Cuatro lunas

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Llevo cuatro lunas esperando tu regreso, pero nunca vuelves.
Todas las noches me duermo pensando en todas esas palabras que nos intercambiábamos en su momento. Todas las sonrisas y las lagrimas.. Todas las caricias en la distancia que me conmovían y revoloteaban en mi mente durante días. Fui momentáneamente feliz junto a ti, pero yo siempre he tendido a preocuparme por lo que está por venir. Siempre intento prevenir los golpes, para acostumbrarme a ellos y conseguir así que no me duelan, pero es imposible. Analicé lo nuestro hasta casi enloquecer. Intenté buscar un sentido, respuestas y un significado a la extraña sensación que siempre me invadía. Fui feliz contigo pero siempre supe que algo no iba bien. Supuse miles de finales alternativos para apaciguar una herida que aún no me habías hecho. Pero al final resulta ser verdad, que solo nos pasa todo aquello que nunca llegamos a imaginar. Te fuiste, supe que lo harías pero nunca imaginé el como ni el porqué, y las explicaciones fueron aun más dolorosas que el hecho de tu partida.
Sabes que odio las despedidas, sobretodo si acaban bien. Me resulta más fácil superar un amargo adiós que un "lo siento"
quizás porque no estoy acostumbrada a que no quieran hacerme daño.
Pero me lo hiciste igual.
Te imagino viviendo tu vida, tan alegre como siempre, lleno de optimismo y buena suerte mientras yo me retuerzo en una constante agonía. Tengo tus ultimas palabras clavadas en mi pecho.
Todas las noches se vuelven aun más vivas, tan vivas que parece que eres tú quien las repite. Odio no poder odiarte, odio echarte de menos, y odio no poder decirte adiós. Hace cuatro lunas que te fuiste y ya siento que ha pasado una eternidad.

Crónicas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora