-Si muero yo, tú también. Hasta nunca Malia.-El taxista hizo un giro con el coche haciendo que este cayera por el barranco de bosque y volcara.
-¡No!- Esas fueron las últimas palabras que escuchó Jack, sí, Jack.
Del susto, Malia, dió en la llamada de emergencia donde se encontraba el número de Jack, sabía que él no dudaría en cogerlo, pero, esta vez, no la tenía que proteger de nada, ya estaba muerta.-¿Malia?-Dijo al otro lado de la línea alterado.
Después de eso, el silencio se apoderó de la conversación.Jack, cogió su coche y se dirigió hacia el aereopuerto.
Iba lo más rápido que podía, pero, aún así, siempre había alguien por delante de él que le impedía avanzar más.-¡Malia!¡Despierta!-Gritaba mientras veía el cuerpo de la chica tirado en la hierba, pálido, junto con manchas negras que indicaban que había sido algo más que un simple accidente.
El hombre que provocó el accidente, al ir en la parte delantera del coche, sufrió más daños ya que sangraba por su abdomen.En cuestión de minutos, en ese tramo de carretera, había policías, ambulancias, medios de comunicación, y Jack seguía sin saber qué hacer, a dónde llamar, y lo más importante, si Malia, estaba muerta.