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-Me cago en la Trucha- Grité al no poder soportar el dolor y de inmediato recordé que cuando jóvenes, siempre solíamos decir mucho ese nombre, o más bien ese apodo, al momento de soltar un insulto de cualquier tipo, inclusive lo más mínimo. El sobrenombre se lo habíamos puesto a mi vecina, una vieja que vivía pendiente de nuestras vidas, y acababa siempre diciéndole a mis padres que había visto a un muchacho meterse a la casa por mi ventana, cosa que sí pasaba a menudo cuando mis padres salían, y que sólo había ocurrido en una ocasión, cuando ellos estaban en el primer piso jugando lota con sus compadres. Como decía, el apodo de Trucha le quedaba muy bien a mi loca vecina, por ese cruel juego de palabras que decía Trébol hacia ella: "Trucha, un ojo aquí y el otro a la chucha". Sí, la viejicilla esa tenía problemas en sus ojos... Sé que es algo cruel pero era inevitable no reírme cuando escuchaba esa rimilla proveniente de la voz graciosa que ponía Trébol.

"Nota para Trébol"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora