2. Nuevas Noticias

193 8 3
                                    

Odiseo se acercó a las tres personas que lo observaban detenidamente. Aquiles fue el primero en hablar.
-Odiseo, rey de Ítaca- dijo, presentando al recién llegado. Se volvió hacia Patroclo y Eirene- Patroclo, mi primo, y Eirene, hija de Evenio.
Odiseo inclinó ligeramente la cabeza en señal de saludo.
-Patroclo,Conocí a tus padres bastante bien. Yo también los echo de menos.
Patroclo bajó la mirada. Eirene le miró con preocupación latente en sus oscuros ojos.
-Así que tienes a este vigilándotr- prosiguió Odiseo mientras echaba una mirada a Aquiles- Aprendiendo del mismísimo Aquiles. Muchos reyes matarían por tal honor.
Aquiles esbozó una mueca burlona.
-¿Vienes por mandato de Agamenón?
El rey de Ítaca suspiró apesarumbrado.
-Tenemos que hablar.
Aquiles negó con la cabeza.
-No lucharé por él, Odiseo.
Patroclo y Eirene escuchaban atentamente la conversación que estaba teniendo lugar.
-No te estoy pidiendo que luches por él, amigo mío. Te estoy pidiendo que luches por Grecia.
Aquiles rió desdeñosamente.
-¿Así que los griegos se han cansado de luchar entre ellos?
Ulises asintió levemente.
-Por ahora.
-Por ahora- repitió Aquiles- los troyanos no me han causado ningún daño.
-Han insultado a Grecia- apostilló Odiseo
-No, han insultado a un griego, un hombre que no podía hacer que su mujer le fuese fiel. No es asunto mío.
-Lo que sí es asunto tuyo es la guerra.
-¿Lo es? Ese hombre no tiene honor- se quejó el hijo de Peleo.
-Deja a Aquiles luchar por el honor y deja a Agamenón luchar por el poder, y veremos a quién los dioses deciden glorificar- rio el rey.
-¡Por los griegos!- gritaron al unísono Patroclo y Eirene.
El rey de Ítaca se carcajeó al ver el entusiasmo de los más jóvenes por la noticia que venía a traer.
En esta ocasión se dirigió a Patroclo.
-Aunque tu primo no venga, deberías venir. Nos vendría muy bien un brazo fuerte como el tuyo, Patroclo. -Se volvió hacia Aquiles- Partiremos hacia Troya en tres días. Esta guerra nunca será olvidada, ni lo harán los héroes que en ella luchen.

~¤~

Patroclo y Eirene andaban por las sinuosas calles de Ptía, con el sol poniéndose en el horizonte.
-Supongo que irás- comentó Eirene. Patroclo arrugó el ceño sin comprender. -A Troya
Patroclo suspiró levemente.
-Sí, creo que iré. ¿Por qué lo preguntas?
La chica tragó saliva y se encogió de hombros.
Patroclo sonrió pícaramente.
-Sí que lo sabes, pero no me lo quieres contar.
La joven sacudió la cabeza.
-Probablemente, pero acabarás enterándote.
-¿Por ti o por otra persona?- inquirió su amigo.
Eirene rio.
-Hay más posibilidades de que te enteres por mí.
El chico asintió.
-De acuerdo. Pero espero que me lo cuentes antes de que me vaya. En tres días, Eirene.
Eirene suspiró.
-Yo también lo espero.

Aristos AchaionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora