Miré a mi alrededor frustrada.
Me habían vuelto a meter en este cuartucho horrible y solo habían puesto un colchón mugriento en una esquina.
Antes dejo que mis pies se desangren en estos tacones a tumbarme ahí.
Y ahora pensaran porque no me puse mis deportivas otra vez.
Pues por la simple razón de que se habían llevado mi ropa.
Cansada de estar todo el rato quieta empecé a dar vueltas por la habitación como si algo fuera a pasar.
El cuarto daba la impresión de haber sido blanco alguna vez, pero ahora estaba cubierto de mo, polvo y algo que parecía ser sangre.
No quise acercarme a comprobarlo porque al fin y al cabo este sitio esta infestado de vampiros.
No me sorprendería que aquí encerrasen a sus presas para poder comer tranquilamente.
Desanimada me senté en la silla en donde hace apenas una horas había estado atada.
¿Porque me tenia que pasar todo esto a mi?
Ahora recordaba esos días donde todos se burlaban de mi como días de gloria comparándolos con esto.
• • •
Siento el dolor al correr descalza expandirse por todo mi cuerpo.
Ya no siento mis pies, solo un dolor inmenso. No me atrevo a mirar atrás, se que algo me sigue pero no se el que.Algo me tira al suelo y yo como reflejo me tapo la cara.
-¡Venga, corre!- grita el chico de pelo negro.
El me coge del brazo y juntos empezamos a correr hasta llegar a una casa de piedra que aparece delante de nosotros.
El chico abre la puerta de madera de un tirón y acto seguido me indica que entre.
La casa no tiene ningún tipo de ventanas, por lo tanto esta completamente oscura y la temperatura es probablemente bajo 0ºC.
Dejo de contemplar la casa cuando el chico se arrodilla delante de mi para estar a mi altura.
-Escuchame bien Sky, vas a esconderte en ese armario y no vas a salir bajo ninguna circunstancia ¿vale?- dice el mirando de vez en cuando hacia la puerta que llacia cerrada.
-Tengo miedo- dije yo con la voz temblorosa.
El me regala una sonrisa y me acaricia la mejilla poniendo un mechón rubio detrás de mi oreja.
-No lo tengas, yo estoy aquí y no te va a pasar nada si te quedas en ese armario en silencio ¿vale?- dice el todavía con esa sonrisa tranquilizadora.
-Vale- digo yo y el amplia un poco mas su sonrisa y me da un beso en la frente.
-Volveré- me susurra en el oído para luego dejarme sola en esa casa.
Me desperté sudorosa y temblando cuando oí que alguien introducía una llave en la puerta de metal.
Rápidamente me puse en pie esperando que Karl entrase.
Pero al ver a Dave me volví a sentar defraudada.
-Vaya, podrías actuar al menos un poco y hacer como si te alegrará verme- dijo Dave con una sonrisa.- Hieres mis sentimientos.