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Narra Alex.

Todo el pedo con la Tere y Oscar Isaac ya se fue a la verga. Oscarin se murió o no sé qué pedo. La verdad ya ni me importa. Me vale verga. Marianela también se fue, creo que se petateó. Quién sabe.

Entré a mi habitación de hotel. Estaba mi fiel y mejor amigo, Juankis, y mi groupie y novia, Teresita. También un wey muy chido que nos encontramos pidiendo dinero y cojiéndose a un poste de luz. Pobre bato. En fin, lo trajimos para darle unas chelas y unos sándwiches. O Sanguiches como pronuncio en mi pueblo natal. Como si la «i» tuviera la tilde.

Todos se levantan al verme y me ven sospechosos. Tere siente algo escondido en sus manos, detrás de su espalda. Valiéndome verga me dirijo al refrigerador y tomo una chela. Miro en el reflejo de la botella mi varonil bigote de dios del sexo macho castigador 666. Soy todo un galán.

— Alex, mira al techo — me dice Juankis.

Entonces noto un gran cartel, como el de How i met your mother. Dice «Intervention». Me retuerzo en mi lugar.

— Chicos, ¿qué pedo está pasando aquí?

Los tres se miran el uno al otro con complicidad. Tere grita:

— ¡Atrápenlo!

Entre los dos chicos me toman de los brazos. Intento resistirme, pero me sientan en una silla y envuelven con una cuerda, haciendo imposible el moverme. Me sacudo, pero es inútil. Me echan crema de afeitar a lo pendejo, y con un rastrillo comienzan a rasurar a mi bebé.

— ¡No! — Grito desgarradoramente, con lagrimillas desbordándose de mi jeta.

— Cómo chillas — dice Juankis—. Ya te parecías a Sam de ¡Carly cuando tenia una ardilla como bigote.

— ¡No era una ardilla! — exclamo entre lágrimas.

— Entre pendejos se entienden — Comenta Juankis encogiéndose de hombros. Entre todos me quitan las cuerdas y Tren me da un porro. Le agradezco aunque se hubieran pasado de verga.

Les damos muchas caladas al porro, y uno se vuelve en dos, y dos en cuatro, y cuatro en seis. Y el seis en siete porque que mello el seis, ya que es número de Satán. Estamos todos hasta el culo de grifos.

— El mar, para mí es como los penes —Digo, sentado en el una de las sillas del comedor—. Me gusta verlos, pero no me gusta meterme.

Tren habla.

— Eso dices porque nunca lo haz intentado. Si llegaras a hacerlo tal vez cambiarías de parecer.

— Nah, ya he entrado al mar. No me gusta.

Todos se dan un golpe en la jeta. Ahora mi novia es quien habla.

— Los penes, Alexito. Tren se refiere a que intentes cojerte a un hombre.

— No lo sé, Tere. No estarías de acuerdo con eso...

— Mientras me dejes cojerme a alguien mientras tú lo haces, está chido.

— Yo me la cojo si quieres —dice Tren—. Tú cójete a Juankis.

Ese wey está cagándose de risa en la cama, todo drogado. Pobre wey.

— Bueno, supongo que si todos están de acuerdo...

Antes de que terminara la frase Tren besó rápidamente a Teresita y esta le devolvió el beso, ambos yéndose a la recámara principal, deshaciéndose de sus ropas rápidamente. Por parte de Juankis, se levantó de la cama, atrapó mis labios y comenzó a besarme. La situación era muy confusa, pero después de todo no podría llegar más lejos. Seguro todo era una broma o algo así.

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2019 ⏰

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