Capitulo 3

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Entonces, ¿qué impresión te ha causado Luis? - quiso saber Niall minutos más tarde. Y - No se llama Luis, sino Louis. ¿Mi impresión? repitió Harry frunciendo el ceño abstraído -. Eso es lo más raro, que en realidad no tengo ni idea. Primero me pareció que era puro físico y nada inteligente, y entonces saltó con un comentario agudo. Y después no soltó prenda. - ¿Y no te acusó de haberlo hecho venir con falsas pretensiones? ¿No se rió de tu oferta ni te preguntó si estabas de broma? - preguntó Niall confuso.

- Tardaba mucho en reaccionar - respondió Harry reflexivo -, sus reacciones eran muy formales, de negocios. Eso me facilitó las cosas, no me sentí tan violento como pensaba. - Solo tú serías capaz de plantearle un asunto así a un tipo tan atractivo como Louis sin reaccionar de un modo personal.

- Ese tipo de hombres me dejan fría - comentó Harry ruborizándose al recordar sus excitadas respuestas.

- Imposible... ¿en serio? - Niall...

- Olvídalo... te conozco, sé cuándo mientes.

- Está bien, me di cuenta de que era guapo.

- ¿Guapo? - repitió Niall incrédulo.

- Bueno, espectacularmente guapo. ¿Satisfecho? - Sí. Tu indiferencia me preocupaba. Al menos ahora sé que sigues vivo.

- Pues con mi aspecto lo mejor sería seguir indiferente, créeme. Niall apretó los labios y pensó en todas las personas que rodeaban a Harry y que le habían hecho creer que no valía nada. Su frío y crítico padre, su sarcástica y superficial madrastra... eso por no mencionar a la serie de chicos que lo habían rechazado y maltratado durante la adolescencia. Dejarlo plantado en el altar y abandonado a su suerte con un bebé era la gota que rebosaba el vaso.

Y, como resultado, Harry se vestía como un espantapájaros y apenas hacía esfuerzos por mantener una vida social. Se estaba convirtiendo en un recluso, aunque lo cierto era que con tanto trabajo en la casa apenas tenía tiempo para el ocio. Cualquiera en su lugar se habría rendido, pero Harry no. Harry moriría de hambre antes de ver Folly en una subasta. - Me molesta terriblemente cuando hablas así - dijo Niall con sinceridad -. Si te compraras algo de ropa y te tomaras un poco de interés por tu...

- ¿Y para qué voy a preocuparme cuando soy feliz así? - preguntó Harry visiblemente afectado por el giro que había tomado la conversación -. Ya es hora de que vaya a buscar a Hanna. Harry estuvo reflexionado. No podía dejar de recordar a su ex novio, Richard, confesando en el último momento, ante el altar, que se había enamorado de la dama de honor, de su mejor amiga. Y para colmo Maxie, una verdadera belleza, lo había rechazado allí mismo. Inmediatamente después ocurrió lo de Venecia. Esa historia había terminado también en una severa humillación para Harry. Había jugado a ser Ceniciento por una noche, pero a la mañana siguiente había esperado en el Ponte de la Guerra durante una eternidad. Todo aquel día había transcurrido en una especie de sordera adolescente hasta que al final había comprendido que el Príncipe Encantado no iba a aparecer.

Por supuesto otro hombre, menos crédulo y más experto, hubiera comprendido desde el principio que aquella romántica sugerencia equivalía al típico «te llamaré». Solo el era incapaz de reconocerlo. Sí, era más feliz ignorando a los hombres. Y si Louis decidía aceptar su oferta conseguiría lo que se proponía y se desharía de él cuanto antes. Harry sudaba y respiraba pesadamente. Se detuvo a tomar aliento. La caldera de la cocina jamás tenía leña suficiente. Suspiró y se agachó trabajosamente a poner los troncos de madera en la carretilla.

- ¿Harry .. ?

Al oír aquel timbre de voz y aquel acento Harry se sobresaltó y se dio la vuelta. Louis estaba de pie a escasos metros. Sus ojos verdes se quedaron clavados en él, en su figura masculina, en sus anchos hombros, en sus escurridas caderas, en sus larguísimas piernas. Se había afeitado. De un solo vistazo se apreciaba toda su gloriosa belleza. Harry se quedó mudo, incapaz de controlarse. A sus pómulos altos y marcados seguían una nariz recta y clásica y unos labios perfectos. Su piel tenía el resplandor de los países de climas cálidos.

La venganza de LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora