Especial día de San Valentin parte 1.
Narra Teresita.
Ya se había acabado el concierto en la cq. Alex había convencido al pendejo del director y del guardia de que Juankis era mi hermano. Y que Marianela era mi vecina y siempre le damos ride, por lo cuál tenía que irse con nosotros.
Ahora ya nos encontramos en la carretera en rumbo a Mexicali. Alex y Juankis cantaran en el Circo Rolex. Y de paso visitaremos a nuestra amigui Mariane que mañana cumple años.
Marianela va platicando de pendejadas con Juan Son y con Alex, yo me estoy pintando las uñas de los pies de color rojo.
Nos detuvimos en un Oxxo. Según Alex, Juankis quedó con unos weyes que venden heroína en el estacionamiento. Marianela bajó para comprar varias cosas. O pendejadas, tratándose de mi charolastra.
Me pasé al asiento del copiloto. Alex estaba al lado mío viendo algo en su celular.Yo revisaba que había en la guantera.Entonces sentí la mano de Alex en mi pierna. La acariciaba, y empezó a subirla hasta llegar al muslo.
—¿Qué crees que haces?
—No me digas que no te gusta. —Dijo el pendejo.
Apreté con mis manos el asiento y cerré mis ojos para ahogar mis gemidos.
—Aquí no. Hay un chingo de gente y un traficante de drogas afuera.
—Me vale verga. Sólo te quiero tocar. ¿Qué no puedo?, ¿O no te gusta?
Pasó su mano hacía el lado izquierdo de mi cintura, y con su otra mano, me rodeó por completo. Cuando por fin logró atraparme, me levantó y colocó encima de él. Así mismo empezó a besarme el cuello.
—Cuidado con el claxon —Dice entre cada beso. —No querrás llamar la atención.
—¿Estar fajando en un auto a plena luz del día no llama la suficiente atención para ti?
Sonrió de lado.
—No.
Cuando Alex iba a volver a besarme, tocaron repetidas veces la ventana de mi lado.
Era Marianela.
—¿Quieren que Juan Son y yo tomemos el autobús para que puedan practicar sexo sin medida?, ¿O quitarán el seguro del carro y me dejaran entrar?
—Juankis y tú se irán en autobús. —Dijo Alex.
—Ya cállate a la verga. —Espeté, y quité el seguro de las puertas.
Marianela entró y se sentó en el asiento trasero. Le pasó un paquete de cigarros a Alex y a mí una coca cola. Ella tenía una coca igual que yo y unas papitas.
—¿Quieren?
Yo le arrebaté la bolsa y tomé unas cuantas, le ofrecí a Alex y dijo que no. Luego le devolví la bolsa a Marianela.
—¿Qué le pasa a ese pendejo? —Se quejó Alex y bajó la ventana de su lado, y empezó a tocar el claxon. —¡Apúrate we!
Seguía tocando el claxon llamando la atención de Juan Son.
—¡Cabrón!, ¿Cuántas chingaderas estás comprando, chingada madre? —Siguió diciendo.
Al final Juan Son llegó, abrió la puerta y se sentó al lado de Marianela.
—¿Estás loco, pendejo?, me habrían podido chingar.
—Ajá, nos vale madre.
Ya llevábamos un rato en carretera cuando Alex dijo:
—De Mexicali iremos a Tijuana. ¿Alguno de ustedes conoce un lugar buen pedo para irnos de peda?
—El padre de Marianela vive ahí. Y mi hermano también trabaja en una especie de Club Nocturno. Podríamos ir.
—¿Quién es tu carnal? —Dijo Juankis.
—Le dicen Sick Boy.
Alex se detuvo de jalón, haciendo que mi frente se diera contra el carro, dándome un buen chingazo.
—¿Qué te pasa pendejo?
—¿Tú hermano es Sick boy? ¡No mames!, es toda una leyenda de el tráfico de drogas. Principalmente hablando de la Heroína.
—¿Y de Tijuana a dónde iremos? —Dijo Marianela.
—A Ensenada.
—¿Es una pinche gira por Baja California o qué pedo?
—Es gira por Baja California, luego a la Ciudad de México y finalmente a Monterrey.
—¿Y qué pasó con Arctic Monkeys? —Pregunté.
—¿Quiénes chingados son Arctic Monkeys? —Dijo Alex con una sonrisa de lado.
—Alex siempre con sus chistes pendejos que sólo él entiende. —Dijo Juankis.
—¡Para que dijeras eso debiste haberlo entendido, pendejo!
—¿Se pueden concentrar en manejar y llegar vivos a nuestro destino? —Dijo Marianela.
—Sale, pues.
Finalmente llegaríamos a nuestro destino. Cuándo lleguemos de Mexicali, ¿qué pensará mi hermano sobre que sea una groupie?