Capítulo 14.

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Cinco minutos llevaba sosteniendo las manos del pálido chico de ahora ojos rojos en un intento de consuelo, no sabía mucho de él, pero por lo que escucho y deduce odia a los vampiros, por lo que eso es un golpe fuerte para su existencia formar parte de ellos, unos de los seres que desprecia.

—Vamos, no es tan malo.

—¿Te das cuenta de que ahora tendré que beber sangre humana y de lo grave que es?

—No soy tonta, lo sé.

—¿Y?

—Era eso o dejarte convertirte en una bestia fuera de control.

—Prefería la muerte, si tan solo hubieras tenido un arma demoníaca te hubiera pedido matarme.

—No creo que lo hiciera, una cosa es que dije que te mataría y otra diferente que lo haga ahora.

—Zorash, no puedo vivir así con ustedes, tendré que beber sangre luego y—

—Entonces te doy sangre y listo, nos dejamos los dramas, ¿Okay? —Se inclino un poco acariciando las mejillas del más alto en consuelo—. Al menos no tienes sangre en tu ropa.

—Perdón, me asuste cuando te escuché y... Lo único que pensé fue en dejarte —Se encogió de hombros apenado y dolido—, no me gustó lastimarte, perdón.

—Si, me hiciste heridas innecesarias —Golpeó su frente con un dedo sin intenciones de lastimarlo—. No seas brusco porque en verdad duele como no tienes idea.

—En realidad me hago una idea del dolor, disculpa.

—Terminaré de lavarme, puedes hacer lo mismo cuando termine, ¿De acuerdo?

Él asintió en silencio.

Al soltarlo y volver a sus curaciones tuvo la sensación de estar hablando con Anthony por lo suave que tuvo que dirigirse al de ahora ojos rojos.

Lo vio por el espejo salir del baño luego de unos minutos, sin tomarle importancia continuó con su trabajo, realmente se había pasado. Se podía ver donde había encajado sus colmillos y la piel desgarrada, sin prestarle más atención coloco la gasa blanca antes de lavar sus manos y salir con dirección a conseguir otra blusa.

—Ve a lavarte ahora, solo no salgas porque me cambiaré.

—Avisame cuando hayas terminado.

Dijo el de cabello alborotado cerrando la puerta detrás suyo, con rapidez Zorash prosiguió a quitarse la blusa y ponerse otra, no demoró más de un minuto.

—Listo.

Anunció desde la comodidad de su cama.

La puerta se abrió sin la luz del foco, sólo pudo ver la sombra de él dirigirse al sofá.

—Zorash.

—¿Qué?

—Gracias, pero no tenías que hacerlo.

—Ya lo hice, ahora intenta dormir.

Sin más palabras ella cayó rendida, no había perdido tanta sangre para llegar a esos extremos, pero si se le suma el estrés diario tiene un poco más de sentido.

En cambio Mikaela parecía búho, no podía dormir a parte de que no lo necesita del todo. Seguía persiguiendolo esa idea de ya no es más un semivampiro, su lado humano que le daba esperanzas de que Yuichiro lo aceptará se fue, no quedaba más que hacer, se volvió un repugnante chupa sangre y para colmo lo ayudó a sobrevivir fue la chica que no le tiene gran aprecio a quien por cierto lastimó estando fuera de sus sentidos.

Mi Criatura. |Mikaela Hyakuya. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora