Siete cafés y un portátil

Capítulo 8: Error

Luca mueve la mano con sigilo hasta su bufanda y se la levanta con cuidado, pero es demasiado tarde ya. Ya he visto lo que intenta esconder.

- Luca, quítate esa bufanda - digo,  con una calma que me hace temblar hasta a mi.

Sus ojos, siempre estables, se vuelven borrosos, puedo ver como mi tono de voz también le ha intimidado.

- Hace frío - tartamudea.

- Quítatela; Luca, no lo repetiré dos veces - le ordeno firmemente.

Puedo ver como sus manos se arremolinan en la bufanda y se la quita, dejando al descubierto mi mayor pesadilla. Tenía esperanza de que fuese una imaginación mia, pero la marca sigue ahí. Mis ojos atraviesan su mirada con expresión dura, le estoy pidiendo exlicaciones y el lo sabe.

- Me he pegado contra la pared - replica.

¿ No pensará que voy a tragarme eso, verdad ?

- Quítate la puta sudadera - mi manera de hablar me sorprende, nunca he dicho nada inapropiado hasta ahora.

Sabe que no tiene elección, así que se quita la sudadera enseguida.

Como no. Hay otra más en su hombro.

- ¿ Eso es de la misma caida ? ¿ O te has caido dos veces ? -mi ironía tapa mi voz quebrada.

- Anna, yo...

- ¡ Cállate ! ¡ No se como te atreves a decir que me has hechado de menos ! ¡ Eres un imbécil, un capullo ! ¡ No te quiero volver a ver en mi vida Luca ! ¡ Nunca ! ¿¡ Me oyes !? - grito, destrozada.

- Anna, porfavor - susurra.

- No, Luca, esto se ha acabado, adiós.

El ordenador se apaga y mis lágrimas se encienden, cuento siete cuando el dolor que hacía tiempo que no sentía vuelve. Lo recuerdo perfectamente. Antes de Luca, yo me odiaba a mi misma, y esa presión en el estómago, esas ganas de no hacer nada. Estan volviendo.