Capítulo 7.

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Como se esperaba, ninguna de sus amiga fueron discretas en los motivos por los que Zorash decidió alejar al de ojos azules, este se limitó a hacer un ademán mostrando su notorio desagrado por tal pensamiento pero no hizo algún comentario, decidió omitirlo.

Tardaron más de los imaginado en llegar a ese lugar maravilloso del que tanto hablaba Ro. La casa por fuera en verdad se veía mal, con enormes grafitis de todos los colores pero con las rejas casi intactas, en ese momento se preguntaron como iban a entrar si parecía seguir segura, por fortuna la pelinengra mayor de mal genio ocultaba una pequeña noticia agradable.

-No piensen en romper la puerta.

-¿Tienes una mejor solución? -El rubio se cruzó de brazos.

-Claramente.

Tiró la pesada mochila que cargaba en su espalda al suelo, ahí comenzó a buscar algo con mucho esmero, cuando finalmente pareció obtenerlo en sus labios se formó una pequeña mueca o al menos eso parecía en la cabeza de Mika.

-Seamos civilizados.

Con arrogancia metió en la cerradura de una puerta una de las tres pequeñas llaves, dando entrada a todos sus acompañantes que no preguntaron nada hasta que creyeron estar seguros encerrados en la amplia sala con cómodos sofás. Antes de articular una palabra dejaron en manos del Hyakuya la inspección de cada rincón.

-Ya puedes respirar, no hay nadie más.

Mencionó bajando las escaleras.

-¿De dónde sacaste esas llaves? -La más impactada era Sara.

-El señor Gómez le tiene confianza a mi papá por lo que le tiene confiado un juego de llaves.

-¿Y por qué tomaste ese juego de llaves? -Ahora Marcó fue el curioso.

-Simple, los agarre rápido ya que vi un abrelatas colgado.

-Eso lo explica.

-Bien, la casa es lo suficientemente grande así que el espacio no es problema. Será sencillo -Suspiro señalando las escaleras-, Marco, Alex y Ro quedarán en la habitación del fondo así que vayan de una vez

Los mencionados subieron corriendo al lugar indicado, al parecer les gustó lo que sus ojos vieron, pues se escucharon unos pequeños chillidos de emoción.

-Cómo sea. Marina, Sara, su hermanito y yo dormiremos juntas en la habitación al frente de la de Alex, mientras tanto Mikaela puedes quedarte en la habitación de enseguida.

-Cool, si no te importa voy a instalarme -Cargando a su hermanito, la chica de piel morena subio lentamente a la habitación.

-Entonces te esperamos arriba, Zorash.

Siguiéndole se fue su última amiga, sin esperar más la joven se dispuso a subir pero en el proceso comenzó a cogear, arrastrando su pie derecho, dicho comportamiento llamó la atención del semivampiro.

-¿Dónde fue que te lastimaste?

-Por ahí, no es nada importante.

No pregunto más, se limitó a seguirla en el proceso lento de subir uno a uno los escalones. Veía en su rostro el dolor e incomodidad, de vez en cuando en los minutos la escuchaba maldecir. Al llegar finalmente al segundo piso decidió llevarla consigo a otra habitación, iniciando por tomar su brazo, ganando una mirada interrogante.

Mi Criatura. |Mikaela Hyakuya. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora