Chica mala.

De camino.

Y aquí estoy una vez más subida a mi querida y preciada moto, pero esta vez la cojo para irme lejos, lejos del lugar donde he pasado mis 19 años de vida. No es que esté muy emocionada por ir a un lugar nuevo, pero necesito empezar la universidad y además tampoco dejo nada importante en mi pequeño y aburrido pueblo.

La verdad, nunca he tenido amigos y los que he tenido, se han ido a otro sitio y he ido perdiendo el contacto con ellos. Tampoco es como si me hubiera esforzado por hacer más porque sinceramente no quiero, me gusta estar sola y además nadie me soportaría.

El viaje se me está haciendo un poco largo y en cuanto llegue a mi nuevo piso voy a dormir y luego... no, solo voy a dormir.

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Son las doce de la noche y por fin he llegado a mi nuevo hogar. Sinceramente no está nada mal, la esperaba peor. Al entrar tiene un acogedor comedor con un cómodo sofá y una simple tele, hay un puff de color negro situado debajo de una gran ventana. Al lado hay una puerta donde está un pequeño baño. Justo en frente del comedor esta la cocina, que debo admitir que es bastante grande y hay suficiente espacio para guardar toda la comida que me gusta comer, como nutella, donuts, chuches, ya sabéis, la típica comida sana. Y por último pero no menos importante se encuentra lo que será mi nueva habitación, es pequeña pero acogedora. Tiene las paredes grises con algunos detalles en negro y dos armarios. En el centro de la habitación hay una cama matrimonial con almohadas negras. La verdad, está todo bastante a mi gusto.

Después de desempaquetar, decido entrar a la ducha para luego irme a dormir ya que mañana tendré que visitar un poco mi barrio y situarme en este nuevo lugar. Y así, sin más, me quedo dormida como si fuera mi cama de toda la vida.

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Aquí se acaba mi primer capitulo (sin contar las sinopsis). Espero que os guste.

Besos,

M.

12/02/2016