Capitulo 11

152 12 2
                                    


SÍ, NEGOCIOS - confirmó Harry tranquilamente. - Tú y yo no tenemos ningún negocio sobre el que discutir.

En eso es en lo que te equivocas - aseguró Harry -. Tal y como te apresuraste tú a señalar ayer, Folly está al borde de la bancarrota. Yo solo me casé contigo porque imaginé que mi banquero me daría crédito en cuanto le explicara los términos del testamento, pero... se negó – Louis lo observó con fascinación bajo sus espesas pestañas de ébano -. Así que no solo no voy a poder volver a contratar al personal de Folly, sino que incluso puedo perder la casa en el plazo de estos seis meses.

- Una pregunta - lo interrumpió Louis -. ¿Se te ocurrió mencionarle mi nombre a tu banquero? - ¿Y para qué iba a mencionarle tu nombre? - contestó Harry impaciente -. Le conté que me había casado y que mi esposo no tenía nada que ver con mis propiedades. - Tu sinceridad es encomiable, pero no siempre resulta inteligente - recalcó Louis reflexivo -. Dudo mucho que tengas que preocuparse de un desalojo. Es poco probable si solo vas un tanto atrasado en los pagos de la hipoteca.

- No estoy de acuerdo contigo, últimamente he recibido unas cuantas cartas terribles. ¡Cielos, si hasta me da miedo abrir el buzón! - admitió Harry.

- Y dime, ¿no será que estás tratando de pedirme un préstamo del modo más intrincado y enrevesado que se te ha ocurrido?

- ¿De dónde diablos te has sacado esa idea? ¡No tocaría ni un penique tuyo por nada del mundo! - replicó él indignado-. No obstante necesito volver a casa para ir a visitar al resto de las instituciones financieras del lugar. Necesito encontrar a alguien que quiera ayudarme y que esté dispuesto a invertir en Folly.

- Eso lo dices en broma, ¿verdad? - inquirió Louis observándolo incrédulo. - ¡Por supuesto que no! ¿Por qué iba a bromear tratándose de algo tan serio? Louis se incorporó sentándose sobre la cama y dejando que la sábana resbalara por su torso desnudo.

- ¿Pero es que te has vuelto loco? - gruñó agresivamente Louis, acobardándolo -. Yo soy un hombre extremadamente rico. ¿Acaso pretendes arrastrar mi nombre por el fango suplicando un préstamo? ¿Es que quieres convertirme en el hazmerreír de todos? ¡Accidenti...! - juró Louis tirando de la sábana para salir de la cama y mirando con dureza a Harry -. ¡Ya veo que me he hecho con un enemigo digno de mí! ¡Eres un zorro astuto Harry! ¡Cómo te atrevas a poner un pie en una de esas instituciones financieras te arrojo fuera de mi vida de inmediato! ¿Un enemigo digno de él? Aquel era un cumplido que no se había ganado, reflexionó Harry abstraído en la contemplación del cuerpo de Louis mientras caminaba de un lado a otro. Era verdaderamente atractivo. Cabello castallo, maravillosos y vibrantes ojos, anchos hombros, poderoso pecho, caderas estrechas y largas, largas piernas. Y todo ello dentro de una piel dorada adornada con intrigantes parches de negro y rizado vello. Pura masculinidad. Harry aparto la vista ruborizado, avergonzado. Estaba tan excitado que ni siquiera podía concentrarse en discutir con él. Aquello era irritante.

- Está bien - continuó Louis respondiendo a su silencio como si fuera una provocación -. Voy a hacer un trato contigo. Yo me haré cargo temporalmente de tus facturas. Irritado ante tan inesperada e incómoda sugerencia, Harry se volvió hacia él. - ¡De ningún modo! ¿Por qué ibas a hacerlo?

- No es que quiera... pero lo prefiero a abrir una cuenta bancaria y ponerla a tu disposición. ¡Porca miseria! ¡Aún no se han enfriado las sábanas y ya estás robándome otra vez! La mente de Louis era compleja, reflexionó Harry sorprendido ante la lógica de sus razonamientos. Era terriblemente suspicaz. Creía sinceramente que había tratado de hacerle chantaje.

- No quiero tu asqueroso dinero... ya te lo he dicho. - Dio mío... ¡pues no vas a ir a pedirlo a ninguna otra parte!

- Eso no es justo - protestó Harry-

La venganza de LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora