Esclava

4.

Sentí las puertas del automóvil abrirse y un jalón en mis piernas hizo que me deslizara hasta la salida de esta.

Quitaron el paño de mis ojos y observé el ambiente a mi alrededor, dándome cuenta de que estaba en una cochera. Enfoqué mi vista en el vehículo del cual bajé, era una camioneta Volkswagen Saveiro con cúpula.
Recuerdo que cuando era pequeña mi padre me había enseñado todo sobre los autos, ya que creía que no tendría nunca un hijo hombre. Años después nació me hermano y el trato conmigo cambió.

Se escucho una puerta abrirse y gire mi cabeza. Encontrándome con Hans vestido de una forma un tanto peculiar. Traía puestos unos pantalones deportivos negros con zapatillas adidas del mismo color  y con el torso al aire. Nunca había notado con tanta claridad su cuerpo esculpido y que era joven, máximo unos 25 años.

- Bueno, ¿que esperamos?. - su voz interrumpió mis pensamientos y tomo mi mano, sacandome del garaje e infiltrandome dentro de su casa. - Escucha bien Ginger, la casa es enorme, mi cuarto esta en el segundo piso, la tercer puerta de la izquierda. Allí iremos. Pondré una grabadora de sonido. Eso distraerá al tipo. La ventana de la habitación da a unas bolsas repletas de basura. Eso detendrá nuestra caída y pronto estarás libre. - susurraba mientras Caminábamos hacia unas escaleras. Jason nos seguía de cerca, lo cual causaba que el nudo en mi estomago se hiciera cada vez mas grande. 
Entramos al cuarto, estaba bastante limpio, aunque en algunos lugares había cajas de pizza o envoltorios de golosinas tirados.

- Necesitarás ropa nueva.. - Comentó Hans, y era verdad. Aquellas que llevaba hacían que luzca como pordiosera. El pantalón blanco estaba manchado y roto, la camisa roja tenia agujeros debido a las polillas y los zapatos estaban sucios, con barro y bebidas alcohólicas derramadas. No le había prestado atención a mi apariencia hasta ahora, simplemente baje la cabeza avergonzada. Y me limite a escuchar una risa simpática por parte de Hans

- es la primera vez que te ruborizas en mi presencia.- comentó pasandome algunas prendas.

- Es la primera vez que me ruborizo.- corregí y el sonrió.

- dejemos estas cosas de personas cursis para después, ahora tenemos a toda una mafia de pedófilos que derrotar.- era la primera vez que me sentía bien en varios meses siendo éste el momento más estresante de mi vida.

Hans salio de la habitación y yo cambie mi ropa. La que llevaba antes la doblé y la dejé sobre la cama. Hans volvió diciendo que Jason estaría en el pasillo.

- alcanzame aquel bolso.. - ordeno a lo cual obedecí. El empaco algunas cosas. Una vez acabo saco una grabadora de sus bolsillos. Esta comenzó a reproducir gemidos.— No preguntes como la conseguí.

Hans estaba por saltar cuando la reproducción fallo y Jason comenzó a golpear la puerta, logrando entrar. Hans salto y yo corrí hacia aquella ventana. Vi que Jason sacó una pistola de su chaqueta. Di un ultimo vistazo a Hans, parada en aquel balcón, apuntada con un arma. Jason se asomo y cruzo miradas con Hans, quien estaba estático en aquel lugar.
Escuche un disparo y segundos después Hans estaba retorcido en el suelo. Jason tomó mi brazo, sacandome de la habitación.
— Maldita perra, me costarás el trabajo.
Entramos al garaje, y antes de subir a la camioneta Jason paró en seco para luego caer al suelo. Fue entonces cuando pude ver a Hans, el le quito el arma a Jason y sonrió. Su ropa estaba manchada con sangre y se veía débil, mis ojos se llenaron de lágrimas y lo único que pude hacer es abrazarlo.

— estas a salvo.. -dijo con dificultad y salinos de aquel garaje.

Ese día aprendí que por mas que intentes algo mil veces no puedes rendirte, al contrario tienes que intentarlo mil veces mas si es necesario.
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Atentamente Nightmare