Capítulo 4: Una Confesión

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- ¿Cuántas veces le he dicho que no le metiera en mis asuntos? ¿Cuántas veces usted me ha desobedecido?

Me encontraba regañando a Mary. Estaba tan molesto. Nunca me había enojado tanto con ella.

- ¿¿Por qué escucha las conversaciones ajenas?? ¿¿Qué es lo que quiere saber??

Dije lo último con un tono desesperado, y al darme cuenta que ella no respondía las preguntas decidí parar y escucharla.

- Señor Hamilton, yo... l, lo - suspiró - lo siento - dijo mirando hacia abajo y sollozando.

- ¿Por qué lo hizo? - pregunté
-  Es que tenía que saber que era lo que usted tramaba. Desde que la señora Hamilton no está el negocio de investigación ha ido decayendo.

- ¡¡¡No se atreva a mencionarla!!! - dije y con toda la ira tiré la taza de té al suelo. Esta se hizo añicos.

El ambiente cambió, había intensidad y densidad en el aire, que para mi se estaba acabando. No podía escuchar el nombre de mi esposa, no podía...

- Señor, he trabajado en su oficina y aquí durante diez años.
Usted esa noche, me encontró en la calle, yo estaba muerta de hambre y de frío, tenía mucho miedo. Pero lo vi a usted, que se acercó con tanta suavidad y bondad. Luego me llevó a su hogar.
Me dio un trabajo, me alimentó, me ayudó a encontrar una casa, usted me dio todo.

Mary me miraba pero yo solo podía mirar al suelo.

- Siento que le debo un favor, que tengo que recompensarlo, que tengo que ayudarlo con su trabajo para que usted pueda ser el hombre más exitoso en lo que se dedica. No confío en el señor Moore, él siempre hizo su trabajo solo y tengo miedo de que lo esté usando a usted para resolver más rápido el caso y llevarse todo el crédito, porque no sería la primera vez que lo traicionan. Quiero que usted gane el dinero, que sea feliz con lo que hace, que sea tan animado como cuando yo lo conocí, para que logre todo lo que se proponga y ... para que olvide a ...

En ese momento la miré, obligándola a callarse con mi mirada.

- Yo nunca, y repito, NUNCA, voy a olvidar a Sarah, nunca - dije esto en un susurro, mirando directamente a los ojos a Mary, quien tenía una cara sorprendida. En sus ojos pude descifrar miedo y ¿dolor?

Mary bajó la mirada a sus manos y puso estas en las mías, volviéndome a mirar y dijo en un susurro:

- Además de sentir que le debo todo por lo que usted hizo por mí, también tengo otra razón para hacer todo lo que pueda por usted. Es algo que siento desde el primer momento en el que le vi, en el momento en el que me salvó y me ayudó. Esto es algo que jamás pensé que le confesaría, y menos con la señora Hamilton, pero - suspiró
- Pero ella ya no está y tengo que confesárselo a usted - me apretó las manos y me miró a los ojos directamente, su cara estaba a unos pocos centímetros de la mía, entonces susurró:

- John, y, yo - tartamudeó - yo lo amo, lo amo y quiero lo mejor para usted, y sé que para usted yo soy solo una empleada, de hecho Sarah, es decir, la señora Hamilton se encargó de dejárselo eso muy claro a usted. Porque ella siempre supo lo que yo siento por usted.

En ese momento, al haber escuchado todo, no sabía qué decir, no sabía que pensar, no sabía nada. Lo único que sabía es que estoy enamorado de ...




¡Hola!
Aquí les dejo el cuarto capítulo. Espero que les guste. Ya vi que hay un poco más de vistas. Por favor comenten que les parece la novela, y gracias a esas personas que están leyendo.
 
¡Cuando la novela llegue a 40 vistas voy a subir un nuevo capítulo!

Detective Moore y La Mansión BardleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora