6. Cuando tú alma se enamora.

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-Señora Dania ¿Podria pasar?-Ella es la madre de mi querubín por fin hoy lo veré pude escapar porque a mi madre se le olvido cerrar las puertas y salí corriendo haber él amor de mi vida

-Claro un gusto verte, mi hijo te necesita-Dijo abriendo paso para que entrara me susurró donde quedaba la habitación de mi amor.

Mi corazón se acelero estaba tan alegre que no encontraba como moverme para entrar, la puerta de su recámara se encontraba entre abierta me dejaba observarlo perfectamente él estaba de espalda mirándose en un espejo de cuerpo completo susurrando unas palabras que no podía escuchar, me acerque más para poder escucharle.

-Tú eres mi ángel y yo tú querubín amarte es mi ahnelo y tenerte hasta el fin,tu madre me acosa de que no soy para ti, pero no tiene idea de lo que siento por ti como demostrarle que la edad no importa que eres mi ahnelo y que lucharé por ti sobre todas las cosas-murmuro no me pude resistir y entre silenciosamente acercándome a él me quede parada ahí a unos quinces centímetros de distancia su rostro se lleno de enojo y note una lágrima deslizarse por su mejilla, lágrimas gruesas se deslizaban por mi rostro lo mirada a través del espejo llorar sus ojos están inflamados y rojo.

-Ya hasta tengo alucinaciones contigo ¡Maldito destino cruel!-grito rompiendo en millones de fragmentos él espejo, me sorprendí por su arrebató, paso sus manos por su rostro desesperado aún sin entender que no era parte de su imaginación que estaba ahí dispuesta a todo con él.

-Estoy aquí querubín no me estas alucinando- dije corriendo a sus brazos él me cargo apretándome sintiendo ese miedo de no volver a tenerme entre sus brazos, igual yo pero ya no estaba dispuesta a dejarlo estaba decidida hacer cualquier locura por permanecer aquí junto a él donde me sentía feliz, sin miedo, sin temor donde me sentía libre de gritar lo que sentía por él.

Sus labios eran ese veneno que a mi me sanaba y a otros mataban, los movimientos de nuestros labios gritaban cuanto nos extrañamos la sed que teníamos de estar siempre unidos, lo necesitaba tanto que dude que podía seguir viviendo sin verlo, tocarlo, abrazarlo y besarlo.

-Te extrañe mucho-acaricio mi nariz un gesto que me hizo sonreír- tú sonrisa me hace feliz Ángel mio-volví a sonreír ampliamente limpiando con él dorso de mi mano las lágrimas que él había derramado.

-Entonces prometo jamás dejar de sonreír ¡TE LO PROMETO¡ Gracias por verme tan especial cuando soy una más entre tanta gente-musite no pude evitar dejar libre una lágrima de emoción aún no podía contener las emociones que estaba sintiendo al verlo de nuevo.

-No llores porque en cada lágrima me destruye, prefiero verte minutos, segundos, horas y días sonreír -musito;con lentas y suaves caricias de amor limpio mis lágrimas prometiendo con su tacto hacerme feliz por siempre.

-Tampoco quiero verte hundido en llantos porque me haces sentir mal-le di un beso-¡Te amo¡

-Sabes unos de los deseos que le había pedido a Dios fue que la otra parte de mi corazón dársela a una chica como tú- susurró en mi oído.

-Te amo, siempre con las palabras exactas para sacarme una sonrisa querubín-nuestros corazones se unieron por eso nuestro amor es tan grande- susurré en su oído abrandolo.

{...}

Cuando tú alma se enamora de alguien todo gira alrededor de esa persona.

Mirarlo regar los claveles de su jardín me hace pensar que así él riega nuestro amor todas las mañanas por eso crece cada instante más, me gusta todo de él como camina hasta como se sienta.

-Cuando nos enamoramos es difícil ocultarlo-comento Dania sentándose ami costado Sonreí mirándola

-¿Como ustedes las madres se dan cuenta de eso?-

-Ay hija, cuando nos enamoramos o nos gusta alguien nuestros ojos son los principales en delatarnos lo caracteriza un brillo intenso de felicidad- Sonrió dejando ver sus hermosos dientes- queremos estar perfectamente arregladas y somos mas amables con los demás-

-Son sabias tus palabras-dije perdiéndome nuevamente en mi querubín.

Dania me contada sobre como era él verdadero amor y que en esta época se esta perdiendo la magia que pocas personas sabían amar de verdad, que en estos tiempos le estábamos dando prioridad solo a la belleza física que se aruga sin embargo la hermosura del alma perdura por siglos más siglos.

Después de haber charlado con ella me retiré a la recámara de mi querubín me sentía muy mal de salud me dolía la cabeza y los músculos. Quizás él dolor de cabeza era estres de tanto pensar en que haría mi madre cuando se entere que me he escapado a casa de mi novio y  que estoy pensando quedarme aquí no quiero causarle líos a la señora Dania por lo menos mi madre no sabe donde vive Willy y espero no amenacé a Phylicia para que le diga aunque ella no seria capaz de hablar sobre donde me encuentro.

-Mi niña, mi cuchicuchi ¡Ya terminé! ¿Deseas algo de comer?- Se sentó en la cama ami costado acariciando mi cabello.

-No tengo hambre querubín-me incorporé he hizo lo que tanto me agrada hacer...Besar sus labios

-Yo tengo hambre de ti, de tus besos, de tus caricias, de tú manera de sonreír que me deja babeando -susurraba cortando lentamente el beso.

-Para mí es muy grato, ser eso que te alimenta, eso que te da vida -dije entres risas y empezamos a reír como dos locos.

{...}

Estabamos sentados al estilo indio en la cama. Ya era de noche, él sostenía mis manos con miedo, con temor a que todo esto fuera un sueño y lo entendía yo aún no era capaz de creerme que después de varios... Eternos días sin vernos estuviéramos juntos...Amándonos como deberíamos de permanecer por los restos de nuestros días en él universo.

-Caramelitos deben bajar a cenar ¡Ahora!-Ordeno la señora Dania.

-Ya bajamos madres— respondió mi querubín.

No había tocado nada de la cena el dolor aumentada más y más, sentía mis ojos arder y un frío que me quemada.

Mi querubín me observaba mientras disfrutada su comida, me sentía algo incómoda puesto que tanto como la señora y él me bombardean con preguntas acerca de porque no comía.

-¿Te pasa algo?- preguntó Willy con preocupación agarrando mí  mano.-¡Oh Dios estas ardiendo en fiebre¡—pronuncio casi gritando.

La vida se me iba, estaba muy mal, mareada estaba perdiendo la visión solo podía ver ami queruibin moverse de un lado a otro desesperado dandome palmadas en el rostro que al parecer nunca hacían contacto con mi piel.

Cerré los ojos pesadamente y sentía como mi cabeza explotó.

Mis suspiros se llevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora