacía cuenta de lo que aquel joven estaba diciendo, y el escándalo provocó la salida de la madre de Carla la cual con asombro sí pareció reconocer al muchacho, pero sin decir nada simplemente llamó la atención del padre y lo trato de parar, para sorpresa de la mujer el padre pasaba y únicamente quería golpear al chico sin embargo Carla se puso en medio. – ¡ya basta papa! Te está diciendo la verdad, así que no actu...- Carla no pudo acabar de hablar porque su padre intentando liberarse la golpeó cayéndola al suelo de forma brusca. -¡Carla!- El joven se acercó corriendo a la chica quitándose de en medio al padre en un abrir y cerrar de ojos y agachándose para levantar a la chica como si esta hubiese sido lastimada de la peor forma posible. –Le ruego pare esta discusión, la que ha salido lastimada de esto ha sido su propia hija no usted ni yo, si quiere hacer algo, hágalo contra mí, pero no ataque a su propia hija. ¡Ella no tiene la culpa, fui yo la que se la llevo, fui yo quien la arrastro!- Las palabras salían por si solas de la boca del joven y en su mirada podía verse claramente el enfado por el que estaba pasando el joven en dicho momento, y el padre se quedó...atónito. Jamás pensó que hubiese alguien que pudiese mirarle de forma tan altanera, siempre había sido temido y respetado, pero este chico, no lo era. Desde luego el chico prometía pensaba el padre, alguien capaz de gritar por una persona ajena a sí misma y con esa ímpetu de protección, desde luego no era típica de aquellos días, eso no implicaba que el enfado del padre aún se esfumase, eso estaba claro.

Sin embargo, esta vez lo dejaría pasar, entró pues de forma tosca en casa y dejo al muchacho con su enfado, a Carla con el golpe y a su mujer con la sorpresa en la cara.

La madre si sabía quién era aquel apuesto joven, ella si le recordaba, ese chico era del pasado, un pasado el cual Carla no recordaba, y no por voluntad propia.

La cara de la madre iba pasando de un blanco pálido a una cara con una expresión más amable a la par de sombría. -Desde luego...no has cambiado ¿No? Sigues siendo tan impulsivo como entonces...Bueno, dejemos correr el asunto, sé que no le has hecho nada, se ve en la cara de Carla. –Y tras decir esto con paso rápido entro en la casa- Carla sabía que su madre no iba a decirle nada, eso estaba claro, tenía que actuar rápido, Josué estaba girándose, parecía que se había decidido a irse, ¡Mierda! Carla, ¡piensa algo! La única solución era...

Carla salió tras Josué, tenía que hacerlo tenía que enterarse, tenía que hilar todo, ella sabía que estaban ocultando algo, Josué le ocultaba, sus padres le ocultaban, ambos bandos le ocultaban algo...pero por encima de todo estaba la opresión que Carla sentía al mirar a Josué, lo alcanzo, y de su camisa tiro, realmente los deportes no eran lo suyo, sus piernas no daban para mucho y no con el calor que hacía en ese pueblo, Carla siempre pensó que no era normal. -¡Josué, espera!...- con la respiración entrecortada Carla intentaba hablar y Josué se giraba al ser llamado por la chica, realmente Carla era como una muñeca de porcelana pensó el muchacho... -¿A dónde me llevaste ayer...? tu casa... ¿Dónde está exactamente?- La cara de sorpresa del joven Josué no podía ser expresada de ningún modo, pero él le apuntó la dirección de donde vivía, pensando tal vez que le enviase cartas, eso era un comienzo pensó.

Se despidieron, Josué se montaba y marchaba con la mirada triste mirando el espejo retrovisor viendo como a medida que se alejaba Carla iba haciéndose más pequeña hasta desaparecer de la vista del espejo...

Una vez Carla regreso en casa, cogió la maleta, metió sus ropas, las más bonitas, después de ver la casa desde luego cualquier ropa no podía usarse allí, faldas, camisas se seda, el camisón de tirantas de color blanco roto, y un vestido muy bonito eran de las prendas que desde luego iban a estar en la maleta, también llevó consigo el anillo, aquel anillo era suyo, no recordaba cómo lo obtuvo pero su corazón le decía que era muy valioso...

Al día siguiente Carla obtendría su ansiada verdad había comprado un billete de tren.

-¡Mamá!, me voy, las notas son la próxima semana, no sé cuándo volveré, pero tranquila, te aseguro volver para verla, de momento tengo asuntos que resolver...no le digas a papá a donde fui, pero no estaré mal, confía en mi- Y Con la maleta el sombrero y la prisa de perder un tren, Carla salió escopetada de la casa dándole un beso a su madre y sin decirle una sola palabra a su padre, aún estaba enfadada por los actos que su padre había llevado a cabo....¿Qué sucedería en las próximas horas? ¿Cómo se daría la situación?

Todo esto se decidiría en unas horas, pero claro, ya llevaba un día de nervios y eso...no ayudaba.

----------------CONTINUARÁ-----------------

La desventura de Carla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora