Estaba en el mall con mi mejor amiga Méia, comprando algunas prendas para la fiesta escolar del fin de semana, es un poco complicado comprar con Méia, ella tiene gustos raros... Pero... Igual la quiero y adoro salir de compras con ella.
Al salir de la última tienda del mall, antes de irnos para la casa, Méia me dice que quiere ir al baño urgentemente.—¡Méia! , estaré en la entrada principal del mall, esperando el taxi. -Le grité.
—Lleva todas estas bolsas contigo, regreso en un instante. -Dijo.Esa malvada me dejo todas las bolsas de compras, aproximadamente 8 para mi sola. Voy caminando lento para no tropezar. No lo hice. Un chico alto, ojos penetrantes color miel, choca conmigo y se me caen todas las bolsas; su belleza no me dejo insultarlo para que se fijara por donde caminar, el apuesto chico me miró y me regaló una pequeña sonrisa de la cual le devolví otra.
—Lo siento...?? -Hizo eso para que le diga mi nombre, fue obvio.
—Natalie, mi nombre es Natalie. -Le dije, muy nerviosa.
—Lo lamento de verdad, espero que no tengas rencor y me perdones, Natalie. -Me dijo sensualmente.
—Si, no te preocupes, sólo me pisaste, chocamos nuestras frentes y se me calló todo. -Dije, sarcásticamente.
Se rió.
Empezamos a recoger todas las bolsas, nos sentamos en un banquillo, cerca del acto y empezamos a platicar de nada pero sobre todo. Se me había olvidado de que tenía que llamar un taxi y de que andaba con Méia. Me reí mucho con este apuesto chico ojos miel, a pesar de que fuera un extraño es realmente divertido y apuesto.
—Eres muy linda, -Dijo con una encantadora sonrisa- De seguro debes de tener novio.
—Gracias por el cumplido, pero no tengo novio. -Le dije cabizbaja.
—Es una pena, pues, en el poco rato que tenemos hablando, eres social y simpática.
—Gracias, hace mucho que no oía algo así.
En ese momento llega mi best friend Méia, con su cara de asesina.
—Pensé que me estabas esperando, pero por lo que veo estás muy bien acompañada, querida amiga. -Dijo con voz caliente.
—Me distraje Méia, lo siento.
Me despido del chico para luego irme con Méia, pero... Algo muy extraño pasó. Cuando ambas llegamos a nuestras casas, recibo una llamada de Méia.
—Natalie, creo que en una tienda se equivocaron de factura, porque dice : "Hola. Yo soy el chico apuesto" "8096558066"
Ahí mismo pensé que ese número era del chico que tropezó conmigo; anoto el número y lo guardo.
Eran las 8:56 pm, estoy ya en mi habitación, bajo las escaleras desde que escucho a mi madre decir "La cena esta puesta en la mesa".
Mayormente le cuento a mis padres cada vez que conozco a un chico, pero no sé que me pasó y pues no les conté. Acabando de cenar subo a mi habitación y me quedo dormida.—Pipi... Pipi... Pipi. -Suena la alarma; es hora de ir a la universidad.
Me levanto, me pongo mis pantuflas; me quedo en el borde de la cama, pensativa; en eso me llegó a la mente que tengo el número de ese chico apuesto, por un momento intenté llamarlo, pero que estupidez iba a hacer... Me paro de la cama y voy hacia la ducha.
—Natalie, tendrás que preparar tu desayuno, a tu padre y a mi nos llamaron del trabajo, nos necesitan urgente. -Dijo mi madre con voz desesperada por la hora.
Al salir del baño, ya sin mis padres en casa, prendo la radio a todo volumen y suena Sorry de Justin Bieber, adoro esa canción, jajaja.
Empiezo a bailar mientras me cambio, pero me detengo desde que veo el reloj, son las 7:30 ¡Es tardísimo!, preparo mi desayuno muy rápido, salgo y cojo el autobus; al llegar entro a mi salón de clases. Pasan las horas, me despido de Méia y me voy a mi casa.
En el autobús recorde el número del chico apuesto; llegué a mi casa y lo llame.—Hola, es Natalie. - Dije avergonzada.
—Que tal? Pensé que no me llamarías.
—pues perdón, estuve haciendo muchas cosas...—Oye iré hoy al mall de aquella vez, te gustaría ir para poder charlar más.
—Por supuesto, en la tarde entonces. - Colgué.
Subí hacia mi habitación para dormir un poco y descansar. Al despertar eran las 4:00 pm, ya me tenía que ir al mall, me preparó, cojo mi bolso, llamo un taxi y me voy.
Al llegar, estaba el sentado en el mismo banquillo de aquella vez, esperándome, cuando me vio se paró y me alcanzó dándome un caluroso abrazo y una hermosa sonrisa.—Oye, nunca me dijiste tu nombre. -Le dije
—Lo siento, me llamo Alex.
Me temblaban las piernas, el era tan apuesto, ¡mi ángel!. Pero estoy mal, creo que me estoy enamorando de una persona que conocí en una semana, hay esto no puede ser. 'Decía mi conciencia'.
Estábamos hablando cosas más íntimas, más de nosotros...
Me dio hambre y quería pizza.—Oye te invito a comer pizza, ¿quieres?. - Le dije.
El acepto.Eran ya las 7 de la noche y pues era tarde, tenia que regresar a casa, me despedí de Alex con un beso en la mejilla y un abrazo.
Cuando llegue a casa llamé a Méia y le conté todo... Hasta que me estaba enamorando de Alex...
Me estoy enamorando de Alex, que haré Dios mío, tengo miedo.
PASA UN MES DE CONOCER A ALEX.
—Oye quiero decirte algo.
—Por supuesto, que quieres decirme Alex. - Dije con intriga.
—Ya tenemos mucho tiempo y pues, no sé si es apropiado decirte esto, pero...
Suena su celular. —Oye tengo que irme, me llamó mi madre y me necesita, nos vemos otro día...
Nos despedimos como siempre, un beso en la mejilla y un abrazo. Y se fue rápidamente.
Quedé con la intriga de qué me iba a decir, esos labios carnosos, deliciosos, ganas de... no se que.
Me fui para mi casa, Méia estaba en mi habitación para que le cuente todo lo que había pasado con Alex; le conté y ella quedó igual que yo, super intrigada. 10 minutos más tarde me llama Alex, contesto y lo pongo en alta voz para que Méia pueda escuchar.
—Hola Alex.
—Hola Natalie, te llamo para excusarme por lo que paso unas horas atrás.
—No hay problema, entiendo. - le contesto mirando a Méia.
—Bien. Te quiero sabes. - Me dijo con una dulce voz.
Hay mi querido Alex - yo pensando.
—También te quiero.Colgó.
Méia me mira y se ríe mucho y me ve con cara excitante.
—Que te pasa tonta. - Le dije sarcásticamente.
—Nada, tengo derecho a reirme, enamoradita. Jajajajaja...
Es tan divertido estar con Méia...
Horas después ya se había ido y yo ya tenía mi pijama para irme a la cama.Sólo recordando el chico apuesto ojos miel. Alex.
ESTÁS LEYENDO
Lo Inesperado
RomanceSepan que el amor está en todos los lados, pero trae sorpresas inimaginables.