Capitulo 1

75 10 0
                                    

Jamás mi padre invirtió tanto en un campamento como este, lo tenía todo, desde distintos tipos de piscinas, una cocina con toda la comida que se pondrían imaginar, cabañas completamente equipadas y hasta un régimen de actividades físicas y grupales. Hubiera sido genial que Rosie compartiera esto conmigo, es mi mejor amiga, además, es mucho más atlética que yo, lo disfrutaría muchísimo. Luego de cinco días fuera de lo habitual, aun no quería marcharme. Durante el almuerzo, una de las mujeres encargadas de mantener el orden del campamento, parada en un banquito dijo a través de su alta voz: "¡Atención chicas, atención! actividad de convivencia, a jalar la soga con el grupo masculino" "a las seis en el campus sección B". La mayoría de las niñas se alteraron en forma positiva, otras resoplaron con desgano y algunas, incluyéndome, no demostramos emoción alguna. En el momento del juego, sosteniendo la soga ellos de una punta y nosotras de la otra... todos alterados, con miradas amenazadoras. El reto consistía en tirar al grupo oponente al enorme charco de lodo que estaba en el medio de ambos bandos. "Acomódense!" "¿¡Listos!?" "¡¡Ahora!!" rompió el silencio provocando que los dos bandos tironeen con todas sus fuerzas tratando de derribar al oponente. Para mi pésima suerte estaba delante de todas mis compañeras.

-Que debilucha eres! – un muchacho frente a mi exclamó

                           Tiré con más fuerza - ¡¿Eso es todo lo que tienes?!- -Y tú? ¡Mírate! - seguí tirando - Mejor ve a cortar flores- soltó una carcajada junto a los demás

                                                                No tenía idea de quien era, pero ya me desagradaba. Como era de esperarse, terminé con el rostro hundido en el barro y con mis compañeras sobre la espalda. El desagradable se acercó y dijo "Que vergüenza.". En el intento de ponerme en pie, trato de limpiarme la cara cuando me resbalo cayendo de espaldas. -Déjame ayudarte- tendió su mano, la tomé y lo arrojé al barro conmigo. No podía quedar impune, se había reído de mi con sus amigos. - Hey, porque hiciste eso?!- dijo sorprendido - Es lo que las debiluchas hacen - nos pusimos de pie quedando enfrentados - Es solo un juego, ¡¿no toleras perder?!- deseaba empujarlo al lodo otra vez.


Counting Stars Donde viven las historias. Descúbrelo ahora