Capítulo 7: Celos navideños.

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Tras salir del aseo, Luna empezó a bajar los escalones con prisas. –Me tarde demasiado, Álvaro debe andar preocupado...- Sumida en sus pensamientos Luna resbaló, se había desequilibrado debido a los zapatos e ir con prisas, casi al llegar al suelo una mano agarraba su muñeca y tiraba de ella alejándola del suelo y pegando a la joven contra el cuerpo del salvador.

Tras bajar los escalones que faltaban, Luna pudo fijarse en quien era su salvador, resultó ser el profesor y presidente del club de natación, quien nuevamente pego el cuerpo de la chica contra él y se fue acercando. Solo unas palabras pudieron llegar a la cabeza de Luna 'Ten más cuidado, te estas metiendo en un grandioso lío del que te puede costar la salud'

Fue en ese momento en el que Álvaro aparecía y descubría con horror la escena que se estaba llevando a cabo delante de sus narices.

La furia iba consumiendo al joven, de todas las cosas que podían pasarle, y de todas las personas que podían hacérselas, tenían que ser esos dos...

-Aléjate de ella, te lo advertí hace tiempo, no me ganes como enemigo...- Álvaro cogió la muñeca de la muchacha y se la arrebató al profesor. Tras arrebatársela al chico la sacó de la fiesta y la llevó al área de los clubs, arrastrándola hasta la puerta del club de natación, rebuscando en sus bolsillos saco una llave. –Ventajas de ser presidente de un club, tienes acceso a las llaves sin que te miren de forma rara.- El humor del joven parecía haberse relajado un poco, pero aun así aquella situación llamaba la atención de la chica. Álvaro abrió la puerta y cogiendo nuevamente la mano de la chica esta vez con más suavidad que en la situación anterior la hizo entrar en la zona donde estaban las piscinas. Cerró tras el la puerta y fue caminando lentamente hacia Luna, esto hizo que la chica fuese retrocediendo hasta llegar al borde de la piscina donde ya no pudo hacer nada, Álvaro terminó de acercarse a ella, una mano se posó en su mejilla, otra la rodeo por la cadera y un leve empujón por parte del joven los llevó a los dos a caer al agua.

Estaban completamente mojados, Luna se fijó en lo grande que era la piscina cuando no había gente, las luces estaban apagadas, pero podía verse lo justo gracias a la luz de la luna y de las luces de las farolas de fuera que habían sido encendidas para alumbrar los terrenos en la fiesta.

-No recordaba esta piscina tan grande, ¿Por qué será?- Luna empezó a nadar, se había olvidado por completo de cómo había entrado en aquel sitio, de la situación y del acompañante, hasta que esté la atrapó abrazándola por la espalda y dándole un beso en la nuca.

-No te acerque a ese profesor, te dije que estabas metiéndote en un lío que podría costarte la salud, ¿Por qué no me prestas atención?- Espera, aquel día, la advertencia se la lanzó...¿¡Álvaro?!. Luna intento escapar, zafándose de su abrazó, nadó al borde de la piscina pero cuando fue a salir, el brazo del muchacho la atrapó tirándola de nuevo al agua a su lado, girándola para acabar frente a frente, el chico observó a Luna, viendo como la tela del vestido se pegaba a su cuerpo, al igual que la chica se fijó en como la camisa blanca del joven se pegaba a él marcando los músculos de su tonificado y fuerte cuerpo.

El chico la abrazo, Luna empezaba a notar como la temperatura empezaba a subir de nuevo, daba igual que hubiese agua, parecía que del calor esta se evaporaría, la escena se tornaba excitante, Álvaro acorraló a la muchacha contra la pared de la piscina mientras que con sus brazos impedía que esta pudiese escapar por los laterales. Sus caras se acercaron, apoyo su frente con la de la chica y después acerco sus labios a la oreja de la chica. –Sigo muy enfadado por lo de antes, primero no solo te das cuenta de que te advertí del peligro y después vas y caes ante él...-

Tras esto su mano fue al muslo de la chica y subiendo por debajo del vestido fue acariciándolo hasta llegar arriba del todo, casi a las caderas, Luna se estremecía y soltó un gritito, que acto seguido fue callado con un beso del muchacho. ¿¡Estaba excitándose por solo aquello!? Luna intentó alejarlo, pero era imposible, su cuerpo se sentía débil y estaba reaccionando ante él, sentía vergüenza, calor, un escalofrío recorría la espalda de la joven, quería más, pero su mente no permitía que su boca lo pidiese, el chico se iba arrimando a ella, el espacio entre ellos cada vez era menor hasta ser separados casi únicamente por las ropas mojadas, sino estuviesen las prendas básicamente estarían piel con piel, la temperatura de Luna seguía subiendo, sus mejillas se iban poniendo cada vez más roja, la situación era bastante morbosa se viese por donde se viese, por la noche, con gente en los alrededores de la fiesta, en una piscina y a escondidas, digno por completo de una película americana...

-Más, sigue más...- Luna solo fue capaz de decir en voz baja esas palabras mientras que los ojos del muchacho se abrían de par en par. Álvaro había pasado el cuatrimestre entero deseando escuchar que la chica lo aceptaba finalmente, su esfuerzo y su fino acoso habían logrado lo que él quería, tenerla por completo, el muchacho abrazo a la chica sin dejar que esta pudiese corresponderlo, con fuerza pero con la dulzura suficiente como para decirle que todo estaba bien.

Luna se sentía libre, había conocido al fin alguien para ella, que supiese que malinterpretar con ella debido a su forma de ser era fácil, que su mal carácter era aceptado, Luna se sentía feliz de haber encontrado a la persona indicada para ella, quizás eso fue lo que le dio fuerzas para decirle al muchacho con anterioridad que siguiese más.

El techo acristalado de la piscina permitía que la luz de la luna entrase creando un claro en el centro de la piscina, como si un foco iluminase el centro de un escenario de teatro, Álvaro entrelazó sus manos a las de la muchacha y la trajo consigo al claro, le quitó el nudo del vestido atado al cuello mientras ella tímidamente iba desabrochando los botones de la camisa blanca del joven, quedando en ropa interior él fue besando y lamiendo cada punto del cuerpo de la chica mientras ésta se abrazaba y dejaba guiar por el experimentado Álvaro.

-Prometo protegerte esté o no esté cerca de ti, aunque en ello me vaya la vida – Tras miles de caricias y besos entre ambos muchachos la noche culminó de la forma más prevista tras todo lo sucedido a lo largo del rato en la piscina, fuera ropa interior, dentro sentimientos y calentura por parte de ambos, la noche era joven y ellos también...

La desventura de Carla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora