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¡Como me daba placer ver mis brazos firmes! Los cuales al agitarlos no se movían tanto a comparaciones de mis anteriores actuales brazos.
De repente siento una pequeña picada en uno de mis dedos del pie, y debido al dolor, me agacho a chequear que era, y por suerte sólo era una pequeña hormiga. Me mantuve en esa posición por algunos segundos  hasta que de momento, sentí como el piso flotante de la habitación crujió y la piel se me puso de gallina al sentir el peso que se posó en el cuarto.

-No te muevas... no lo hagas, ¡no voltees! - Dijo una voz ronca y con un rítmito de niño juguetón.
Me quedé helada al escuchar aquellas palabras y pues sólo les obedecí. Mantuve mis piernas chuecas por un rato mientras mis ojos buscaban con desesperación algún tipo de prenda para cubrirme. Imágenes de un posible ladrón vinieron a mí cabeza, además de lo que podría llegar a hacerme esa persona. Pensé en la posible intención de aquel tipo detrás mío, intención de  violarme. Un escalofríos me recorrió al verme siendo atacada y la desesperación me consumió. Voltié con los ojos cerrados, tapando mis pechos con mi antebrazo derecho, mientras mi otra mano la tenía frente de mí, tratando de empuñarla de una forma amenazadora. Al mismo tiempo afirmé una de mis piernas un poco más adelante y levanté un poco el torzo bruscamente, todo eso consecutivamente.

-¡Aléjate de mí, ni se te ocurra acercarte! - Dije moviendo el puño y con los ojos aún cerrados. Hubo un poco de silencio, pero luego se escuchó una carcajada que estaba siendo bloqueada con la boca.
Comencé a tiritar, mientras intentaba darme ánimo para abrir los ojos, pero no pude y me quedé paradota en la habitación con esa cosa que estaba conmigo.
Se volvió a escuchar una risilla, además de el movimiento típico que hace un mueble cojo al colocar algo sobre el. Se oyó una caja de fósforos sonar y luego el sonido al instante de prenderlos.

*¡Ahhhhhhh! ¿Fósforos? ¿En serio? Ahora es aún peor, ¡me quiere quemar viva! Agh... qué me ocurre... ¡Flor, abre los ojos!, ábrelos, y por último te le lanzas en cima y... y... le pegas una cachetada, o cojes algo y se lo lanzas. ¿Y si mejor salto por la ventana? ... No, no. Estoy desnuda, me verían todos mis cositas... y creo que ni siquiera estoy depilada... ¡Agh! ¿Y si grito? De seguro algún vecino escucharía y vendría a por mí... pero, ¿Y si duda que alguien está requiriendo su ayuda y simplemente me ignora? Y si llegara a venir alguien, de todos modos acabaría quemada... violada, quemada... ¡Cresta! ¿Qué hago? ¿Y si me echo a morir? ¿Quizás de fantasmita sea más feliz? Agh, ¡qué cosas estúpidas digo! Abriré los ojos coño ya es tiempo de ha...*

Una melodía interrumpe mis pensamientos desenfrenados y comienzo a dejar mi posición tiesa.

"Nota para Trébol"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora