Más que una simple casualidad

33 3 0
                                    


Un día antes, viernes por la noche.

Las piernas me tiemblan. Y no puedo dejar de sonreír. Hace mucho que no sentía algo parecido. No recordaba esa sensación. ¡No! ¿Qué estoy diciendo? ¡Jamás me ocurrió nada igual! ¡Que original! ¿Habrá sido mentira aquello de que su amigo no había podido ir? ¿O solo se lo inventó para acercárseme? No me importa, en lo único que pienso es en su preciosa sonrisa y en su dulce y melodiosa voz. 

Abrazo la almohada más fuerte y escondo mi cara en ella, es obvio que esta noche no dormiré. Por supuesto, ¿cómo voy a hacerlo con todo lo que acaba de pasar? De verdad no ha sido tan terrible toda la riña que me han metido por llegar tarde, ni el hecho de que mi novio... o más bien ex, no se haya presentado y encima ni siquiera me ha llamado para cancelar; ¡pero no importa! Porque lo he conocido. Sí. He conocido a aquel chico increíble, guapo... ¡no, no, no! ¡Guapísimo! De verdad no creí que hubiera chicos así por aquí. 

E incluso me ha invitado al cine sin escrúpulos, me ha hecho reír todo el tiempo, y bueno, tengo que aceptar que no solo ha sido por los nervios que él me ha causado, también es que verdaderamente fue muy gracioso durante toda nuestra "cita". 

Cambio de posición y ahora miro hacia la pared apretando la mejilla contra la colcha. Vuelvo a sonreír como tonta mientras recuerdo todo lo que hemos hecho apenas unas horas atrás. No puedo esperar para verlo otra vez. Sí, lo veré otra... Pero entonces la sonrisa en mi rostro se desvanece. "No...". 

He olvidado lo más importante: Ninguno de los dos ni siquiera sabe el nombre del otro. ¿Cómo ha podido suceder? Se supone que es lo primero que se hace al conocer a alguien, ¡y no le he preguntado! ¿Cómo pude no preguntarle algo tan esencial, entre personas desconocidas? Siento mis ojos humedecerse ligeramente y mi respiración entrecortarse. Hago un puchero que nadie, más que mis pequeños peluches pueden ver y aprieto los ojos derramando el líquido salado. ¿Cómo se supone que nos reunamos entonces? 

"¡Si tan solo le hubiera preguntado! ¡O solo dicho el mío antes de salir corriendo!", así lo pudiera buscar por el Facebook. Creo estoy exagerando un poco la situación. Los dos, ante el gran hecho de nuestro error tal ves pensemos en una solución: "Bien podría pasar que el próximo viernes esperando un milagro decidamos ir al mismo lugar donde nos conocimos, o podría preguntar al guardia de seguridad si recuerda a un chico alto de cabello castaño y hermosa sonrisa". 

 Un pequeño rastro de esperanza ilumina mi mente, limpio la lágrima escurridiza que se me ha escapado y vuelvo a sonreír. Mi gesto se acentúa más al recordar cuando tomó mi mano y pude sentir el choque de electricidad ante su contacto. Aunque ahora nuevamente una sombría idea cruza mi subconsciente, "¿Y si él no aparece? ¿Será que esté pensando en mí, tanto como yo en él? ¿Y si por eso ni siquiera me preguntó mi nombre ni me dijo el suyo?... Porque no tiene intención de volver a verme...". 

 ¡No! Él me invitó por algo. Además nos la pasamos tan bien. "Nada pasa porque sí" pienso segura. Y es cierto, creo firmemente en el destino, y sé que todo lo que hacemos tiene un impacto en nuestro presente y futuro, incluso en el pasado. Esto no ha sido una simple casualidad. 

Y la historia ya está escrita, y si conocí a este chico fue por algo, "Simplemente es que lo puse tan nervioso que, como yo: ¡lo olvidó!" río para mí misma e imagino de nuevo como estará él en este momento. ¿Acaso pensará en mí? ¿Lo volveré a ver?

No tenía idea de que, en poco tiempo, sabría la respuesta.


FUEGO Y AGUA (NOVELA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora