Vuelve *Touka x Kaneki* [COMPLETA]

Capítulo 2

Hide entra por la puerta con su brillante sonrisa, siempre parece estar tan alegre, y a lo mejor es solo una barrera para que no vean que están tristes, como la mía para con los clientes de Anteiku.

 Me acuerdo del primer día que lo conocí como si fuera ayer. Parece mentira que se pueda involucrar con la gente que no conoce con tanta facilidad, incluso ahora lo hace, aunque supongo que su trabajo lo precisa.

-Touka, llevas media vida mirando a ninguna parte – me dice él –.

-L-Lo siento Hide, ¿café?

-La verdad... solo quería saber si estabas mejor, ya que desde lo que me contaste sobre ya sabes quién pues no te he vuelto a ver.

-¿Tú preocupándote de mí?

-Eh que tampoco es tan raro, ¿y si te dijera que quien me ha pedido venir a verte es Hinami?

-¿Hinami? - pregunto bastante confundida -.

-Ya sabes que ella se preocupa mucho y me dijo en palabras textuales: ya que tú eres de su misma edad, ¿podrías hablar tú con ella? Y aquí estoy.

-Hide, ahora mismo tengo mucho trabajo y no me gusta hablar de ese tema.

-Touka, tómate el día libre, no es necesario que te quedes hoy – me dice el jefe –.

-Jefe, llevo dos semanas sin trabajar, no creo que...

-Vete o te despido.

Hide ríe a carcajadas, el jefe me sonríe y por primera vez en mucho tiempo soy capaz de esbozar una pequeña sonrisa.

En el almacén comienzo a cambiarme, no me gusta la idea de irme ahora de la cafetería ya que los he abandonada durante bastante tiempo, solo yo me he aislado del trabajo, los demás han estado trabajando como siempre, o por lo menos eso es lo que ha dicho Hinami todos los días.

Bajo junto a Hide y nos vamos de la cafetería, fuera está nevando y todo me recuerda a Kaneki y al último día que le vi. Hoy no ha sido el mejor día para salir a la calle. Noto como Hide me mira de reojo durante todo el camino, no se a donde vamos, yo solo me limito a seguirle. Acabamos llegando a un parque infantil, nos sentamos en los columpios no sin antes sacarles toda la nieve.

-Solía venir aquí con Kaneki cuando éramos pequeños – dice él –.

-Hide ese tema...

-Kaneki era... Muy reservado, siempre leía libros, era callado y tímido. Muchos niños se metían con él y le llamaban de todo, sobre todo gay o no tienes padre ni madre, ninguno te quiere.

-¿Qué hacía él? – pregunto con curiosidad –.

-Elevaba el libro que estaba leyendo y los ignoraba. Nunca se ponía triste, solo leía y hacía como que estaba solo.

-Supongo que es típico de él.

-Y de ti, Touka... Lo siento – miro a Hide confundida –, te he mentido.

-¿A qué te refieres? – frunzo el ceño –.

-En Anteiku te dije que había sido Hinami la que me preguntó por ti... Fue él...

Hide baja la cabeza y sin saber el motivo mi corazón comienza a palpitar a una velocidad anormal. Mis ojos comienzan a cristalizarse, aprieto la mandíbula, las lágrimas comienzan a salir y a precipitarse hacia la nieve bajo mis pies, haciendo en esta pequeños agujeros.

-Hide... Con esto no se juega. Es imposible que Kaneki se haya puesto en contacto contigo...

Me incorporo, abofeteo a Hide y comienzo a correr en dirección a ninguna parte.

 Entre la nieve y las lágrimas mi visión se empaña y no consigo ver ni en donde estoy. No debí a ver salido de la cama, debí quedarme mientras me consumía ese dolor en el pecho, no debí haberme alimentado, no debí dejar que se fuera esa noche, no debí haber sido tan débil...

-No debí... - me susurro a mí misma en el suelo -.

-¡Touka! – la voz de Hinami –.

Hinami corre hacia mí y me abraza, ¿qué hace sola enla calle? Me ayuda a incorporarme y nos vamos a casa.