FUEGO Y AGUA (NOVELA)

Nuevo comienzo

Levantarme temprano nunca ha sido algo que disfrute mucho que digamos. Pero esta mañana me siento muy bien. Al abrir los ojos con la canción: Girl Almighty de One Direction, sonrío y me levanto de golpe. Acaricio a Mathias y a Max saludándolos suavemente para que se bajen de mi cama. Tomo la ropa que he preparado ayer, salgo de mi cuarto y entro al baño con mi celular en mano. Canturreo la letra en voz baja para no molestar (demasiado) ni a León, ni a mamá y Fer. Mientras giro la llave del agua caliente, miro mi reflejo en el espejo, "Caramba, que horrible pelo" y río sacándome la lengua. El maquillaje negro se ha acumulado y parezco un mapache. Lo limpio y cuando siento el vapor presente en la habitación me despojo de la ropa y entro al agua.

Siento coquillas en la nariz y la planta de los pies. No recuerdo porqué fui el último en dormirme si ése siempre es Sam. Abro un ojo lentamente y veo la divertida sonrisa (pervertida) de Alex frente a mi cara. Río fuertísimo y me cubro la boca al ver la hora en mi despertador, sigue siendo muy temprano. 

 -¿Cómo durmieron? –Pregunto bostezando y estirándome un poco -. ¿Ross no se levantó? 

 -Sí, pero lo acosté antes de que se matara en la escalera –contesta Alex riendo. Me siento y encuentro a la princesa y la plebe agachados al pie de mi cama. 

 -Tus patas apestan –dice Sam tapándose la nariz y ahuyentando a una mosca imaginaria. Ruedo los ojos levantándome, tomo la toalla para después golpearlo con ésta y entrar corriendo a mi baño. 

 -Es que me puse tus tenis –cierro la puerta y escucho las carcajadas de Alex y Ross, e imagino la cara arrugada pero en el fondo divertida del viejo güero.

Lavo mi cabello con el shampoo morado, mientras suena Ain't it fun? de Paramore. Estoy demasiado feliz y emocionada; hace muchas semanas que ya ansiaba volver de nuevo a la escuela. Comienzo 1º de bachiller, llevo tres años en esta grandiosa institución y (aunque sé que no hay mucha diferencia entre esto y la secundaria) ya quiero ver a mis amigas. Qué hay de nuevo. Y sin duda quiénes nuevos entran.

Termino de bañarme y me cambio rápidamente. Salgo y veo cómo mis amigos juegan guerrillas de almohadas y saltan sobre mi estrecha cama. Alex aparece detrás de mí y ataca mi espalda, y al voltearme: mi cara. 

 -¡Auch! ¡Ya verás, Maxi! –de un rápido movimiento se la quito y lo golpeo en su entrepierna, por supuesto no le duele demasiado pero consigo que se rinda de inmediato. Río y le paso el desodorante a Ross.

 -Apurémonos, ¿alguno más se va a duchar?

Corro devuelta a mi cuarto y veo la hora, cómo hace varios meses sigo siendo puntual en mis actividades mañaneras. Me sitúo frente al espejo y comienzo a aplicarme el maquillaje. Es el primer día y quiero irme un poco más llamativa de lo normal (porque obvio ya lo soy), "Jajaja, ¡si claro!" digo sin creerme (pero creyéndome) lo que acabo de pensar y vuelvo a sonreír. Que bien me siento.

Al final los tres chiflados han decidido lavarse el pelo en el lavabo y ponerse de mi loción. Cuando están listos, juntos bajamos a toda velocidad las escaleras y vamos directo al comedor. 

 -¡Hola, ma! –la saludo. Sonríe y me señala la puerta del cuarto de limpieza. Sam se dirige a ella. 

 -Saca unas sillas para los chicos, Shawn. 

 -Sí. 

 -Buenos días, Lex –Sam besa a mi madre en la mejilla y la abraza sonriéndole satisfecho. Ella rueda los ojos riendo y le pasa cuatro vasos. 

 -Ya te he dicho que no me llames así, Sam. Ayúdame, gracias.

Polvo, rubor, sombra, rimel y un poco de delineador. Sonrío y me miro durante un momento. "Lista". Salgo por la puerta junto a mis perros y bajo las escaleras tras encender la luz. Llego a la cocina y continúo escuchando ahora Sing de Ed Sheeran. Tomo una taza y cuchara junto con la caja del cereal, y con delicadeza le vierto la leche. Voy al sillón y enciendo el televisor. Mathias salta y se coloca junto a mí olisqueando mi desayuno. Max sólo me mira alegre. Quito la música y veo la hora nuevamente, 15 minutos más.