El jodido camino es siempre el mismo, la cafetería de los panqueques azules, la plaza llena de niños, y mi colegio. Ese pequeño lugar que me deja la boca con sabor a come-mierda.
Todos parecían ignorarme, cosa que agradecía, no quería que nadie me viera rodeada de pubertos. De pronto sentí algo chocar contra mi hombro, me queje y mire fríamente a unos de los chicos que había chocado conmigo por 'Casualidad'
—Hey... — no respondí, por dos simples razones; 1- Existía la posibilidad que no me hablara a mí, y aún así hubiera chocado conmigo... No creía que me fuera a pedir disculpas, y quedaría como idiota al responderle, o 2- Quería humillarme, estaba acostumbrada a la segunda así que le ahorre todo el proceso y me levante de la pequeña banca donde estaba.
—Hey... —volvió a repetir
—¿Me estás hablando a mí? — le pregunté con una ceja levantada
—Claro que sí, estás estorbando
—Ah — Me volví a sentar y seguí almorzando.
—¿No me escuchaste? Quitate
— Yo creo que no.
Al parecer el idiota no sabía que era un 'no moveré mi trasero de aquí'. Su voz se escuchaba más cerca, ¡joder, como fastidia!
—Mueve tu culo, ¿no ves que estorbas?
Las sonrisas de sus amigos no ayudaban en nada la situación.—Si estorbo, ¿por qué mejor no te mueves tu? ¿Acaso tu inexistente trasero te lo impide?
—Al menos tengo algo que mostrar, ¿Por qué no nos dejas ver que hay debajo de toda esa ropa? — su sonrisa ladina se amplio y con sus amigos se fue acercando poco a poco, no sabía que hacer, podía encargarme de ellos... Pero sólo de unos cuantos, eran demasiados a decir verdad, ¿Por qué los chicos populares tenían que andar en grupo? Aveces eran peor que las chicas, uhm... No, nada era peor que las porristas que se creen el centro del jodido mundo.
—No se acerquen... — Murmuré inútilmente mientras veía como uno de sus amigos se arremangaba su camiseta y me sonría. De pronto lo más extraño sucedió, del cielo empezaron a caer varias... ¿Qué era eso? No lograba ver bien, pero divise como la cosa que caía del cielo impactaba en las cabezas de los chicos que retrocedieron al instante y empezaron a chillar como si su equipo de fútbol favorito hubiera perdido un partido, pasaron unos segundos cuando me di cuenta, lo que caía del cielo... Era excremento, excremento de ave... Toque mi cabeza palpando por algún rastro del pequeño regalito de las aves, pero no había nada, estaba limpia... Aunque no podía decir los mismo que los demás, incluso los pubertos a mí alrededor tenían regalos personales de las aves.
Reí mentalmente al ver que todos estaban tapizados de bonitos regalos aereos, hasta que entre en razón y me fui corriendo a un lugar con techo, cuando llegué seguí riendo porque los queridos miembros del equipo habían sido bombardeados
—¿Qué tienes idiota? — yo reconocería esa voz en donde sea, era de...
—Oh...
Lleve mi mano dramáticamente a mi pecho fingiendo sorpresa.
—¡Oh! Nathan, el gran Nathan me ha insultado, ¡oh, por todas las estrellas! Esto es terrible, no, no, no. Señor — levante los brazos hacia el cielo — perdónalo, él no quiso insultar a tal diosa griega que soy.
Nathan sonrío pero me voltee a seguir viendo como aquellos se veían asqueados entre sí con aquella materia fecal de ave no deseada en sus cabezas. Hasta que sentí ese olor, Dios, él apestaba como el infierno mismo.
—No hagas tus muecas, Mille.
Le di una mirada ofendida antes de responder:—¿Cómo no quieres que lo haga si hueles asqueroso?
Él sonrió y pasó su mano por un lado de su cuello y lo unto en mi mejilla.
—Este no es un olor asqueroso, querida. Es el olor a triunfador.
—Eres un idiota — lo empuje y eso fue peor que pude haber hecho, porque lo toque...
Y con eso logre manchar mis manos con el apestoso excremento de ave.—Agh.
—Eso no es mucho, vamos ven aquí — Nathan hizo un ademán de abrir los brazos y yo me aleje, apenas podía soportar lo poco que había en mi mano, no creería poder soportar excremento en mi blusa recientemente adquirida.
—Te atreves a acercarte y yo... — no pude terminar mi oración por qué algo me hizo trastabillar, había estado tan concentrada en alejarme de él que no me había dado cuenta por donde caminaba. De un momento a otro ha me encontraba en el suelo quejandome, escuchaba claramente la risa de Nathan pero no le di mucha importancia, ya me las cobraría con él luego.
—Pero que... — Murmuré cuando vi la cola de un mapache a mis pies, ¿Habia tropezado con un mapache? La risa de Nathan se desvaneció al ver el cuerpo inerte del amimal.
—Que... — susurro él y se hagacho junto al animal, involuntariamente hice una mueca, no me gustaba mucho estar cerca de un animal muerto, pero había terminado chocando con uno. Mire mejor al mapache, este tenía la zona de la panza chamuscada, incluso tenía unos cortes que debajan ver unas cuantas tripas fuera, y yo me preguntaba... ¿Por qué nadie más lo veía? Todos parecían estar de lo más normal con sus regalos de aves sobre la cabeza, además... ¿Por qué Nathan estaba pálido?
—¿Nathan...? — Pregunté poniéndome de pie viéndolo examinar al animal — ¿qué pasa?
Él me dio una mirada que he de admitir me heló hasta los jodidos huesos. Se levanto y empujó al animalito a un costado.
—Solo es un animal muerto, nada extraño — Lo dijo tan tranquilo que me hizo dudar pero bueno que se podía esperar, así es la naturaleza, el ciclo de la vida, la cadena alimentaria. Pero aquel animal tenía algo mal, algo extraño.
—Mille, ¿estás bien?
No me había dado cuenta que había estando divagando en mis pensamientos hasta que escuche la voz de Nathan, sus ojos tenían una mirada preocupada.
—¿Si estoy bien? Estoy más que bien, pero por otro lado tú no estás tan bien, te ves pálido, pareces un maldito fantasma.
Sonrío y volteo su mirada hacia en frente con sus manos dentro de sus bolsillos.
—Si bueno, yo no fui la tonta que se tropezó.
—Cállate. — le dije acercándome a la barandilla mientras veía hacia abajo — por lo menos yo no apesto a mierda de pájaro.
Soltó una pequeña carcajada y ¡Dios! Tiene un sonido tan Hermoso, pero, ¿qué estoy pensado? Él es un zángano bueno para nada, además de ser mi mejor amigo, claro.
—¿Por qué tú no tienes mierda de pájaro, Mille?
Esa era la pregunta del millón, ¿por qué yo no estaba embarrada? Encogí mis hombros y me aleje de él.
______
Jodanse y lean.
—Con amor, el trío de pervertidas.
![](https://img.wattpad.com/cover/62366067-288-k865778.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Dark Side Of Heaven
FantasyCorrí. Mis piernas ardían, no podía más pero tenía que correr, los ojos me perseguían. Aquel hombre cubierto de negro, pero sus ojos color aceituna y la tes blanca está en mi mente. Me persigue, no hay salida el callejón termina aquí, debo de correr...