El salón de Castamere era una mezcla de voces, conversaciones y risas, sobre todo risas.
–¿Te acuerdas de la cara del viejo en la boda de su gorda hija? –dijo Lord John Reyne.
Ambas familias fueron invitadas a la boda de Lady Genna Lannister con Ser Emmon Frey, el de la cara de comadreja. La pareja era tan inconexa y era tan absurdo ese enlace que Lady Ellyn Tarbeck no pudo aguantar la risa y en plena celebración estalló en una sonora carcajada.
–¡Cómo para olvidarla! –confirmó Lord Hoster –Pero si te parece bien, viejo amigo, tenemos otros asuntos pendientes de mayor envergadura. Tenemos que planear la defensa en caso de un posible ataque.
–Tienes ya los temores de un anciano, Hoster. ¿Imaginas al valeroso Lord Tytos al frente de un ejército contra nosotros? Pero tenemos que estar prevenidos. Quizás no sea él, pero podría mandar a algunos de sus otros vasallos. Ser Quarro, Ser Farlen, Ser Leo, Ser Harys, ¿qué opináis al respecto?
–Mi señor –comenzó Ser Farlen– yo propongo poner varios escuadrones en torno a Castamere y a comienzo del bosque. Está a un día de aquí pero es el camino principal y allí es por donde entrarán nuestros enemigos.
–En caso de que vengan claro –apuntó Lord Reyne.
–Vendrán –tomó la palabra Ser Leo– aunque sea solo para la reprimenda, pero vendrán. De eso estad seguro, mi señor.
–Eso de dividir el ejército en escuadrones está muy bien –entró en el debate Ser Harys– podríamos flanquear la fortaleza y asegurar los caminos.
–Además no podemos olvidar a los espías y emisarios –dijo Ser Quarro– Debemos poner varios espías para divisar algún movimiento de tropas.
–Mmmm, sí... Sí, esa es la mejor opción –afirmó Lord John– Ser Quarro, encárgate tú de esos espías. Escoge a los mejores y más rápidos, dadles caballos veloces, buenas monturas y ligeras. Ser Farlen, Ser Leo y Ser Harys, dividir el ejército a vuestro gusto. Farlen estará dentro de la fortaleza, Leo en el camino principal del oeste y Harys en el camino que da al sur.
–Mi señor, ¿y el bosque? –preguntó Ser Harys.
–De eso me encargaré yo y mis hombres –respondió Lord Hoster Tarbeck – Ser Rodrick y Ser Roose me acompañarán. Mi escudero Randyll, nuestro sobrino, se quedará en la fortaleza para su mejor protección.
–Estupendo, que así sea –dijo Lord John dando por finalizado el consejo de guerra.
Cuando todos los presentes se estaban poniendo en pie para ocuparse cada uno de sus respectivas tareas, se abrió la puerta y entró por ella el maestre Willem, llevando en la mano un cuervo muerto.
–Mis señores, noticias preocupantes –dijo el maestre mientras jadeaba.
«Alas negras, palabras negras», pensaba John.
Y el maestre colocó al cuervo muerto en la mesa. Tenía una flecha atravesada en la parte del vientre. Además también colocó un trozo de pergamino ensangrentado. El Lord de Castamere lo cogió y comenzó a leerlo. Cuando terminó lo hizo una bola y la lanzó furioso contra el suelo.
–¿Cómo es posible que haya llegado vivo con una flecha clavada? –preguntó el León Rojo.
–Mi señor, esa herida no era mortal, pero sí lo es la pérdida de sangre y la infección –respondió el maestre– El cuervo había perdido mucha sangre y además ya tenía la sangre envenenada y llena de pus. Aún vivía cuando leí el mensaje.
ESTÁS LEYENDO
Las lluvias de Castamere: la rebelión del león (Fanfic Juego de Tronos)
FanfictionLa Casa Reyne se alía con la Casa Tarbeck para rebelarse contra Lord Tytos Lannister, de Roca Casterly, un hombre débil y al que todos sus vasallos humilla. ¿Cuáles son las causas? ¿Qué pasó con las dos antiguas y legendarias casas? ¿Quiénes eran su...