No se escuchó más que alguien poner sus pies en el inicio de la habitación, y luego de unos segundos seguir el paso a no sé cuál lugar de la casa. Mis nervios me atrapaban, me impedían razonar y calmarme, me evitaban mantenerme quieta y no paraba de morderme las uñas.
Comencé a mirar por todo el baño que podría haber que me ayudara, y tomé unos jeans color negro, con una cortada en cada rodilla, y un poncho color verde petroleo, el cual cubría la camiseta negra que ya llevaba puesta. No había encontrado nada de ropa interior, y el jeans me lastimaba un poco, era horrible. Los nervios no me dejaban estabilizarme y más el rose producido por mis pantalones, me generaba una molesta tremenda, la cual también me impedía desenvolverme de una mejor forma.
La ventana del baño no se abría hace mucho, y al intentar abrirla resbalé muchas veces y casi me golpeo en la cabeza con el cuadro de la ventana.-¡Bien mierda!- Dije aprentando mis dientes y en voz baja al abrir la ventana. Posé mi pierna izquierda y me ayudé con mis manos, pero mis nervios y mis débiles dedos, no ayudaron mucho. Mis codos ya estaban sobre el marco y mi cuerpo estaba pasando a través de la ventana, pero hice un movimiento brusco y acabé golpeándome la cabeza con la parte levantada de la estúpida ventana.
-¡Ay me cago en la puta Trucha! - el golpe me generó un gran mareo y cuando puse mis pies fuera, no pude estabilizarme muy bien. Me quedé echada sobre el techo rojo, mirando el cielo. Mi visión fue cubierta por reflejos de múltiples colores, ya que sobre mí, de derecha a izquierda, pasaban unas burbujas hermosas. El cielo estaba cubiertas de ellas, y estaba como toda una pendeja observándolas y tratando de reventaralas con mis flacos dedos y mis uñas mordisqueadas.
De golpe me levanté para seguir bajando de la casa, y pronto me caí del techo por haber estado distraída con las burbujas. Me desconocí en ese momento.
Afortunadamente caí en el arbusto que mi mamá solía podar constantemente. Fue una gran ayuda para no molerme algún que otro hueso, pero quedó totalmente deforme, y me provocó una carcajada muda.
Sentí unas ganas de volver a lanzarme del techo, pero sentí una gran clavada en mi espalda, y mis ideas inmaduras se reventaron.
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"Nota para Trébol"
SonstigesEl peor error es suponer, pero ¿Qué se debe hacer cuando no se tiene otro método para obtener respuestas?