Es verdad...

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-¿Quién eres tú?

-¿A qué te refieres?-pregunté, haciéndome el tonto, en busca de una señal que me dijera en qué estaba pensando al preguntarme esto.

-No te hagas el tonto, Charlie. Hablé con mi padre. No sabe nada de ti. ¿Quién eres? ¿Porqué estás aquí?-estoy considerando el decírselo. De una u otra forma tengo que hacerlo, solo que esperaba hacerlo más tarde que temprano. Necesito su ayuda para romper mi maldición.

-¿puedes hacer que Tommy se vaya?-sería más fácil con un solo par de ojos mirándome. Si todo salía bien, ella iría más tarde a explicarle. "Si todo salía bien". Sara le hizo una señal a Tommy para que saliera de la habitación. Cuando éste lo hizo, ella me miró, impaciente.

-soy un fantasma.-dije apenas en un susurro.

-¿Qué dijiste?- pregunta acercándose un poco más... Solo un poco.

-Soy un fantasma.-dije, en un tono ya más audible. Ella hizo lo que siempre hace en este tipo de situaciones de seriedad. Se rió.

-Charlie... Ya, en serio. Dime la verdad. No estoy para juegos. Podrías ser un secuestrador asesino de niños.-lo irónico es que ella me acababa de pedir que fuera serio. Quiero decirle que fuera congruente en lo que decía, pero no lo haré. Tengo que ganarme su confianza y credibilidad, y no creo que lo logre si la corrijo. Frunció el ceño con impaciencia, esperando una respuesta coherente de mi parte. Lo único que puedo hacer es lo que hago cada vez que alguien no me cree. Le doy pruebas.

Supe el momento exacto en el que desaparecí gracias a la palidez en el rostro de Sara. Empezó a parpadear y a buscarme frenéticamente con la mirada.

-Estoy aquí.-le dije, y ella no se rió, ni mucho menos salió gritando de la manera en la que las otras personas lo hacían. Reaccionó aún peor. Se desmayó...

...


Sentí que la cama se movía, levanté la mirada para encontrarme con una Sara muy confundida y perdida. Cuando sus ojos se encontraron con los míos reaccionó y se alejó lo más que pudo.

-Está bien Sara. Charlie no nos hará ningún daño.-Sara volteó rápidamente hacia su hermano, que aceptó muy felizmente mi naturaleza de fantasma.
Cuando Sara se desmayó, entendí, cuando la tenía en mis brazos, que no tenía más remedio que acudir a los encantos del hermano menor. Dejé a Sara, con delicadeza en el sillón y fui en busca de su hermano. Este estaba en su cama jugando con su aparato. En cuanto me vio, sonrió y preguntó por su hermana, que yacía inconsciente en el sillón de abajo. Le dije que era un fantasma y le expliqué todo lo de su hermana. Este lo asimiló tan sorprendentemente feliz, que me dio un poco de miedo. No hubo necesidad de una prueba. Subimos hasta la habitación de Kathe... Sara, y la deposité en su cama. Tommy se puso a jugar con su aparato y yo esperé, con ansias, su despertar.

-¿co...co...como es posible esto?-pregunta con recelo y un poco de miedo. No me gusta que sienta miedo de mí. Sería incapaz de dañarla.

-No les haré ningún daño a ti o a tu hermano. Solo necesito su ayuda. Cuando estén listos les hablaré de mi maldición.-o cuando YO esté listo.

-¿maldición?-pregunta Tommy. No le expliqué acerca de eso.

-Solo... ahora no hablaré de eso, conforme pase el tiempo. Solo les pido tiempo. Y si en ese tiempo deciden ayudarme, está bien. Pero tienen que estar seguros.

-pero... según lo que he escuchado, los fantasmas no pueden tocar nuestro mundo.-dijo Sara, ya más relajada, está empezando a aceptarlo.

-No soy un fantasma común, además, sus cuentos no son reales. Si no nos pudieran ver, no sabrían de nosotros. Yo estoy hecho a base de una maldición. Hay otros que están aquí porque deciden quedarse.-les expliqué.-solo...necesito ayuda para encontrar la paz.-

-¿Qué hora es?-pregunta Sara, desorientada. También para aligerar el ambiente.

-Ya es muy tarde.-respondí yo

-Tommy... sabes lo que significa eso.-le dijo Sara a Tommy, que puso cara de súplica.

-Un rato más.-suplicó este.-tengo mucho que preguntarle a Charlie.-

-Lo siento, pero sabes lo que opina mamá de que duermas tan tarde.-dijo Sara. Creo que quería habalr conmigo en privado. Tommy se fue, resignado.
Sara se levantó de la cama, como si no se hubiera desmayado hace unas horas, y fue al balcón. No sé si quería que la siguiera, pero lo hice.

Sara:
No sé que pasó hace un momento. ¿qué ha pasado?, ¿cómo puede algo como...esto, existir? No puedo creerlo, estoy conmocionada. Un fantasma. Un fantasma que parece un humano, qie puede tocar humanos que vive en una casa por una maldición. Demasiado para mi estrecha mente. Estamos en el balcón, sentados, demasiado juntos para mi gusto, pero eso es gracias al diminuto sillón.

-Entonces... un fantasma ¿eh?-dije, y el se rió de mi trágico intento de romper el silencio incómodo.

-No te sientas incómoda, haz como si no hubiera dicho nada.-dijo, pero no funcionó del todo. Nos quedamos observando el bello paisaje de las estrellas. La luz era tenue, pero sabía que el me estaba observando. Demasiado fijamente para mi gusto.

-¿Qué?-pregunté, encontrandome con su mirada.

-Podría observar tus ojos por siempre.-dijo, con su mirada intensa en mí.

-¿porqué? Son cafés y aburridos.-dije, mis ojos nunca han sido la gran cosa.

-No es el color, es lo que dicen y los sentimientos que espresan, y te puedo asegurar que son todo lo contrario a aburridos. De hecho los observaría por siempre y nunca me aburriría.-dijo, y sentí como me sonrojaba.

-Es lo más lindo que me han dicho nunca-dije. ¿Porqué dije eso?, que vergüenza, ¿pensará que soy una retrasada social?

-Pues, ¿vives en una comunidad de personas ciegas?- me reí ante su comentario.

-Te estás pasando.-dije, divertida. No soy tan bonita.

-No, de hecho, podría buscar en un diccionario y no habría una sola palabra que se acercara a tu belleza.-bueno pues, ¿de dónde había salido este tipo tan poético, ah cierto, es un fantasma con muchos años de edad. Dicho esto, colocó una mano en mi mejilla. Estábamos cerca, mucho. Se acercó con la intención de besarme...

-Ya es tarde Charlie.- dije. Mi comentario lo sobresalto y se separó de mí, sonrojado.

-Emm... si... ahh, buenas noches Sara.- dijo, se paró y salió de la habitación. Arruiné el momento. Pero todavía no estoy lista. No sé si alguna vez lo estaré...




Espero que les esté gustando mi historia... pongo mi imaginación a todo galope y escribo. ¿pueden votar? ¿siiii?
Saben que quieren hacerlo, solo es cuestión de aplastar un botón...
Bueno, el chiste es que disfruten mi historia, si no quieren votar, no importa...:(

Blanco como el invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora